Sunday, March 08, 2020

Camino al desastre.



Me pregunto: ¿¡me pasa a mi solo o hay alguien más por ahí afuera que tenga la sensación de que esto, - España – se está yendo a hacer puñetas!?
Desde que Pedro Sánchez, ha sido elegido Presidente, he comenzado a sentir esta sensación; es una sensación de desamparo, de orfandad, de ver como nos encaminamos hacia el desastre, a ver como España ha comenzado a convertirse en una copia de ese lodazal comunista en que se ha transmutado Venezuela, y, de un tiempo a esta parte, ha ido afianzándose en mi la idea de que esto, este camino hacia despeñadero, ya no hay quien lo pare.
Y la sensación a ido “in crescendo” a cada paso que este hombre, Pedro Sanchez, iba dando para conseguir, para ver colmado, su ansiado y enfermizo deseo de ser Presidente del Gobierno.
Se alió con los comunistas de Pablo Iglesias, del que antes había dicho que con él, en el Gobierno, no podría dormir trasquilo; se alió con los golpistas catalanes, a los que ahora recibe en la Moncloa con pompas de un jefe de Estado de cualesquier país extranjero; y se alió con ex terroristas de la ETA, que hace menos de 15 años todavía asesinaban españoles, muchos de ellos políticos del PSOE, sin un pestañeo o el más leve asomo de remordimiento.
Y una vez instalados como mandamases de la cosa, él, - Pedro Sánchez – y Pablo iglesias, el hombre que aquél no quería ver en el Gobierno, so pena de no poder dormir tranquilo, se convierten en los mejores compinches y comienzan su retahíla de tropelías.
Colocan a sus respectivas señoras, la una como ministra y la otra en un puesto bien remunerado y que, además, no se sabe cuando asiste, puesto que siempre se la ve viajando junto al “empecinado Presidente”. (Eso, llegar ahí por ser la señora de.., por lo visto no es machismo)
Nombran Fiscal General del Estado a Dolores Delgado, ministra de Justicia en el anterior Gobierno de Pedro Sánchez, y amiga de un juez cesado por prevaricación (¡Y se espera que esta señora se muestre imparcial, justa y ecuánime!)
Baten el récord de nombramientos a dedo para cargos en puestos de responsabilidad a personas afines a su Gobierno socialista-comunista.
Y Sánchez tragando con todo y con todos, se baja los pantalones ante el lerdo Torra, y su banda de mariachi separatistas, sentándose en una mesa de diálogo de tú a tú, como si de dos delegaciones de dos países diferentes se tratara, y “dialogando” sobre algo que no cabe en dialogo alguno, la desmembración de España.
Le pide el golpista José María Jové , que purgue a la abogada del Estado que probó la malversación de fondos el 1-O, y casi al momento Carmen Tejera es fulminada de su puesto.
En fin,  que hacen lo que les sale de la flor y aquí no pasa nada.
De haber cometido la derecha la mitad de arbitrariedades y atropellos que han hecho estos “progresistas”, aquí ardía Troya.
Pero son la izquierda y eso aquí, en este país, te da patente de corso.
Sea la discusión sobre lo que sea, y sea entre hombres, mujeres o del camino del medio, llevar la etiqueta de ser de izquierdas es como tener la banca en una partida de cartas.
Llevas todas las de ganar.
No importa que seas analfabeta, petarda y tu argumento apeste, eres de izquierdas y eso es como el escudo del Capitán América, inquebrantable e indestructible.
Y mi desazón no disminuye cuando veo al “Vicepresidente del Gobierno”, en tono chulesco y al más puro estilo gansteril, amenazar con cárcel a los periodistas que publican informaciones comprometidas para su partido, - Podemos- tachándolas de mentiras y refiriéndose a ellas como información de las cloacas.
Vuelvo a repetir una vez más, vamos camino de convertirnos en una copia de Venezuela o Cuba, y sigue habiendo ilusos que, como ha sucedido siempre en todos aquellos países que ha entrado el comunismo y han quedado destruidos y asolados por completo, siguen diciendo: eso aquí no pasará.
Pues sí, está pasando, aquí y ahora, y no lo ve el que no quiere.
 Hay creado, y esto no han sido solo estos, un ejército de funcionarios y chupatintas que florecen en los laberintos de la burocracia. Y entre los que hay y los que se están creando para pagar favores, el coste para su mantenimiento se ha vuelto descomunal. Para pagar este mastodóntico ejército de burócratas se necesita dinero, mucho dinero, y para conseguirlo revierten en lo que hace siempre el socialismo, subir los impuestos. Subir el impuesto a las empresas, a los autónomos, - que a la postre ya están asfixiados- - subir el IVA, establecer un impuesto sobre el patrimonio, y el más injusto, arbitrario e impúdico de todos, “el impuesto de sucesiones”, obligando a comunidades como Madrid o Galicia, donde no existe o se paga muy poco, a imponerlo en su totalidad, como en Andalucía, donde la gente se ve obligada a renunciar a una humilde herencia, -el esfuerzo y trabajo de toda la vida de sus padres-, por no poder afrontar el pago de dicho impuesto.
Esto se llama “impuesto a la muerte” o el “botín del buitre”

Sin contar a los burócratas de Bruselas, que esa es otra, tenemos que mantener a éste inmenso ejercito de chupatintas. El despilfarro más grande se va en ese “maravilloso” invento de las autonomías. (Aquí, no solo está el derroche más ingente, sino también el verdadero cáncer que esta despedazando a España).
Y sigo: entre el Gobierno de la Nación y otros 17 “gobiernitos autonómicos”, que se solapan, todos con sus respectivos presidentes, vicepresidentes, ministros, vice ministros, etc., etc., con los chiringuitos varios, conocidos como ONGs, que florecen como hongos por todo el mapa patrio, con ayudas a países “menos favorecidos”, con mantener a los inmigrantes que llegan a España sin un duro, sin oficio ni beneficio, pero que hay que darles, comida, vivienda, médicos, medicinas y dinero, no hay que ser un lince para darse cuenta que España va directa a la insolvencia.
Y aquí es cuando yo recibo la puntilla.
Cuando después del derroche de millones que se van, tratando de sostener la enorme “tómbola” que acabo de mencionar. Cuando después de ver que el dinero desaparece en un verdadero pozo sin fondo... Acabo viendo en los periódicos, una y otra vez, que, lo que peligra, lo que al parecer es la causa de toda nuestra ruina, son las pensiones. ¡Tiene bemoles la cosa!
El sueldo medio de un político es de 5.000 euros al mes, ¿y la causa de la ruina de nuestros sistema financiero son las pensiones de nuestros mayores, con una media de 800 euros al mes?
Unas pensiones por las que, además, sus beneficiarios, nuestros ancianos, han cotizado toda su puñetera vida.
¡Hay que joderse!

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