Friday, February 24, 2012

A vueltas con la huelga... y la van a armar.




Siguen y siguen y siguen. Los sindicatos no paran tratando de calentar a la gente para que los secunde en una próxima huelga general.
¿Pero por qué?
¿De que van ahora estos badulaques?
¿Qué ven tan malo de las reformas laborales hechas por el Gobierno?
Que ahora, en vez de 45 días por año, solo nos van a dar 33.
Bueno: ¿y qué? “big deal” que dirían los ingleses.
Es que cuando vamos a pedir un trabajo, ¿vamos pensando en el trabajo en cuestión, si nos conviene o no, si valdremos para desempeñarlo o no, si vamos a estar contentos haciéndolo o no, o vamos pensando cuanto le vamos a poder quitar a la empresa a la hora marcharnos?
Por dios, un poco de seriedad.
Y, si una empresa pierde dinero durante tres trimestres consecutivos, entonces nos podrán echar con solo 20 días por año trabajado.
¿Y eso es malo?
En mi opinión: si una empresa pierde dinero durante tres trimestres consecutivos no debiera tener que indemnizar nada de nada, puesto que, en muchos de los casos, esto ha abocado a las empresas a la ruina.
Y es que, si una empresa tiene 12 operarios y en tiempos de crisis, como los que corren, solo necesita 7, debería poder despedir a los otros cinco sin tener que dar indemnización alguna, puesto que, de esta forma, podría seguir trabajando y dándole empleo a los siete que le quedan y quizás, cuando las cosas fueran mejor, podría volver a contratar a los que echó, cuando, en caso contrario, posiblemente se queden sin trabajo los 12 obreros, con la empresa arruinada y sin esperanzas de poder volver a crear un mísero puesto de trabajo en su vida.
¿Es esto mejor?
¿Pero quien se cree que los empresarios quieren despedir a la gente?
Los empresarios lo que quieren es que la empresa vaya bien, que funcione, que medre y poder contratar más gente todavía.
Nadie contrata para despedir, ni por 45 días, ni por 33, ni por 20.
Esto lo saben bien los sindicatos pero no les importa, ellos van a lo suyo. Y ahora, después de dejar que el anterior Gobierno arruinase España, sin mover un dedo, han decidido que es hora de justificar que son necesarios, que están ahí para velar por los intereses del obrero, cuando en realidad, están ahí para velar por sus propios intereses, porque, la verdad, los sindicatos ya no son la solución, sino parte del problema.
Las empresas españolas soportan en sus filas a 10.000 liberados, 10.000 parásitos que, en la mayoría de los casos, ni siquiera aparecen por la empresa más que cuando hay que hacer alguna manifestación o huelga y que le cuestan a España 500 millones al año.
Y, es verdad, que ayer consiguieron sacar a las calles a unos pocos miles de personas.
Pero ni unos pocos miles de personas, ni un grupo de estudiantes “pintando el indio” en Valencia, representan ni el uno por ciento de los votantes españoles que le dimos nuestro voto y nuestra confianza a Rajoy para que arreglara esto.
Porque la solución a nuestros problemas no pasa por caceroladas, ni bravuconadas corriendo delante de los “grises”, ahora son azules, sino por ponerse serios y trabajar de firme.
Vivíamos con la noción equivocada de que el mundo solo podría ir a mejor.
De que ya lo teníamos todo hecho.
De que teníamos derecho a un trabajo “digno”.
Y no es verdad. Eso es una chorrada, olvídalo.
En el mundo real, si queremos algo tenemos que ganárnoslo día a día.
Tenemos que estar a la altura de de los tiempos.
Tenemos que ser tan competitivos como el primero de los países punteros.
Tenemos que aprender a competir en la nuevas técnicas digitales, que representan en definitiva el futuro, y tenemos que hacerlo y no esperar a que nos lo den hecho
Solo así podremos salir de esta embrollo en que estamos metidos, de otra forma acabáremos como Grecia o como cierto país de ultramar donde tienen una presidenta “suertuda”, peronista y capitalista hasta la medula y que ahora se las da de proletaria.

