La Máquina de Propaganda Comunista…
Siempre se pone a Goebbels, como paradigma de la propaganda política, cuando, en realidad, él, pudo ser el padre de la teoría, -aunque tendríamos que obviar a Wilhelm Münzenberg-, pero está claro que para él no funcionó y los que si supieron sacarle provecho fueron siempre los comunistas.
Ahí tenemos a gentuza como Neruda, el hipócrita de Rafael Alberti, o la asquerosa figura de Jean-Paul Sartre, que se recicla cíclicamente, que aparecen como libre pensadores, defensores de la libertad y la lucha obrera, e iconos del comunismo.
Apóstoles de la ideología política con más dictaduras criminales y con de millones de muertos a sus espaldas. Y son los que han quedado como héroes, con esa aureola romántica del intelectual que defiende al pueblo llano y descamisado, frente al capitalismo avasallador, hasta sus últimas consecuencias.
Pero, desgraciadamente, aunque han desaparecido los maestros, han quedado alumnos aventajados que hacen que la maquinaria de propaganda comunista siga funcionado perfectamente y de una forma tan eficaz que hace que a su lado el bueno de Goebbels, no parezca sino la sombra de un pobre aficionado.
En España estamos viviendo en estos momentos, la demostración más descarnada de la eficiencia de esta máquina de hacer picadillo de todo aquél o aquello que les molesta o les hace sombra.
Antes fueron a por Franco, ahora por el Rey Emérito.
El esquema de acción es siempre el mismo en todas partes.
Se aprovecha un gran escándalo o un grave desorden público.
Se inunda la opinión pública con acusaciones echando la culpa de todo a los manejos del personaje a tumbar.
Se abre un proceso con testigos afines a la causa. Antes de que la causa llegue a los juzgados, ya el personaje es juzgado en los medios. Los testigos aparecen en todos los platós de televisión y el personaje es condenado, sentenciado y expulsado, sin que tenga oportunidad de presentarse ante un tribunal, ni manifestar ni por un momento cualquier defensa.
En el caso actual podemos ver la magnificencia de la Máquina. La forma de actuar de sus esbirros, la saña con la que atacan y acosan a su víctima, sin titubeo, si desaliento, sin compasión.
Van a por la yugular –Monarquía- y no pararan hasta verla desangrada y muerta a sus pies.
Y ante esto, muchos españoles, demasiados quizás, aplaudiendo con las orejas, creyéndose, los muy ilusos, que una “república”, solucionaría sus vidas.
Después del mastodóntico chiringuito burocrático que la casta política se ha montado en este país desde que murió el General Franco, todavía creer que una “república” nos saldría más barata y eso acabaría con todos nuestros males. Si después de ver como un mentiroso compulsivo llegaba a ser Presidente del Gobierno, y nombrando Vicepresidente a un tío del que aseguró, antes de las elecciones, que con él en el Gobierno no dormiría tranquilo. Y aceptando, además, la condiciones que éste le exigía, de darle a varios de sus amigotes un ministerio, metiendo en el lote, uno especifico para su novia, la cajera de un supermercado, y todavía seguir creyendo que España resistiría a una “república”, con esta clase de canallas al mando, a eso le llamo yo, tener fe.
El Rey fue, durante todos estos años, en su desempeño como Jefe del Estado, una figura clave, apolítica e imparcial, el mejor símbolo de estabilidad en este país.
El Rey, y la Casa Real, ha sido el (han sido) el mejor escaparate que ha tenido España en el mundo.
Ha llevado empresarios y empresas a EEUU, China Japón, los países del Golfo, nuestro vecino Marruecos, Sudamérica, etc.
Gracias a Él se consiguió la faraónica obra del ensanchamiento del Canal de Panamá, el suministro de locomotoras a EEUU, uno de los mayores proyectos hidráulicos de Sudamérica, Colombia, o la fabulosa obra de llevar el A.V.E. de Medina a La Meca.
Él se jugó su integridad física para frustrar el golpe de estado de Tejero y compañía, y con Él al frente del Estado, hemos vivido, quizás, el periodo mas prospero y tranquilo de toda la historia de España.
Pero esta paz no podía durar eternamente. La Máquina Comunista, estaba ahí, latente, como el harpa, “esperando la mano nieve que sepa arrancarlas”. Y esta llegó. Llegó en la persona de aquel “bobo solemne” llamado Zapatero y sus brotes verdes.
Unos brotes verdes que ahora han germinado y dado sus frutos. Ahí los tenéis: Sánchez, Iglesias, La Cajera, Echenique, Errejón, Monedero, etc., etc., y con ellos la vida de los españoles ha cambiado –para mucho peor- para siempre.
P. D.
Por cierto la Casa Real nos cuesta 7.5 millones de euros, solo “Podemos”, promotor de estos ataques, tiene un presupuesto de 18 millones y la TV3 catalana 347 millones.
La República Francesa cuesta 121 millones y la República Italiana 228 millones.
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