Tuesday, February 23, 2010

Les enseñó un dedo.



Les enseñó un dedo y se desató la marabunta.
Que es un maleducado, que un gesto tan bajo y chabacano no debiera salir de un ex presidente. Que es patético, autoritario, deslenguado, deleznable, resentido.
¿Y humano? ¿Que pasa con lo de ser humano?
Había sido invitado a dar una conferencia en la universidad de Oviedo y allí, cuatro bobos, los de siempre, los “demócratas”, los que siempre quieren imponer sus ideas por la fuerza, nacionalistas periféricos, jóvenes comunistas y toda esa fauna catalogada como ciudadanos, pero que no pasan de ser animalicos de granja, y que me perdonen los animalicos, comenzaron a abuchearle llamándole fascista, terrorista y asesino.
¿Que esperaban?
Esto de demostrar nuestras emociones, pensamientos, y deseos, enseñando un dedo no es nada nuevo.
Es famoso el símbolo de la victoria que hacía Winston Churchill, durante los duros días de la Segunda Guerra Mundial. También es famoso el de los aviadores americanos durante la misma guerra, cuando regresaban a la base, el pulgar hacia arriba era señal de que no habían tenido bajas; de ahí salió el famoso O.K. “Cero Kill”, (cero muertos) que se ha quedado para siempre como signo de que todo ha ido bien.
O el de los emperadores romanos en el circo, el pulgar hacia arriba o hacia abajo, que significaba la vida o la muerte para el gladiador vencido.
Cuando miramos a alguien, mientras hacemos el gesto de atornillar nuestro dedo índice a un lado de la frente, significa que pensamos que nuestro interlocutor está como una regadera, si ponemos el mismo dedo cruzando los labios de abajo arriba, estamos pidiendo que se calle, moviendo los dedos, índices y corazón, en forma de tijera, que corte el royo, etc. Y así podrimos seguir hasta la saciedad.
Pero este dedo. El dedo que enseña Aznar, con un gesto fálico en su momento de esplendor, y que, además, mientras lo enseña no mira a aquéllos a los que va dirigido, sino que mira al dedo, mira a su obra, como el maestro mira al toro después de una magnifica estocada, con orgullo, como sabiendo que la faena le ha salido redonda, como diciendo, ahí queda eso, superarlo. Cuando enseñamos este dedo, en mi pueblo, solemos decir, por aquí se va para Madrid, o mejor, chúpate esta o, simplemente, monta aquí y pedalea.
Así que, a todos estos intolerantes que le gritaron a Aznar. Aquéllos que no soportan que alguien les lleve la contraria. Aquéllos que quieren imponer sus ideas por las bravas. Que miren el dedo del prescindente y que les vayan dando.

Thursday, February 18, 2010

Mientras haya gente así, mal nos va a ir.



