Monday, January 03, 2011

Las películas que salvaría.















Escuchaba hace unos días en el programa de radio, “Herrera en la Onda”, la hora de los oyentes, que ese día iba de, ¿Qué películas salvaríamos?
Y donde cada cual nominó la suya, aun que algunos, muchos, pusieron las consabidas de siempre, Ciudadano Kane, Que bello es vivir, varias de Alfred Hitchcock, etc., supuestos clásicos, pero que en realidad no pasan de ser verdaderos bodrios que aburrirían hasta a su director y que la mayoría de nosotros jamás fuimos capaces de aguantar enteras hasta el final, pero que siempre debemos nombrar si queremos parecer expertos en cine. -En esto, en querer aparentar y parecer lo que no es, el “sociólogo” del programa, Lorenzo Díaz, es un experto. -¡Valiente fantasma!-.
Si quieren hagan la prueba y al próximo que les nombre Ciudadano Kane o Casa Blanca, díganle que les cuente de que va la película o por lo menos alguna de sus frases mas celebres, ya conocidas como clásicos. Por ejemplo, ¿en que parte de Casa Blanca le dice Bogart al pianista, tócala otra vez Sam? o ¿que diablos era “Rosebud” nombre que una y otra vez menciona obsesivamente Orson Welles, en Ciudadano Kane?
Bien, pues hoy, y como estamos en año nuevo y no tengo ganas de bronca, en vez de escribir sobre chorradas nacionalistas, chapuzas del Gobierno, imposiciones de inmigrantes musulmanes, pesadez de los de la “Memoria Histórica”, -siempre busca de algún hueso que tirar a Franco, (Sic)- o burradas de los jueces españoles, voy a dejar mi lista de las películas que salvaría.
Salvaría: unas pocas de romanos.
Ben-Hur, de Charlton Heston. Los Diez Mandamientos, también del mismo actor. y Espartaco de Kirk Douglas.
Alguna mitológica.
Hércules. Y Rómulo y Remo de Steve Reeves. Y Troya, con Brad Pitt.
Una histórica.
El Cid, de Charlton Heston.
Tres musicales.
Sonrisas y lágrimas, de July Andrews. Cantando bajo la lluvia de Jim Kelly. Y El Mago de Oz de Judy Garland.
Dos lacrimógenas.
Que verde era mi valle, de Walter Pidgeon. Y Cumbres Borrascosas, de Laurence Olivier.
Una obra maestra.
Lo que el Viento se Llevó, de Clark Gable y Vivien Leigh.
De aventuras.
Todas las de Indiana Jones, de Harrison Ford. Robín Hood, de Errol Flynn. Y todos los James Bond de Sean Connery.
De ciencia fisión.
Todas de La Guerra de las galaxias. Y Batman, de Michel Keaton.

Dos serias.
Vencedores o vencidos, de Burt Lancaster y Spencer Tracy. Y Papillon, de Steve McQueen.
Algunas bélicas.
El día más largo, de un montón de actores. Doce del patíbulo, de Lee Marvin. Los cañones de Navarone, de Gregory Peck y Anthony Queen y Los héroes de Kelly, de Clint Eastwood. Además de estas, una pequeña joya de cuando el cine español era cine Los Últimos de Filipinas.
Tres de comedia.
El mundo esta loco, loco, de Spencer Tracy. La vuelta al mundo en 80 días, de David Niven y Mario Moreno –Cantinflas-. Y Fieras peligrosas, de John Cleese.
Y, por ultimo, el género preferido del autor de este blog, El Oeste Americano.
Por un puñado de dólares, La muerte tenía un precio y El bueno, el feo y el Malo, de Clint Eastwood. Los Siete Magníficos, de Yul Brynner y Steve McQueen. Murieron con las botas puestas, de Erroll Flynn. La diligencia y El Álamo, de John Wayne. Duelo de titanes, de Burt Lancaster y Kirk Douglas. El salario de la violencia, de Van Heflin y Tab Hunter. Y Pasión de lo fuertes, de Henry Fonda y Víctor Mature.
Y aquí, no me puedo olvidar de las series de televisión. Aquéllas series que ponían a principios de los 60, cuando aun la televisión en España era todavía un bebe, y de las que nadie parece acordarse.
Algunas series policiacas como, Yo soy espía, El Agente de C.I.P.O.L. o El Santo, y algo mas tarde Starsky y Hutch.
O de terror, como El Fantasma de Louvre o Historias para no dormir.
Pero las mejores, las realmente buenas, fueron las del Oeste.
El Llanero Solitario,-Solo para amantes del genero- Bonanza, El Virginiano o Caravana, fueron verdaderas obas maestras, pero títulos como, Cheyenne, Bronco, Sugart Foot, Maverick, El Hombre del Rifle, Cuero crudo, Want dead or alive, -Se busca vivo o muerto-, o Bat Masterson, son, simplemente, pequeñas joyas y yo, gracias a Internet, la tengo todas.
Feliz Año Nuevo.

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