Monday, February 21, 2011

Las amenazas estratégicas contra Europa han provenido siempre de Oriente.



Aun con la caída del dictador egipcio Hosni Mubarak y el tunecino Ben Ali, la chispa revolucionaria sigue avanzando como un reguero de pólvora por el mundo árabe.
Y ya tenemos a la atontada y bobalicona Occidente, viendo todo esto como un canto de los pueblos por la libertad. El triunfo de la lucha de los humildes contra los opresores. El grito de un pueblo que prefiere morir de pie que vivir arrodillado y bla y bla y bla.
Todo de un bonito, heroico y melodramático que te cagas, pero mucho me temo que en el fondo la cosa no sea tan así.
Ojalá fuera así. Ojalá todo esto desembocara en unas elecciones democráticas que llevasen a estos países a gozar de una verdadera libertad.
Pero, desgraciadamente, mucho me temo que detrás de todo este follón esté el “islamismo radical”
Es verdad que ahí hay gente que de verdad lucha por la libertad. Gente que no desea para sus países ni autocracias, ni teocracias y es por eso que a los islamistas la cosa se las ha ido un poquito de las manos y la chispa ha prendido también en uno de sus feudos, Irán, pero me apuesto mi colección del Guerrero del Antifaz, que le dio al moro y al turco las de él y las del pulpo, que ahí va a ser el único sitio donde no triunfa la revolución.
En los demás va a triunfar; y entre todo el tumulto, mientras a occidente se le cae la baba con la envidia, por ellos no tener una revolución así para poder también jugar a héroes, que eso siempre queda muy bien y muy chic para contar luego, los partidos islámicos –los únicos organizados- se harán con el poder y antes de que nadie se dé cuenta, Europa se verá rodeada de países gobernados por “islamistas radicales” que tendrán al mundo en general y a Europa, empezando por España e Italia, en particular, cogidos por donde más duele.

Y aquí quiero recordar lo que escribió don Ricardo de la Cierva en su libro, “Historia total de España”: Debemos notar que las amenazas estratégicas contra Europa han provenido siempre de Oriente y a veces se han complementado con la amenaza africana.
En Oriente se fraguó a distancia la invasión de los persas contra las ciudades de Grecia donde nacía la civilización occidental y luego la de los barbaros contra el Imperio Romano; de África saltaron el Estrecho los musulmanes en el año 711, que no se dirigían solo a España sino a Europa hasta la victoria de Carlos Martel en Poitiers.
Luego siguieron las invasiones de los imperios africanos, musulmanes y fanáticos, almorávides, almohades y benimerines.
Los turcos, islamizados y seguidores del Profeta, acabaron con el Imperio romano de Oriente en 1453 y desde entonces, convertidos en la gran potencia naval del Mediterráneo, intentaron simultáneamente la invasión en tenaza contra la Cristiandad por el valle del Danubio y la de Italia y España.
En nuestro tiempo la invasión de Centro Europa se produjo desde la URSS entre 1944 y 1948 y se mantuvo pendiente hasta le hundimiento del Muro de Berlín en 1989; pero tomó el relevo, ahora desde el sur, la presión del integrismo fanático de los países islámicos, que constituye en este momento una amenaza semejante a las que desde África se abatieron sobre España en la Edad Media.

Monday, February 14, 2011

Y ahora los “escritores en lingua galega”, inquina “progre” a la Ciudad de la Cultura.



