Corren tiempos locos…

 

 

Corren tiempos locos, raros, donde todo lo que uno daba por sentado se está poniendo en entredicho. Un mundo donde ocurren cosas que uno creía superadas a partir de su generación, los que fuimos jóvenes en los 70.

Los que conocimos aquella generación maravillosa, en la que nació la música más maravillosa que jamás se haya escrito.

La ultima generación que nació sin televisión, que jugo en la calle a toda clase de juegos, y que aprendió a leer con el Guerrero del Antifaz, Roberto Alcázar y Pedrín, el Jabato y el Capitán Trueno.

Aquella generación que se creyó que con ellos todo estaba visto e inventado, que el ser humano era libre por fin.

La generación que vio llegar a los Beatles y a los Rolling Stones.

La generación que vio como las abuelas de Irene Montero, nuestra ministra de “Igual da”, comenzaban a fumar y se vestían con minifalda, una minifalda que les quedaba divina, y que usaron incluso las musulmanas desde Egipto hasta Afganistán.

La generación que se creyó que con la Guerra del Vietnam, se habían terminado todas las guerras.

La generación que nació a la luz de una vela, sin baño ni agua caliente en sus casas, que se partió el pecho para que sus hijos nunca vivieran aquello, y que ahora se queda perpleja viendo como una legión de millonarios que viajan todos los días en sus jets privados, le obligan a volver a la luz de la vela en nombre de una política verde y, supuestamente, más amable con el medio ambiente.

Una generación que a base de constancia y mucho esfuerzo consiguió darles a sus hijos una educación que ellos no tuvieron, una educación de elite, y que ahora se queda atónita viendo como el objetivo de los más brillantes es ser funcionario del Estado.

Una generación que se ve “Gobernada” –manipulada- por analfabetos y descerebrados que, no hace mucho, alardeaban de que España se había convertido en el campeón de los ecologistas al derrumbar más de mil presas y pantanos y dejar que los ríos fluyeran de nuevo, y ahora, con una sequia del copón, los mismos políticos les ordenan no usar mucho el agua porque España se está quedando seca… ¿Como si esto fuera algo nuevo?

Una generación que ve que el idioma español, el que le enseñaron sus padres y sus profesores y que hablaba con sus amigos y compañeros, y que es hablado por más de 577 millones de personas, la segunda lengua más hablada del mundo y la tercera más usada en internet, es ahora proscrita en su país porque la moda, lo más “cool”, del momento, es que cada región, pueblo o aldea, hable su jerga local en este babel en que se ha convertido España.

Una generación que, ya completamente agotada, solo les quedaba por oír que, conducen muy mal, no hay dinero para sus pensiones, no hay sitio para tantos en las residencias, ni hay tiempo para cuidarlos en casa.

Una generación que ahora se está yendo y ni siquiera se va triste, porque nació calladita y se va calladita… sin barullo, sin aspavientos, sin enojo… Solo con un, hasta luego, y el ultimo que cierre la puerta.