Y lo hacen por nuestra libertad...
El Tribunal Superior de Justicia de Galicia –no lo escribo en gallego porque no me da la gana- ha dictado una sentencia sobre el decreto de plurilingüismo en la que se anula la consulta vinculante a los padres en infantil, así como la posibilidad de que el alumno use la lengua oficial que quiera en sus expresiones oral y escrita.
Ahora en fácil: El Tribunal Superior de Justicia de Galicia ha decidido que, ni los padres de alumnos, ni los alumnos mismos, tienen derecho a decidir que la lengua Oficial de España –el castellano- sea la lengua en que reciban su educación.
Estos sesudos señores, al parecer, han decidido que esta decisión la tome el profesor de turno, que dará las clases en la lengua que a él le salga de la flor, que, posiblemente, bien por voluntad propia o por coacción, será en gallego.
Esta clase de sentencias por parte de nuestra justicia” son las que te hacen volver a replantearte seriamente aquélla idea, que tuviste un día, de pedir la nacionalidad de Burqina-Faso.
Aunque tampoco debieran extrañar mucho, puesto que es lo que suele pasar cuando el que juzga es, a la vez, juez y parte.
Aunque, al parecer, no a todo el mundo le ha parecido una barrabasada, puesto que, a “A Mesa pola Normalización”, a “CIG-Ensino” y a la “plataforma ciudadana Queremos Galego” les ha parecido “un éxito de toda la sociedad gallega”.
¿¡Un éxito de la sociedad gallega!?
Esta gente tiene una jeta que se la pisa. Vaya cara más dura.
La sociedad gallega ha votado, hace tan solo un par de meses, al PP por mayoría absoluta.
Y ha votado al PP, no por lo guapos que sean Núñez Feijoo o Rajoy, sino porque este era el único partido que les prometió el derecho a decidir la lengua en que, la sociedad gallega, quería educar a sus hijos.
Y aquí, el único éxito que ha habido en esta sentencia ha sido para los “nacionalistas”, un grupúsculo de gentes con la ideología mas retrograda, exacerbada, dictatorial y fascistoide que ha pisado la faz de la tierra.
Y no crean que exagero, no. Ya sé que ha habido regímenes como el nazismo o el comunismo soviético y chino que dejaron sin resuello y, la mayoría de las veces, sin bastante más, a aquellos que les tocó en suerte vivir bajo su sombra, pero estos no le van a la zaga.
Quizás aquéllos mostraron más violencia, pero también se puede ser violento sin mostrarlo.
Porque, ¿qué es?, sino violencia, el esperpento de que una minoría imponga sus ideas y su ideología sobre una mayoría, que no quiere ni oir hablar de ellos, diciéndole, además, con un cinismo sin parangón, que lo hacen por su libertad (la de la mayoría).
Y es que, en todas y cada una de las acciones de los nacionalistas se puede ver como todas las razones que explican la razón de la libertad y la democracia y que es algo tan sencillo, en este caso, como que cada cual, pueda escoger la lengua o idioma en que quiere educar a sus hijos, esto es: a los hijos de UNO; se encuentran siempre con la sinrazón y sin argumentos del fanatismo dogmático, -y de hazlo y no lo pienses ni lo argumentes ni lo razones-, que con el dogma de que en Galicia se tiene que hablar en gallego, -sin querer darse cuenta de que hasta la fecha Galicia también es España-se cierra en banda ante cualquier razonamiento lógico, pidiendo igualdad de derechos tanto para ellos como para nosotros, los que no nos oponemos a que ellos eduquen a sus hijos, y hablen, en el idioma que quieran, sin negarnos a nosotros el mismo derecho, -Como que también haya escuelas solo en castellano-, cosa que ellos hacen, y se siguen creyendo que están en su derecho y además que ellos son los justos y nosotros, tan gallegos como ellos, los españolistas injustos y amantes del dictador, y de ahí no los quita nadie.
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