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El primer gran golpe en contra de “La Ciudad de la Cultura de Galicia", lo dieron con la llegada del bipartito –tándem, Quintana-Touriño- a la presidencia del Gobierno de la Junta. La nueva Consejería de Cultura y Deportes decidió redefinir el proyecto con el fin de darle un giro al uso de los edificios puesto que el original no era, al parecer, de su agrado, esto triplico el coste del proyecto.
Con todo, a trancas y barrancas, ralentizándose en el tiempo y encareciéndose enormemente, la obra siguió adelante, con los ataques del “progrerio” acrecentándose exponencialmente al avance de la misma.
Los últimos en poner el grito en el cielo en contra del proyecto y pidiendo la paralización del mismo han sido los escritores que, por medio de su director Cesáreo Sánchez, han dicho: -literalmente- “que se pare el Gaias por falta de proyecto”.
¡Hay que joderse! Me perdonan la expresión…
Pero bueno, tampoco hay que asombrarse tanto, puesto que, a poco que uno conozca la fauna “progreril y gorrona” del ecosistema galaico, se dará cuenta enseguida de que a los intelectuales autóctonos, además de la inquina natural que siente por la obra, por ser ésta hija de quien es, también les atañe en el bolsillo.
Y me explico: durante los años de bonanza económica en Galicia, al igual que en el resto de España, se puso de moda crear una O.N.G de lo que fuera y vivir de las subvenciones. Y en Galicia, las que más subvenciones recibían y con más facilidad, eran aquellas que usaban en su nominación el adjetivo “galego” gallego. Así hubo O.N.G.s en pro de la “gallina ponedora gallega, del pollo de corral gallego, de la vaca rubia gallega, del mejillón gallego, de la vieira, de la almeja, del berberecho” y hasta del copón, digo, capón. Había de todo y para todo, a alguien se le ocurría un nombre, le añadía “galego” y ya tenía O.N.G y subvención.
Pero las que se llevaron realmente el dinero, la parte del león, o sea, crudo, fueron las “mesas de normalización lingüística”, las “academias da lingüa galega” los “periódicos en gallego” y, cómo no, los “artistas galegos”.
Pero llegó la crisis y con ella las vacas flacas y empezaron a quitar subvenciones. Primero les tocó a las gallinas y vacas varias, luego comenzaron a caer los periódicos, los de la “mesa” también andan muy disminuidos y ahora les está llegando el turno a los “artistas”.
Y es aquí donde entra nuestro hombre, don Cesáreo Sánchez, al frente de los “Escritores en Lingua Galega” (sic) “manifestando su malestar ante el hecho de que se desvíen fondos de la Consejería de Cultura hacia el proyecto del Gaias”
“No se puede poner en el Gaias ni un euro más de la Consejería de Cultura” avanzó.
La mayoría de estos “Escritores en Lingüa Galega”, si pueden vivir de su trabajo como escritores es porque escriben en gallego y están subvencionados, puesto que, si tuviesen que vivir de la venta de sus libros iban a pasar más hambre que Gandhi.
Ahora ven peligrar sus habichuelas y se ponen nerviosos. Se entiende. Pero alguien debiera decirles que, ellos son muy libres de ser todo lo escritores que quieran y en la lengua que quieran y si venden muchos libros y se hacen millonarios, mejor para ellos, pero si no son capaces de vender ni en panfleto pues entonces tendrán que dedicarse a otra cosa. Puesto que, de gente que viva del cuento ya está el cupo cubierto.
En cuanto al coste de la Ciudad de la Cultura, es verdad que es bastante alto, pero también en su día fue alto el coste de la construcción de la Catedral, y hoy es el orgullo de Santiago y de Galicia.
También es alto el coste de la Sagrada Familia de Barcelona, y Cataluña está tan arruinada como Galicia, pero no por eso han parado los catalanes en su construcción, ni pararan hasta verla terminada.
Los seres humanos pasamos, las obras perduran. Y dentro de mil años los gallegos de ese futuro podrán enseñar orgullosos la hermosa “Ciudad de la Cultura” que hoy les legamos. De eso estoy seguro. No lo puedo estar tanto de que para entonces perdure todavía la magna obra que está creando este doto don Cesáreo que hoy pide que se interrumpa su construcción.

La Ciudad de la Cultura de Galicia y el rechazo “progre”




No les gusta. A los “progres” gallegos no les gusta el Gaiás.
El Gaiás es una macro construcción, que ocupa una superficie de 141.800 metros cuadrados, un complejo arquitectónico que se está llevando a cabo en Santiago de Compostela en la cima del monte del mismo nombre y que albergará en el futuro La Ciudad de la Cultura de Galicia. El proyecto de construcción de la Ciudad de la cultura se inició en el año 1999 cuando la Junta de Galicia convocó un concurso internacional de arquitectura para realizar la construcción de dicho complejo.
Inicialmente se presentaron al concurso doce propuestas de importantes equipos de arquitectura tanto nacionales como internacionales, después de la retirada del proyecto de Santiago Calatrava quedaron once. Los arquitectos que presentaron sus proyectos a concurso fueron, Ricardo Bofill, Peter Eisenman, Manuel Gallego Jorreto, Annette Gigon y Mike Guyer, Steven Holl, Rem Koolhass, Daniel Libeskind, Juan Navarro Baldeweg, Jean Nouvel, Dominique Perrault y César Portela.
Una vez evaluadas todas las propuestas, se eligió como proyecto final el diseño arquitectónico de Eisenman Architects, según el fallo del concurso, por su singularidad tanto conceptual como plástica y su excepcional sintonía con el lugar.
El proyecto refleja una costra pétrea que recuerda a un yacimiento arqueológico dividido por cortes naturales que evocan el motivo de la vieira, símbolo tradicional de Compostela. La concha surge de una superficie que presenta simultáneamente condiciones lisas y estriadas.2
El complejo proyectado sobre el Gaiás se fundó con el terreno propio del monte configurando un urbanismo de figura a figura en el que todos los edificios y la topografía lo son todo.2
Actualmente se han inaugurado la Biblioteca y el Archivo, los dos primeros edificios de la Ciudad de la Cultura de Galicia, en enero de 2011.
Y, cualquiera que visite el complejo, se encuentra con una majestuosidad y una grandeza tal, que se queda, cuando menos, sin palabras.
Toda la obra en sí es de tal magnitud, de tal belleza, que, cualquiera que tenga dos dedos de frente, se dará cuenta al instante que el monumento no puede representar sino un realzamiento para Santiago y para Galicia.
Y, sin embargo, el proyecto ha sido, desde sus comienzos, blanco de las iras de todo el progrerio –nacionalistas, socialistas, titiriteros y “artistas” varios- de Galicia.
Que es algo mastodóntico. Que es faraónico. Que es muy caro. Que no tiene objeto, yo que se… de todo. Ya no saben que mas achacarle.
La construcción de la Ciudad de la Cultura, fue concebida y comenzada durante el reinado, perdón, gobierno, de don Manuel Fraga Iribarne como presidente de la Junta de Galicia y aquí está el talón de Aquiles del proyecto.
Que una obra de tal magnitud, que queda ahí para la posteridad, sea fruto de la idea de alguien que ellos consideran un vestigio del Franquismo, es algo que no pueden tolerar ni consentir y harán todo lo que esté en sus manos para que su consecución no llegue a buen puerto.

