Despreciar la historia es hoy lo más Cool…
Nunca dejará de
asombrarme la manera en que la gente se mueve al ritmo que le imponen las modas
y no me refiero en el vestir, que también, sino de la manera de hablar, de comportarse
o definir la tendencia hacia esto o aquello.
Aunque tratamos como locos de ser originales y no parecernos
a nadie, todo lo que hacemos suele estar marcado por la tendencia del momento.
Lo que está en boga, lo más “cool”.
Hubo un tiempo en que estaba de moda ser comunista. Si no
eras comunista era porque eras un ignorante, no era culpa tuya, te habían
educado mal en la escuela.
Para estar en boga, ser intelectual y estar a la altura,
tenías que ser comunista marxista. Había algunos que eran maoístas, estos
estaban un par de escalones por encima de los anteriores.
Aunque nadie sabía muy a ciencia cierta quién había sido Marx, o que con él había estado
otro tipo llamado Engels, o que Mao había sido uno de los dictadores más criminales de todos los tiempos solo
comparable con Stalin.
Fidel Castro fue nuestro símbolo de libertad de la América
Latina. Él representaba del triunfo del obrero y el pequeño campesino frente al
poderío imperialista yanqui.
Pero nuestro héroe por excelencia, nuestro paradigma de libertad,
fue el Che Guevara.
Y aquello de: “Prefiero morir de pie que vivir arrodillado”,
fue nuestro lema.
Luego resultó que Fidel castro fue un miserable dictador y
un mal gobernante que llevó a Cuba a la mas absoluta ruina y el Che Guevara un
inadaptado psicópata que sembró Sudamérica de guerrillas, grupos armados que
llevaron muerte, ruina y desolación a aquellos países que decían tratar de
liberar. Un lacra de la que Sudamérica no ha conseguido librarse del todo hoy
día.
Y los afortunados fueron aquellos que huyendo del paraíso
castrista consiguieron llegar a los Estados Unidos.
Pero lo de ir con la moda para estar a la moda no se queda solo en la
política, no.
Hubo una época que la mejor película de todos los tiempos,
que todo el mundo había visto un mogollón de veces, había sido “Ciudadano Kane”
, y cuidado, nadie osaría irse a una isla desierta sin llevarse un ejemplar del
“Ulises de Joyce.
Estas suelen ser modas pasajeras, donde los progresistas,
“progres” para los amigos, viven al acecho de cualquier causa que justifique su “lucha”, su “Rebelde
sin causa”.
Y a ellas no es ajeno ningún país del mundo, o por lo menos
del Mundo Occidental, ya sea Francia, EEUU, Inglaterra, Australia o Canadá,
nadie se libra de ellas.
Ahora se ha puesto de moda, tanto a este lado del Atlántico
como al otro lado, atizarle a los Conquistadores Españoles, emborronar la Gesta
Española y reavivar la Leyenda Negra, esa que muy amablemente le indilgaron a
España nuestros primos los británicos.
Y que el imbécil español se creyó a pie juntillas, dicho sea
de paso.
Y, aunque aquí hay estopa para todos, el que se está
llevando la palma es Cristóbal Colón.
Hace mucho tiempo que los británicos han estado negándole al
Almirante, la autoría del descubrimiento, pero ahora a estos se han unido
también los americanos, tanto del norte como del sur.
Por lo visto antes que Colón, había llegado al Canadá, según
ellos, un vikingo despistado, pero que ni supo que había estado en un nuevo
continente, ni se lo contó a nadie. O sea, que no se enteró, ni él, ni la madre
que lo parió.
Fue muchos siglos después, cuando ya lo del descubrimiento
estaba más que consolidado y lo de ir a ese nuevo continente era como irse de
vacaciones a Benidorm, que un nórdico
dijo, ¡ah! Pero si aquí ya había estado un tío abuelo de mi tatarabuelo.
Vamos, que lo del vikingo es como si yo acierto la
combinación ganadora de la “primitiva” al día siguiente del sorteo.
Esto viene dado por la envidia cochina que otros países
europeos, especialmente los anglosajones, sienten hacia España por no haber
sido ellos los autores de aquella Gesta.
Y algo que los españoles debiéramos defender con unas y
dientes.
No obstante, el pobre Colón se las está llevando hasta en el
carnet de identidad.
El otro día vi en un reportaje que en una escuela de Palos
de la Frontera, puerto del que zarparon las tres Carabelas, estaban enseñando a
los niños que, los verdaderos artífices de aquel viaje y por ende del
descubrimiento, habían sido los hermanos Pinzón, y Colón solo un advenedizo que
se había hecho con el honor y la gloria que pertenecía a aquéllos.
Y hace unos días, la señora Carmen Calvo, la zombi que
tenemos como vicepresidente, pedía a un
historiador que certifique que la hazaña de Magallanes y Elcano, no había sido
española sino portuguesa.
¡Tócate los…pies!
Y, si éramos pocos en la pista, nos sale el tonto comunista
mejicano, López Obrador, con abuelo de Cantabria, para más señas, diciéndole al
Rey, que España tiene que pedir perdón a México, por la Conquista.
Algo con lo que Pablo iglesias y Podemos, están de acuerdo.
¡Faltaría más!
Colón fue un hombre de su tiempo. Es más, fue un visionario.
Él no iba a descubrir un nuevo mundo, iba a buscar un camino
más corto para llegar al otro lado del mundo.
Se aventuró hacia lo desconocido en busca de algo mejor para
el ser humano. Igual que un astronauta se aventura hoy en día a ser lanzado al espacio
en una minúscula capsula montada sobre una bomba.
Culpar a Colón y a los Conquistadores de las fortunas o
desdichas que aquel nuevo mundo sufre hoy día, sería como si dentro de unos
cientos de años, cuando el ser humano haya conquistado otros planetas, los
futuros habitantes de esos planetas culpen a Neil Armstrong por haber dado
aquel “primer paso”.
"Nuestra herencia es nuestra inspiración para conquistar
metas que están fuera de nuestro alcance.
Ser capaz de soñar el
sueño mas grande y hacerlo realidad.
Sin los pensadores, los soñadores, los adalides, los
hacedores…los gigantes que hicieron y hacen que el mundo avance…sin nuestra historia
que nos soporte cuando caigamos y nos ponga de nuevo de pie… ¿Qué nos queda ?"
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