Wednesday, February 15, 2012

Los “padres peregrinos”




Me pregunta un amigo: ¿Quiénes fueron esos “padres peregrinos” que, se dice, fueron los colonizadores de los Estados Unidos?
Los colonizadores, llamados “padres peregrinos”, eran un grupo de puritanos que abandonaron Inglaterra, el 16 de septiembre 1620, para huir de la persecución por sus creencias religiosas.
Navegaron a bordo del Mayflower, durante 55 días, casi cien personas, hombres, mujeres y niños, apretujados en un barco de tan solo 27 m de eslora, desde Plymouth, Inglaterra, hasta Cabo Cod, Massachusetts. Al día siguiente rodearon el cabo y anclaron en un amplio puerto, frente a lo que hoy es Provincetow.
La idea que tenían los puritanos de diversión era dedicarle más tiempo a la oración.
La fiesta de Navidad la consideraban una indulgencia del Papa, no aceptaban los anillos de boda, ni órganos en las iglesias, ni colores vivos o decoraciones.
Así que, para ellos, un bodorrio como los que acostumbramos aquí, de comer y beber hasta vomitar, estaría definitivamente fuera de cuestión.
El rey Jacobo I de Inglaterra, era, en cambio, un hombre amante de la buena mesa y el buen vino y que no reparaba en gastos a la hora de montarse una fiesta, y esto era algo que nunca le acarreó una buena harmonía con los puritanos.
A pesar de que el rey Jacobo I hizo el gesto de unir Inglaterra y Escocia como un solo país y tuvo la idea de pintar una tela combinando la Cruz de San Jorge con la de San Andrés, creando así, la Bandera Nacional Británica, así como inventándose el nombre de Gran Bretaña para denominar la nueva nación, además de autorizar la Biblia del Rey Jacobo, pieza de literatura que todavía hoy sigue siendo un referente, no fue bastante para contentar a algunos de los puritanos más recalcitrantes, los cuales, desesperanzados de la pecadora Inglaterra y viéndose incapacitados para predicar a su gusto, se embarcaron en el “Mayflower” y pusieron rumbo a Norte América con la idea de establecer una nueva vida.
La leyenda sigue diciendo que, los “Padres Peregrinos” se fueron a América huyendo, puesto que en Europa no eran libres para seguir su religión; en realidad se fueron porque en Europa no eran libres para obligar a los demás a seguir su religión.
Ellos no fueron, en realidad, los primeros europeos en llegar a lo que hoy es Los Estados Unidos de América, pero si fueron el embrión del que iba a salir la nación que hoy conocemos y de que, en esa nación, se hable el inglés en vez de otro idioma.
Y es, en su recuerdo, que Estados Unidos celebra todos los años, cuarto Jueves del mes de Noviembre, una de sus fiestas más importantes: “El Día de Acción de Gracias”, fiesta que ellos celebraron tras recoger su primera cosecha en tierras americanas.

Wednesday, February 01, 2012

El juicio del Juez Garzón o "el ocaso de una estrella".


El Juez Garzón está siendo juzgado. Y, a pesar de lo que dice el progrerio patrio, de que nuestro juez estrella está siendo víctima de una confabulación “fascista” para hundirlo, la verdad es otra muy diferente.

Este señor está siendo juzgado, simple y llanamente, porque ha delinquido y, aunque a muchos nos cueste creerlo, en este país la justicia está tratando de demostrarnos que es igual para todos, y seas un juez estrella o un ciudadano de a pie, príncipe o plebeyo, famoso o anónimo, si delinques y te cogen, acabas ante la justicia, y esperemos que así sea.

Hay quien alega a favor de Garzón, que hizo mucho y muy bien en pro de la justicia, especialmente en la lucha contra ETA, el narcotráfico y en pedir, en su día, la extradición de Pinochet.
Bien, aquí habría que matizar: en lo de Pinochet, metió las narices en lo que no le importaba, puesto que, el juzgar o no a Pinochet, era cosa de los chilenos, ellos eran los que tenían que decidir en lo que hacer con “su dictador” y no ningún español megalómano.
Y, además, esto abrió la veda para que cualquier imbécil argentino salte ahora a la palestra diciendo que quiere juzgar a Fraga o recuperar la “memoria histórica” o a tocarnos las narices con alguna sandez por el estilo. ¿Y es que, no comprendo todavía, cómo no se nos cae la cara de vergüenza al permitir que cualquier "sopla sirios" de tres al cuarto venga a decirnos como debemos implementar justicia en nuestro país?
Y en cuanto con lo de ETA: bueno, aquí… los detuvo cuando le dio la gana y los soltó y ayudo, cuando le convino a él y a su partido “amigo”.
Y ya en lo del narcotráfico: aquí sí, aquí realmente fue el flagelo y azote de los contrabandistas.
Pero al final, lo que realmente se debe tener en cuenta es que, todo lo que hizo este señor, bueno, malo o medio regular, jamás lo hizo en pro de la ley y la justicia, sino pensando siempre en su medro personal, en su deseo de satisfacer su egocéntrica pasión, esa ansia incontrolable que sentía de querer ser siempre el protagonista de la película.
Acabando por crearse un ego tan agigantado que lo llevó a creerse una estrella, un semidios o algo así.

