Thursday, October 22, 2015

Para lo que sirve la ONU, que se vaya a hacer gárgaras.

Como es ya de conocimiento popular, hace unos días, Rusia ha decidido tomar cartas en el asunto de la guerra civil que se está viviendo en Siria y ha comenzado a bombardear posiciones de los rebeldes, del Estado Islámico o lo que se ponga a tiro, con la intención de ayudar al presidente Bashar al-Asad, a afianzarse en el poder y ganar esta guerra.
Y ya están los Estados Unidos y sus palmeros de la ONU, protestando y argumentando que Rusia ha invadido el espacio aéreo de Turquía y, además, sus bombardeos están causando bajas civiles. Bajas que incluyen ancianos, mujeres y niños.
Estados Unidos acaba de bombardear, por equivocación dicen ellos, un hospital de “Médicos sin Fronteras”, causando bastantes muertes y heridos y de esto, no quieren saber nada.
Toda mi vida he creído que Estados Unidos, eran los buenos, y quizás todavía lo siga creyendo.
No hay que olvidar que por dos veces, dos, vinieron a ayudar a Europa a ganar dos guerras que, de no haberlo hecho, Europa hubiese perdido y con ellas, por lo menos con la Segunda, parte de su libertad.
Pero redios, en los últimos años Estados Unidos parece haber perdido el norte.
Comenzaron por poner a todo el mundo árabe, desde Afganistán hasta el norte de África, patas arriba.
Primero y con el pretexto de coger a los culpables del derrumbamiento de las Torres Gemelas, algo que todavía no está aclarado del todo, entraron a sangre y fuego en Afganistán, derrocando al Gobierno de ese país, que cayó inmediatamente bajo el dominio talibán, y al que hubo que socorrer mas tarde para liberarlos de esa chusma fanática y criminal hasta lo indescritible.
Luego decidieron ir contra Irak y Saddam Husein, el cual, según ellos, era poseedor de armas químicas de destrucción masiva.
Las únicas armas químicas que poseía aquel fulano era algún cuesco que se tiraba de vez en cuando, pero aparte de eso, ni polvos de talco, ni un maldito tirachinas tenia, pero, con el cuento de las armas, los amigos americanos tumbaron su Gobierno y él acabó linchado por una turba formada, mayoritariamente, por chicos de Al-Qaeda. Otro grupo éste, casi peor que los talibán de antes, y que aún siguen en ese país, cepillándose con una alegría inconmensurable a todo aquel que ellos consideran pecadores contra el Profeta y el Corán.
Y lo mismo hicieron al poco tiempo en Libia, y ahí sin molestarse en disimular, argumentando algún pretexto, para meter las narices. No, ahí entraron por las bravas, ayudando a los “rebeldes” que, escudados en la recién estrenada “Primavera árabe”, sobre la que todo “progre” occidental babeaba, se levantaron contra el dictador Gadafi, al que, igual que Husein, acabaron linchando.
Todo esto, no sin antes desestabilizar también el Gobierno de Hosni Mubarak, en Egipto, que quedó, una vez más, en manos de otro grupo pseudo religioso, los Hermanos Musulmanes, que nada tenían que envidiar en fanatismo y crueldad a los anteriores.
Al final fue el ejército egipcio quien tuvo que tomar cartas en el asunto y desalojar a los Hermanos Musulmanes, antes de que Egipto se convirtiera en un baño de sangre.
Hoy el país, debilitado todavía, trata poco a poco de recuperarse y volver a la normalidad, algo que les está costando dios y ayuda.
Tampoco países como Turquía o Argelia, fueron capaces de quedar al margen de todo este barullo y tuvieron que ponerse serios para evitar revoluciones internas por parte de los varios grupos religiosos residentes dentro de sus fronteras.
Tanto en un país como en otro una de sus principales fuentes de ingresos se basaba en el turismo.
Turismo que ha bajado drásticamente debido a varios atentados y a la inestabilidad que, a pesar de los enormes esfuerzos que las autoridades de esos países están haciendo para restaurar la confianza perdida, todavía se vive en ellos.
Y ya, el ultimo país que les quedaba a los “american friends” para rematar la faena, era Siria, o su dictador, Bashar al-Asad, y la tenían al huevo, pues con los rebeldes –seguro que otros matarifes del islam- que ellos apoyan y arman y los del Estado Islámico atacando desde Irak, donde se supone que están las tropas tanto americanas como de la ONU, pero donde el Estado Islámico campa a sus anchas, al-Asad tenia los días contados.
Pero aquí les salió Rusia que no está por la labor y ha empezado a prestarle ayuda a al-Asad.
Y no sin tiempo puesto que, de Siria seguir la suerte de los anteriores países, pronto seria tomado por el Estado Islámico u otro grupo de fanáticos de la misma guisa que pronto lo convertirían en otro paramo de fanatismo y crueldad.
Y habrá quien argumente que los que menciono arriba, incluyendo al propio al-Asad, eran unos dictadores.
Si es cierto, pero eran unos dictadores laicos, que dejaban a su gente libertad para elegir la religión que a cada cual más le apeteciese y sus países eran países prósperos donde la gente vivía en paz.
Hoy, después de la tan cacareada “Primavera Árabe, aquello es un caos donde reina el fanatismo más extremista y cruel y donde ya nadie sabe quien lucha contra quién y por qué?
Y sus habitantes aterrorizados por la masacre que se está llevando a cabo huyen aterrorizados hacia Europa, aun sabiendo que muchos de ellos van a dejarse la vida en el camino.
Y es que, está visto, que a pesar de que estamos en el siglo veintiuno y a pesar de los avances que el mundo, tanto en ciencia como en tecnología, ha experimentado, hay todavía muchos países que no están preparados para vivir en una democracia y esto es pese a quien le pese.
Y, si puntuáramos del uno al diez los pises en que mejor funciona la democracia, que no se crea nadie que España iba a quitar una nota muy alta.
A la vista está que, apenas nos dan libertad de decisión y ya están los caciques varios tratando de romper España y crearse un paisito particular a su gusto y hechura.
Y es por esa intervención de Rusia en Siria, que ya están protestando, tanto la ONU como los Estados Unidos.

Pero llegados aquí, y visto lo visto, espero que Putin prosiga con su labor y que gane, y los Estados unidos que se vayan a sus casa, que ya están bien de meter las narices en todo y no arreglar nada, más bien dejarlo patas arriba. Y la ONU, para lo que sirve la ONU, que se vaya a hacer gárgaras.