Saturday, February 05, 2011

El ser humano tiene la obligación de luchar por su libertad y sus derechos.









El ser humano tiene la obligación de luchar por su libertad y sus derechos.
Y esto es lo que parece estar ocurriendo en todo el norte de África y parte de Oriente Medio.
Acosados por la pobreza y cansados de ser oprimidos por una pequeña elite que controla la política y la economía, miles de personas se han echado a las calles en manifestaciones masivas y actos de rebelión, que van desde Mauritania hasta el Yemen, pasando por Argelia, Marruecos, Túnez, -ahí empezó todo- Libia, Egipto, Siria, Jordania y Arabia Saudí y haciendo que en el proceso se tambaleen las sillas de todos los mandatarios de esos países. Y especialmente las de: Alí Abdulá Saleh, presidente de Yemen desde 1978; Abdelaziz Buteflika, presidente de Argelia desde 1999; Muamar Gadafi, máximo mandatario de Libia desde 1969; y Hosni Mubarak, presidente de Egipto desde 1981.
Coordinados desde la red y auspiciados por la cadena de televisión árabe, Al-Jazeera, de forma, al parecer, casi espontanea, la rebelión empieza en tunes y rápidamente se extiende por todo el mundo árabe. Y dictaduras y dictadores que habían subyugado a estas gentes durante años muerdan el polvo y se van al traste con mas pena que gloria. Y el mundo mira con asombro como el ansia de libertad de un pueblo logra romper sus ataduras y librarse de los tiranos.
Y hasta aquí suena muy bien, pero… mucho me temo que el mundo está teniendo un “déja vu”. Esto ya lo vivimos una vez. Lo vivimos a mediados de los 70, cuando el pueblo iraní se levantó contra su dictador el Sha de Persia, Mohammad Reza Pahlevi, y, a fuerza de coraje y ganas de libertad, logro derrocarlo y expulsarlo del país para siempre.
¿Pero que vino luego?
¿Libertad y democracia?

Muy al contrario. Luego vino el tétrico Ayatolá Jomeini, que, con su régimen de estricto fundamentalismo islámico, mandó al país a la edad media. Hoy Irán es un país dominado por una dictadura teocrática donde se puede condenar a una persona a ser lapidada o ahorcada en la plaza pública, donde la mujer tiene menos derechos que un perro y donde los derechos humanos son alienados vilmente.
Volvió a ocurrir lo mismo en Afganistán. Cuando los soviéticos abandonaron este país, se esperaba que entrara en una etapa pacifica y democrática, pero en vez de eso llegaron los talibán y lo demás es historia.
Hoy la palabra talibán en España, es sinónimo de intransigencia y del mas puro y duro fanatismo.
Y, me gustaría equivocarme, pero mucho me temo que Egipto, y con él todo el norte de África y Oriente Medio, están abocados a seguir el mismo camino.
Le comento esto a un amigo y el me responde: En lo países musulmanes, sus habitantes tienen, su religión y su fe en la justicia divina, por encima de todo, y dejan que los sacerdotes, “ayatolas” como los máximos representantes de Dios “Ala” en la tierra, tengan derecho a decidir sobre la vida y la muerte de todos los creyentes. Si alguien discrepa de este dogma, entonces es un infiel y hay que exterminarlo. Ésta, mas o menos, es la creencia de estas gentes y en general se muestran contentos y orgullosos de ser así.
Por lo tanto, si así lo quieren, así lo tienen. Allá ellos.
Quizás mi amigo tenga razón. Quizás debiéramos dejar que cada país redima sus cuitas, quizás.
Pero no deja de entristecerme el pensar que, mirando las imágenes que nos llegan por televisión, Egipto se ve un país moderno, con hombres vestidos a la usanza europea y mujeres con gafas de sol, pantalones vaqueros y melena al viento. Hombres y mujeres que no se distinguirían entre los europeos.
Y quizás debiéramos tratar de grabar en nuestra memoria estas imágenes. La imagen de este Egipto. Pues es muy posible que estemos viviendo la última oportunidad de poder verlo así.