La Fiesta de la Democracia.
Para explicar el piño que el otro
día recibió el Presidente Mariano Rajoy en su visita a Pontevedra, están
surgiendo las más peregrinas interpretaciones.
Que es un mandado. Que lo mandaron a
él porque al ser menor sabían que no iría a la cárcel, etc., etc., etc.
Y la verdad es que uno no cree que
haya habido nada de eso.
Aquí se trata simplemente del típico
macarrilla que encontramos en casi todas partes y que últimamente brotan como
hongos.
El niñato que perece creerse el
centro del mundo, que parece, pero que en realidad no es así. La verdad es que
suelen tener un gran complejo de inferioridad, y mantienen una lucha constante
contra todo el mundo para ser el centro de atracción y, al final, precisamente
por su constante antagonismo hacia los demás, acaban fallando en todo y siendo
abandonaos por todos y, en la mayoría de los casos, dándose a las drogas u
otros vicios y destruyendo sus vidas y muchas veces la de sus seres más
queridos.
Pero antes de eso, a estos niñatos,
los podemos encontrar en la escuela, haciéndole la vida imposible a los
profesores, haciéndole “bullying” al más infeliz de la clase, algo que en
algunos casos ha terminado en tragedia, pegándole a algún sin techo o rompiendo
los bancos del parque y embadurnando las paredes con esa cagada que se ha dado
en llamar “graffity”
Aunque no siempre terminan así,
algunas veces consiguen enderezarse y hacer algo de sus vidas. Aunque muy
raramente, si alguna vez, se convierten en genios. Jamás he conocido alguno,
que haya sido en su juventud el cabecilla de una panda estos macarrillas, que
la final haya sobresalido en la vida por encima de los demás, jamás, su momento
de gloria fue ese, sus días como gallito
durante su etapa adolescente.
En realidad hacen todo eso para
disimular un grado de mediocridad intelectual por encima de la media, pero al
final, lo que hay es lo que hay y más no se puede quitar.
Y una vez explicado esto, se puede
decir sin ninguna duda que lo peor de todo esto no fue lo que hizo este medianía,
no, lo peor es que hubo muchos que se alegraron por ello.
No se dan cuenta que, cuando alguien
golpea a alguien, ya sea un ministro elegido por el pueblo u otra persona
cualquiera, político o ciudadano de infantería, por el hecho de tener una idea política
diferente a la suya, está dando un mamporro a la democracia?
Está golpeando a esa democracia que tanto
costó conseguir tanto tardó en llegar a España, esa democracia que en tantos lugares
del mundo, todavía en este momento, les está negada a sus habitantes.
Como dice una personita muy querida
para mi, mañana es la Fiesta de la Democracia, el único momento en que tú opinión
cuenta y esto es aunque no gane el partido que a nosotros nos gustaría que
ganase.
Así que, cuando mañana deposites tú
voto, hazlo con ilusión y respeto. Ilusión por lo que puedes hacer y respeto
por todos aquellos que lucharon y murieron para que tú pudieras hacerlo.
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