Viendo hace unos días un programa de televisión en el que se debatía sobre este asunto, oí a uno de los contertulios, tratando de exculpar al Juez Garzón, que decía lo siguiente: El Juez Garzón no tuvo más remedio que ordenar someter a los acusados, "en un caso de corrupción", a escuchas ilegales a fin de evitar la destrucción de pruebas y la evasión de capitales y es que, a veces, no hay mas remedio que actuar mal a fin de evitar un mal mayor.Y acababa preguntado a los demás contertulios: ¿no nos hubiésemos alegrado todos ahora si algún juez hubiese ordenado escuchar ilegalmente las conversaciones entre los asesinos de Marta del Castillo y sus abogados?
Pues si tío, nos hubiésemos alegrado un montón y especialmente sus pobres padres y abuelo, puesto que de haber sido así, a esta hora todos sabríamos lo que estos tiñalpas descerebrados, habían hecho con el cuerpo de la pobre Marta, pero, en el proceso, podríamos haberle dicho también adiós al "estado de derecho".
Este fulano estaba tratando de decirnos que, a veces, el fin justifica los medios.
Pero para este viaje no hacían falta estas alforjas.
Si le diésemos una patada al "estado de derecho", si mandásemos la justicia a hacer puñetas, para saber donde está es cuerpo de Marta no haría falta escuchas de ninguna clase, simplemente con dejar a estos niñatos unos minutos en manos de una pareja de picoletos a solas en el cuartelillo, por medio solo del expeditivo y eficaz método de un par de culatazos de fusil en los dientes, acababan cantando hasta la “Traviata” en menos tiempo del que me lleva escribirlo.
Desde el día mismo que aprendió a hablar, quizá antes, el ser humano, esa bestia erguida que se considera a sí mismo el pináculo de la creación ha tratado de defenderse contra el crimen de la forma más eficaz y mejor que ha sabido.
Y así, ha ido pasando desde el ojo por ojo, la ley de Linch, la caza de brujas, confesiones arrancadas a base de torturas, sentencias dictadas sin pruebas ni fundamentos, bastaba con que le cayeses mal a uno de los que mandaban o, simplemente, la acusación de un vecino que te tenia ojeriza, para que te condenasen e, incluso, hubo lugares y momentos donde hubo grupos de gente inocente que fue declarada culpable simplemente para cubrir el cupo de "quintacolumnistas" que los servicios secretos debían hallar en determinado lugar y periodo de tiempo.
Y así hasta llegar al “estado de derecho” que disfrutamos hoy día.
No es perfecto, pero es lo mejor que hemos tenido hasta el memento.
En él, el secreto de las conversaciones de un acusado con su abogado es un derecho que tenemos todos los que vivimos en este país. Un derecho que debe ser inalienable.
Solo, en ocasiones excepcionales, como por ejemplo el que estén en peligro vidas humanas, se puede obviar este derecho y un juez puede ordenar las escuchas.
Este no era el caso. En realidad este no pasaba de ser un caso de supuesta corrupción en el que, además, el acusado resultó absuelto.
El problema de fondo no pasa de ser un señor, un juez, que creyéndose su propia leyenda, se creyó estar por encima del bien y del mal y poder hacer y deshacer la ley y la justicia a su gusto y hechura.
Si ahora permiten que un individuo de esta catadura salga indemne y oliendo a rositas, quizás le demos una gran alegría a "la caterva de la pancarta", la Bardem, Llamazares y compañía, pero a “nuestro estado de derecho” le habremos dado una estocada de tal calibre que lo puede dejar completamente moribundo, ¿si es que no lo esta ya?