Camino al desastre.
Me pregunto: ¿¡me pasa a mi
solo o hay alguien más por ahí afuera que tenga la sensación de que esto, -
España – se está yendo a hacer puñetas!?
Desde que Pedro Sánchez, ha
sido elegido Presidente, he comenzado a sentir esta sensación; es una sensación
de desamparo, de orfandad, de ver como nos encaminamos hacia el desastre, a ver
como España ha comenzado a convertirse en una copia de ese lodazal comunista en
que se ha transmutado Venezuela, y, de un tiempo a esta parte, ha ido
afianzándose en mi la idea de que esto, este camino hacia despeñadero, ya no
hay quien lo pare.
Y la sensación a ido “in
crescendo” a cada paso que este hombre, Pedro Sanchez, iba dando para
conseguir, para ver colmado, su ansiado y enfermizo deseo de ser Presidente del
Gobierno.
Se alió con los comunistas
de Pablo Iglesias, del que antes había dicho que con él, en el Gobierno, no
podría dormir trasquilo; se alió con los golpistas catalanes, a los que ahora
recibe en la Moncloa con pompas de un jefe de Estado de cualesquier país
extranjero; y se alió con ex terroristas de la ETA, que hace menos de 15 años
todavía asesinaban españoles, muchos de ellos políticos del PSOE, sin un
pestañeo o el más leve asomo de remordimiento.
Y una vez instalados como
mandamases de la cosa, él, - Pedro Sánchez – y Pablo iglesias, el hombre que
aquél no quería ver en el Gobierno, so pena de no poder dormir tranquilo, se
convierten en los mejores compinches y comienzan su retahíla de tropelías.
Colocan a sus respectivas
señoras, la una como ministra y la otra en un puesto bien remunerado y que,
además, no se sabe cuando asiste, puesto que siempre se la ve viajando junto al
“empecinado Presidente”. (Eso, llegar ahí por ser la señora de.., por lo visto
no es machismo)
Nombran Fiscal General del
Estado a Dolores Delgado, ministra de Justicia en el anterior Gobierno de Pedro
Sánchez, y amiga de un juez cesado por prevaricación (¡Y se espera que esta
señora se muestre imparcial, justa y ecuánime!)
Baten el récord de
nombramientos a dedo para cargos en puestos de responsabilidad a personas
afines a su Gobierno socialista-comunista.
Y Sánchez tragando con todo
y con todos, se baja los pantalones ante el lerdo Torra, y su banda de mariachi
separatistas, sentándose en una mesa de diálogo de tú a tú, como si de dos
delegaciones de dos países diferentes se tratara, y “dialogando” sobre algo que
no cabe en dialogo alguno, la desmembración de España.
Le pide el golpista José
María Jové , que purgue a la abogada del Estado que probó la malversación de
fondos el 1-O, y casi al momento Carmen Tejera es fulminada de su puesto.
En fin, que hacen lo que les sale de la flor y aquí
no pasa nada.
De haber cometido la derecha
la mitad de arbitrariedades y atropellos que han hecho estos “progresistas”,
aquí ardía Troya.
Pero son la izquierda y eso
aquí, en este país, te da patente de corso.
Sea la discusión sobre lo
que sea, y sea entre hombres, mujeres o del camino del medio, llevar la
etiqueta de ser de izquierdas es como tener la banca en una partida de cartas.
Llevas todas las de ganar.
No importa que seas
analfabeta, petarda y tu argumento apeste, eres de izquierdas y eso es como el
escudo del Capitán América, inquebrantable e indestructible.
Y mi desazón no disminuye
cuando veo al “Vicepresidente del Gobierno”, en tono chulesco y al más puro
estilo gansteril, amenazar con cárcel a los periodistas que publican
informaciones comprometidas para su partido, - Podemos- tachándolas de mentiras
y refiriéndose a ellas como información de las cloacas.
Vuelvo a repetir una vez más,
vamos camino de convertirnos en una copia de Venezuela o Cuba, y sigue habiendo
ilusos que, como ha sucedido siempre en todos aquellos países que ha entrado el
comunismo y han quedado destruidos y asolados por completo, siguen diciendo:
eso aquí no pasará.
Pues sí, está pasando, aquí
y ahora, y no lo ve el que no quiere.
Hay creado, y esto no han sido solo estos, un ejército
de funcionarios y chupatintas que florecen en los laberintos de la burocracia. Y
entre los que hay y los que se están creando para pagar favores, el coste para
su mantenimiento se ha vuelto descomunal. Para pagar este mastodóntico ejército
de burócratas se necesita dinero, mucho dinero, y para conseguirlo revierten en
lo que hace siempre el socialismo, subir los impuestos. Subir el impuesto a las
empresas, a los autónomos, - que a la postre ya están asfixiados- - subir el
IVA, establecer un impuesto sobre el patrimonio, y el más injusto, arbitrario e
impúdico de todos, “el impuesto de sucesiones”, obligando a comunidades como
Madrid o Galicia, donde no existe o se paga muy poco, a imponerlo en su
totalidad, como en Andalucía, donde la gente se ve obligada a renunciar a una
humilde herencia, -el esfuerzo y trabajo de toda la vida de sus padres-, por no
poder afrontar el pago de dicho impuesto.
Esto se llama “impuesto a la
muerte” o el “botín del buitre”
Sin contar a los burócratas
de Bruselas, que esa es otra, tenemos que mantener a éste inmenso ejercito de
chupatintas. El despilfarro más grande se va en ese “maravilloso” invento de
las autonomías. (Aquí, no solo está el derroche más ingente, sino también el
verdadero cáncer que esta despedazando a España).
Y sigo: entre el Gobierno de
la Nación y otros 17 “gobiernitos autonómicos”, que se solapan, todos con sus
respectivos presidentes, vicepresidentes, ministros, vice ministros, etc., etc.,
con los chiringuitos varios, conocidos como ONGs, que florecen como hongos por
todo el mapa patrio, con ayudas a países “menos favorecidos”, con mantener a
los inmigrantes que llegan a España sin un duro, sin oficio ni beneficio, pero
que hay que darles, comida, vivienda, médicos, medicinas y dinero, no hay que
ser un lince para darse cuenta que España va directa a la insolvencia.
Y aquí es cuando yo recibo
la puntilla.
Cuando después del derroche
de millones que se van, tratando de sostener la enorme “tómbola” que acabo de
mencionar. Cuando después de ver que el dinero desaparece en un verdadero pozo
sin fondo... Acabo viendo en los periódicos, una y otra vez, que, lo que peligra,
lo que al parecer es la causa de toda nuestra ruina, son las pensiones. ¡Tiene
bemoles la cosa!
El sueldo medio de un
político es de 5.000 euros al mes, ¿y la causa de la ruina de nuestros sistema
financiero son las pensiones de nuestros mayores, con una media de 800 euros al
mes?
Unas pensiones por las que, además,
sus beneficiarios, nuestros ancianos, han cotizado toda su puñetera vida.
¡Hay que joderse!
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