Lengua sexista…
A
ver si puedo aportar mi pequeño granito de arena en defensa de la
Lengua. Tratar de establecer que ésta no es ni sexista, ni machista,
ni racista, la Lengua es la Lengua sin más. Una herramienta para
comunicarnos, para entendernos unos con otros.
No
es más racista llamarle negro a un negro que blanco a un blanco.
Como
no es sexista llamarle vaca a la vaca y tigre a un tigre, aunque que
cualquiera de nosotros prefiramos que nos llamen lo segundo antes que
lo primero.
No
hace mucho, para demostrarme lo sexista de la lengua, una amiga mía
me puso los siguientes ejemplos: el Sol era masculino y la Luna
femenino, el día masculino y la noche femenino. Ignoro la extraña
razón de por qué a ella le parecía que el Sol y el Día, eran más
importantes que la Luna y la Noche.
La
lluvia, las nubes, la nieve, la fiesta, la siesta, la esperanza, la
caricia, la madre, la vida,… la Lengua está llena de cosas
hermosas que, igual que las rosas, son en femenino.
La
abogada o la abogado, la arquitecta o la arquitecto, la jueza o la
juez.
Nombre
de género común, son los que tienen una sola terminación y
diferente artículo, como por ejemplo: el mártir, la mártir, el
testigo, la testigo.
Y
están nombres como la perdiz o el ratón, que, por llevar la misma
terminación y articulo para ambos géneros, son de género epiceno.
En
español el plural en masculino implica ambos géneros
–“gramaticales”-.
Así
que al dirigirse al público no es necesario, ni correcto, decir
vascos y vascas, españoles y españolas, todos y todas.
Solo
se deben emplear ambos géneros cuando el masculino y el femenino son
palabras diferentes, por ejemplo: mujeres y hombres, toros y vacas,
caballos y yeguas, damas y caballeros.
En
español existen los principios activos como derivados verbales.
Por
ejemplo, el participio activo del verbo atacar, es atacante; el de
oír es oyente; el de cantar, es cantante; el de existir, existente.
Y
el participio activo del verbo ser, es ente, el que es, es el ente.
Por lo tanto a la persona que preside se le dice presidente, no
presidenta, independientemente de su sexo.
Como,
igualmente se dice sufriente, no sufrienta; Se dice adolescente, no
adolescenta; Se dice paciente, no pacienta. Y se dice contendiente y
no contendienta.
Por
lo tanto, Ana Patricia Botín, es la Presidente, del Santander.
Ester
Koplowitz, es la Presidente de Fomento de Construcciones y Contratas.
Y
María Dolores Dancusa es la Presidente de Bankinter.
Y
esto no le quita merito a la mujer, sino que se lo da.
Lo
que le quita merito a la mujer, lo que la desluce, son esas otras
mujeres que queriendo “ensalzarle” le endiña epítetos como
“miembras o portavozas”. Eso si es un desprecio a la mujer y a la
inteligencia.
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