Dicen que la historia la escriben los vencedores…
Dicen que la historia la escriben los vencedores, y puede que sea así en la mayoría de los casos, pero, desde luego, eso no fue lo que sucedió con la Guerra Civil en España.
En este caso, los vencedores de la contienda, los “nacionales” (franquistas prefieren decirles ahora, como si aquellos que murieron luchando en el bando de los sublevados lo hubiesen hecho por amor a Franco), casi no escribieron ni contaron nada.
Y a pesar de lo que digan y escriban algunas mentes calenturientas y, en la mayoría de los casos, mal intencionados, sobre cómo era la vida en la era del franquismo, como nos aleccionaban en la escuela, haciéndonos cantar el “Cara al sol”, de pie y con la mano extendida hacia delante, haciendo el saludo fascista, la verdad es que, de eso, ná de ná , ¡la bien pagá!
Es verdad, que en el primer lustro después de la contienda el Gobierno de Franco, hizo un tímido esbozo de instaurar en las escuelas una suerte de propaganda fascista, pero después de eso, y con la derrota de Alemania en la Segunda Guerra Mundial, la cosa fue cayendo en el olvido y, para aquellos niños nacidos a partir de 1950, ya no hubo adoctrinamiento, cuentos de guerra, ni propagando política de ninguna clase.
A mi, que nací en el 52, jamás de los jamases, me hicieron saludar a modo fascista, falangista, franquista o del camino del medio, ni cantar el cara al sol, cara al viento, o cara a la lluvia.
Fue a partir de la muerte de Franco, y con la llegada de la “democracia, –que ironía- cuando comenzaron a aleccionar a los niños en la escuela, especialmente en los últimos años, a saludar al modo comunista y a reescribir la historia.
Ellos, los “perdedores”, son los que están escribiendo la historia a su gusto y hechura.
Una historia falsa y plagada de mentiras. Un cuento vil y canalla en el que pintan al bando nacional, como unos criminales sin escrúpulos que se comían niños para desayunar, y al bando republicano, como santos de mear agua bendita. Una patraña, pura fabula, sin el más mínimo rigor histórico, que, a poco que uno investigue, no se sostiene ni con papel de fumar.
Pero que, contándoselo a un niño desde temprana edad y repitiéndolo sin cesar, para ese niño acabará por convertirse en una verdad.
Y así acabamos llegando a un punto en que te encuentras a cualquier “picha brava” felicitándose por haber exhumado el cadáver de Franco, del Valle de los Caídos o la expropiación del Pazo de Meirás, a la familia del Caudillo.
Y ante la pregunta de: ¿Por qué esa alegría? La contestación es: SE ha hecho justicia, el Pazo fue robado al pueblo y es bueno que vuelva al pueblo. Y cuando tratas de explicarle que la cosa no es tan así, te informa que eres un fascista inculto y te conmina a que leas más y te documentes. Así, con un par…
¡Hay que joderse!
-¿Tú sabías, picha brava, de quien era el Pazo antes de la Guerra?
-¿Sabías que el Pazo fue construido por doña Emilia Pardo Bazán, quien heredó los terrenos?
No, no lo sabías…
-¿Sabías que a la muerte de la escritora el Pazo fue heredado por Jaime Quiroga y Pardo Bazán, hijo de doña Emilia?
No lo sabías…
-¿Sabías que este hijo, Jaime Quiroga, y el hijo de éste (de 17 años), y por ende, nieto de doña Emilia, fueron “juzgados” en 1936 en la checa del Círculo de Bellas Artes de Madrid, por un comité formado por UGT, CNT, FAI y PSOE y fueron asesinados en la Pradera de San Isidro en agosto de ese mismo año?
Tampoco lo sabías...
-¿Y sabias que, hace algo más de un año, en un requiebro macabro del destino, ese mismo Circulo de Bellas Artes, fue el lugar elegido como sede para la presentación de la obra de doña Emilia Pardo Bazán?
Tampoco sabias esto… ¡Imbécil!
-Ahora, que la “justicia” española ha dado la razón al auto de expropiación que en su día presentó el PSOE, contra la familia Franco, tú te ufanas, te congratulas y casi te licuas, porque al fin se ha hecho justicia…
El Pazo ha siso expropiado por el mismo PSOE que mandó matar a su dueño legitimo, ¿Y a ti, con eso, te parece que se ha hecho justicia?
Por muy lerdo que seas, por muy pocas neuronas que funcionen en tu cerebro, yo creo que, hasta tú, serás capaz de comprender que, si hay un más allá, y si doña Emilia Pardo Bazán, está viendo esto desde algún lugar de ese más allá, estará loca de alegría porque “se ha hecho justicia”.
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