Con el imparable aumento del paro, la incertidumbre sobre si, llegada la edad, vamos poder cobrar una pensión o no, con el intento de subir la edad de jubilación, con los países mas importantes de la eurozona tachando a España de ser un lastre para Europa, con una crisis, especialmente en el sector inmobiliario, que no perece tener fondo, ni se le ven visos de que lo vaya a hacer a medio plazo.
Con unas expectativas nulas de creación de empleo a corto o medio plazo.
Con miles de columnas de cemento, en lo que iban a ser grandes polígonos industriales, con miles de edificaciones de casitas a medio construir, con los ladrillos al aire, con los hierros oxidados asomando por lo que iba a ser su parte alta, que aparecen como esqueletos descarnados, fantasmas de nuestra muerta economía.
Con este tétrico panorama, debería ser más que suficiente para que el país entero se levantara al unisonó pidiendo la dimisión de todo el Gobierno Zapatero.
Y, sin embargo, los sindicatos, completamente, subordinados al Gobierno, no dicen esta boca es mía; ¿Quién los vería si el Gobierno fuese del PP?
No es que yo desee una huelga general, ni mucho menos, este país necesita una huelga general tanto como yo una patada en la barriga, eso seria tanto como que en un barco al que un capitán inútil acaba de mandar contra unas rocas, la marinería enfadada le reventase el fondo para acabar de hundirlo completamente, y eso no. Lo que habría que hacer en tal caso seria despedir al capitán y tratar de rescatar el barco; y aquí lo que debieran hacer los sindicatos es levantar su voz contra el Gobierno y decirle a su gente que en las próximas elecciones eligiesen a otro capitán.
Pero al fin y a la postre esto era de esperar, estos, (los sindicatos) no pasan de ser esbirros del PSOE y por ende del Gobierno. Ya sucedió durante la “Gloriosa” II Republica, que, Largo Caballero, el Secretario General de UGT ,era, así mismo, líder del PSOE, y en el año 36, llego incluso a primer ministro.
Lo que no era tanto de esperar, es que, viendo como esta el patio, viendo el carajal en que se ha convertido España bajo el mandato de ZP, en las encuestas, este aparezca por encima de Mariano Rajoy.
Es verdad que España nunca había sido abusada de esta manera por la clase dirigente, es verdad que la clase política aparece ante nosotros completamente desacreditada.
Con ministros y diputados con sueldos de hasta 20 millones de pesetas, -que es como mejor nos entendemos-, al año, o sea, mas de un millón y medio al mes.
Con ministros que cobran el paro por un puesto que han desempeñado, mientras desempeñan, y cobran, otro puesto.
Con ex presidentes que seguirán cobrando el sueldo de presidente, de por vida.
Y, con la necesidad, por parte del españolito de a pie, de una cotización mínima de 15 años para poder cobrar una modesta pensión de 600 o 700 euros, -si alguna vez llega a cobrarla- y de 35 años para cobrar el 100%, mientras a un diputado, solo por serlo, le basta con 7 años en el cargo para cobrar ese mismo 100%, y a un ministro le llega con un solo día en el cargo.
Ante estos abusos, hemos llegado a la conclusión aquélla de que, “todos son iguales”.
Pero, eso no es tan así, quizás sean todos iguales, quizás no tengamos a nadie en este momento capaz de quitarnos de esta crisis, pero, debemos intentarlo, debemos darle la oportunidad a otro, aunque ese otro no nos inspire demasiada confianza.
En los seis años que lleva en el Gobierno español, Zapatero ha demostrado una y otra vez que solo sirve para tensionar la sociedad española con propuestas ideológicas y, la mayoría, demagógicas y para malgastar el dinero que recauda de los contribuyentes, tratando de tapar su falta de liderazgo con remiendos y tapones mas propios de Míster Beam, que de un presidente de la decima potencia financiera mundial.
¿Cómo vamos a dejar a España de nuevo en manos de alguien así?
Claro que mientras haya gente que crea que las faltas de la izquierda no son tan graves como las de la derecha.
Gente que ve con buenos ojos que el juez Garzón se salte la ley a la torera cuando se trata de juzgar los “crímenes del franquismo” –el fin justifica los medios-, mientras el señor Carrillo vive disfrutando de una placida vejes en la mas completa impunidad.
Gente que no juzga los hechos, sino que catalogan a las personas y las instituciones. Una misma acción puede tener carácter positivo o negativo según sea el signo del gobierno que la realice. -A esto le llamó el filósofo francés Jean-François Revel, “Hemiplejia moral”-.
Mientras haya gente así, mal nos va a ir.

Monday, February 08, 2010

En la edad de piedra...




Ojeando el semanario, “El Semanal”, en la sección, cartas al director, me encuentro la siguiente:

¿En la edad de piedra?

