Wednesday, November 20, 2019

¿Cómo iba aquello de la película?



¿Cómo iba aquello de la película? :Cuando creíamos que era seguro el volver a la playa…aparece “Tiburón 2”
Pues en España, nos está pasando lo mismo: cuando creíamos que la cosa no podía ir a peor, cuando creíamos que habíamos tocado fondo con nuestras desdichas, aparece Pedro Sánchez y se rejunta con Pablo Iglesias y demás residuos de  toda la cascarilla de la política española, y nos demuestran que sí, que esto puede ir a peor, y mucho peor.
Y, además, no se contentan con la  secuela, no,  sino que nos traen la precuela o mejor, la “a ver si cuela”.
Teníamos lo de Cataluña, que  ya se veía venir cuando los sucesivos Gobiernos de España, desde Suarez hasta Zapatero, pasando por Felipe Gonzáles y Aznar y acabando por Mariano Rajoy, quien, con mayoría absoluta, no hizo nada para remediar algo,  dejaban a los nacionalistas catalanes obrar a sus anchas con tal de que no los molestasen mucho.
Aquéllos que una vez tras otra advertíamos del peligro que esto iba a traer para TODOS los españoles, éramos tratados de fachas alarmistas.
Bien pues ahí está, este es el monstruo que se ha criado el seno de España e igual que el alíen de la película, reventara hacia afuera matando al anfitrión y saliendo al exterior para poner más huevos que criaran mas monstruos hasta que al final no quede nada del anfitrión original.
Si no teníamos bastante con la crisis en ciernes que se avecina y que vendrá agravada por los aranceles de Donaldo Trump, y la bromita del “Brexit” de los hijos de la Gran Bretaña.
Si no teníamos bastante con el problema de la inmigración ilegal que nos llega desde África y, que de seguir a este ritmo, en menos de cinco años se van a caer al mar porque no habrá sitio para todos en tierra.
Si no teníamos bastante con todo esto, le damos una vuelta de tuerca a la cosa, y acabamos con un Gobierno formado por comunistas, independentistas-separatistas, y terroristas.
Porque lo hemos hecho nosotros, si.  No es justo culpar solo a Sánchez e Iglesias, no. Fuimos nosotros, con nuestra forma de elegir y votar, y ayudados por la “simpática ley D´Hont”. Aquí cada palo que cargue su vela.
Cuando toda Europa gira hacia la derecha.
Cuando  en países como Estados Unidos, Moldavia, Ucrania, Estonia, Lituania, Letonia, Georgia, República Checa, Polonia, Hungría, Rumanía, Bulgaria, Mongolia, Croacia, Albania, Alemania, Corea del Sur, y hasta Indonesia, prohíben el comunismo y todo símbolo comunista, -y estos saben de lo que hablan-. En España, flor y nata de la “Progresía”, vamos a tener un Gobierno con participación comunista. Esto es algo que solo ocurre en siete países en todo el mundo. China, Nepal, Vietnam, Corea del Norte, Laos y Venezuela. Si es bien cierto que en todo  Centro y Sudamérica, hace mas de 60 años que, sistemáticamente, han venido eligiendo Gobiernos de corte socialista- comunista, algo que los ha llevado a la mas extrita miseria, -se había salvado Chile, gracias a Pinochet, que a base de “mano dura” los puso en la senda correcta, pero ahora, el recuerdo y la estela de todo aquello se ha diluido en el tiempo y de nuevo la sombra de esa maldición que es el comunismo se ha cernido de nuevo sobre este país.-
No hay que ser un lince ni un experto en políticas, para darse cuenta de que el comunismo es intrínsecamente algo malo, muy malo. Solo hay que ojear un poco la historia del mundo, solo así, por arriba, para darse cuenta de que allí donde gobernó alguna vez el comunismo el país en cuestión acabó siempre en la mas extrita desolación y ruina. No se salvó ni uno.
Y sin embargo aquí en España y en la Sudamérica que menciono arriba, esta ideología tiene un profundo arraigo cultural y, por tanto político, en amplias capas sociales.
¿Por qué, cuanto mas miserable y pobre es un país, más es su fascinación hacia esa fórmula  a ojos vista decadente y desastrosa?
Quizás la respuesta nos la puede dar esta cita de uno de los mejores ensayistas del siglo XIX, el inglés William Hazlitt: “El principio de la idolatría es siempre idéntico: Necesidad de encontrar algo venerable, sin saber qué es o por qué se le admira…Cuanto más innoble sea el objeto de culto, más esplendorosos serán sus atributos. Cuanto mayor sea la mentira, mayor entusiasmo habrá al creer en ella y mayor codicia al tragársela”; y aquí va esta otra: “Hay países que adoran las bestias más destructivas…Tal parece que las cosas más repulsivas a la razón y al sentido común. Son las más veneradas por la pasión y la fantasía”