Con mucho interés leí el artículo de Carlos Herrera, Los complicados horarios españoles.
Desde 1973 hasta mediados de los 80 fui director gerente de una empresa hispano-alemana en Barcelona. Pronto, me di cuenta de que el personal ya no rendía por la tarde, después de una “pausa” de tres horas para comer (¡y beber!). Por lo tanto, y con el consentimiento del personal, cambie el horario, en 1974, y trabajábamos de 7´00 a 15´00, con una pausa de media hora. Fue un éxito total. Tras dejar yo esta empresa en 1985, supe que, debido a la envidia de unos clientes de aquí y de algunos “superiores” de la central de Alemania, obligaron a la sucursal de Barcelona a volver al horario de la Edad de Piedra. La productividad de la empresa bajo enormemente. Hace pocos días, me entere que estaban a punto de cerrar la empresa para siempre, fomentando así el paro en España.

Firmado:
Wolfgang Steiger.

¡Cuanta verdad en tan pocas líneas!
Las razones que el señor Steiger nos comenta en su carta, nos debieran caer por su propio peso.
Como él bien dice, ¿Quién cree que un obrero puede rendir en su trabajo después de un paro de tres horas, (en algunas empresas, incluso, cuatro), para comer y beber? ¿Quien?
¿Quién va volver a su trabajo a las 4 o 5 de una tarde de verano, con el estomago lleno y una calor asfixiante, con ganas de ponerse a currar?
Y en el invierno todavía es peor, pues a esas horas es de noche cerrada y uno que lleva levantado desde las 6 da la mañana, ¿Cómo va a tener ánimo para ponerse a trabajar de nuevo a una hora en que lo más normal seria acabar la jornada e irse para casa?
Yo, personalmente, no puedo quejarme, siendo muy joven emigre a Inglaterra y allí siempre tuve un horario decente, de 7 a 4 o de 8 a 5. Parábamos, media hora para “desayunar”, alrededor de las 10´00 y media hora para “, comer” alrededor de la una y, siempre en el tajo, nada de irnos a casa o a un restaurante. Luego, cuando me vine a España, encontré un trabajo de 6´00 a 15´00 con las mismas condiciones de paro, para comer, que los anteriores.
Ahora mismo, tengo un curro que va de 9 de la mañana a 5 y media de la tarde, con media hora para el bocadillo. Habrá gente que creerá que este horario de comida es infame, pero yo no lo cambiaria por nada. Cuando yo cojo mi coche para irme a casa, la mayoría están regresando a sus puestos de trabajo, cansados, desanimados y en medio de un tráfico infernal, con los nervios a flor de piel. ¿Cómo va esta gente a rendir a esa hora en el trabajo? Imposible. Juro que siento pena de ellos.
¿Y quien tiene la culpa de que sigamos con este horario de la Edad de Piedra?
Bueno, esto va por barrios.
Hay jefes que quieren tener a su gente alrededor, de sol a sol, jefes se creen que cuanto mas dilaten en el día la hora del final de la jornada, más va rendir el trabajador, ¡Que tontería!
Están también los clientes, que, como ellos trabajan a deshora, quieren que su proveedor también les atienda a deshora.
Y, por ultimo, están los trabajadores. Todos saltarían de alegría si se les dijese que iban a terminar la jornada a las 3, a las 4 o a las 5 de la tarde, pero hay muchos que al decirles, que eso significaría sacrificar el largo horario del “lunch”, (hora de comida) fruncen el seño y te sueltan cosas como, que al estar tantas horas sin una “comida caliente” les baja el azúcar, la bilirrubina, los glóbulos rojos o lo que se tercie. Y es que en este país somos así, las buenas costumbres las olvidamos enseguida, pero las malas nunca acabamos de desterrarlas. Y, además, pronto adoptamos de afuera todo lo peor, pero de lo bueno, pasamos olímpicamente.
Y, o tratamos de cambiar un poquito y parecernos a esa Europa de la que queremos formar parte, o seguiremos siendo el país donde la gente pasa mas horas en el trabajo y rinde menos.
Y el por que, de que esto sea así, nos lo tiene que decir un señor de Alemania.
¿Seguimos teniendo unos horarios de trabajo, anclados en la Edad de Piedra?.
En el titulo, el señor Steiger, se hace esta pregunta.
Si señor Steiger, seguimos en la Edad de Piedra.

¿A ver si algún día nos enteramos aquí?

Tuesday, February 02, 2010

Los “talibán” nacionalistas, de nuevo contra la libertad.



Los “talibán” nacionalistas, de nuevo contra la libertad.
Los ataques a los defensores de la libertad lingüística y los derechos mas básicos de los gallegos, como es el que cada padre pueda elegir la lengua en la que quiere educar a sus hijos, y, máxime, sabiendo que esa lengua en cuestión es el idioma oficial del país en que vivimos, no censan en Galicia. Esta vez le ha tocado a la vivienda del catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Santiago de Compostela y conocido articulista de opinión, Roberto Blanco Valdés, que fue atacada la semana pasada, con nocturnidad y alevosía, por unos indeseables, con un artefacto explosivo de fabricación casera.
Es de lo mas lamentable la villanía cometida por estos bellacos contra el profesor, porque a su vez estos actos van contra la libertad, no solo del profesor, sino de todos los gallegos que no admitimos que nadie nos dicte, que queremos ser ciudadanos libres y poder disponer de nuestra vida y decidir la mejor manera de preparar a nuestros hijos para el futuro.
Hay quien defiende que no todos los nacionalistas son iguales, que están los violentos, pero que también hay gente razonable y pacifica.
Es verdad, entre los nacionalistas, están los radicales, estos son los más peligrosos, gente que si no se les mete mano dura y se les para los pies y pronto, esto va a acabar en tragedia. Imbéciles descerebrados que no pararan ante nada con tal de salirse con la suya.
Bandas de matóncetes que se ven a si mismos como salvadores de Galicia por un derecho divino. Ellos están aquí para liberar el espíritu de Galicia de la influencia española y lo harán aunque tenga que ser a base de terror y quiera el espíritu de Galicia, ser liberado o no.
En realidad, una pandilla de fracasados y fracasadas, hay que tener cuidado con la Bibiana, que al carecer de una meta en la vida, tratan de inventarse una.
Les gustaría ser alguien, algo, un héroe, una heroína, salvar al mundo, salvar a los oprimidos, etc., pero, como, además, en esta clase de personajillos, el espíritu de sacrificio brilla por su ausencia, tratan de ser héroes desde la casa de papa y mama y, pudiendo ser, sin dar palo al agua.
Para ellos la cosa marcha así: un 17 por ciento de los gallegos vota a algún partido nacionalista.
Luego, para ellos, estos son los que saben, los inteligentes, los buenos de corazón, los gallegos de verdad.
Pero queda un 82 por ciento de los gallegos que no los quiere ver ni en pintura, literal. Y estos para ellos son: o imbéciles o traidores o cómplices de los invasores españoles o cipayos de estos o, simplemente, están engañados, pero ahí están ellos para desengañarlos y velar por la libertad de Galicia y de todos los gallegos y estos van a “tener que aceptar” esa libertad por las buenas o por las bravas. ¡Faltaría más!
Estos son los peores, pero, si que es verdad que hay otros muchos nacionalistas que no son violentos y que parecen razonar y ver también los puntos de vista de aquéllos que no pensamos como ellos. Pero esto último es una falacia.
Es verdad que me he encontrado con muchos nacionalistas que no son, ni desean ser violentos, pero hasta la fecha no me he encontrado jamás a ninguno que al final me admita mi derecho de libertad para decidir. Para ellos todo empieza y termina en lo mismo, tiene que se en gallego porque estamos en Galicia.
Pero también estamos en España, ¿o no?
¡Ah!, para ellos eso no importa, aquí hay que “vivir”, como dicen ellos, en gallego y punto.
Y, además, aunque no vivas en Galicia y vivas donde quiera que vivas en España y por mucho que tú lengua materna sea el castellano, cuando hables de ciudades o pueblos de Galicia, que no se te ocurra decir, La Coruña, Orense, Noya o Sanjenjo. Hay que decir, “A Coruña, Ourense, Noia y Sanxenxo”, etc.
¿Y por que tiene que ser así?
Porque lo dicen ellos y punto pelota.
Luego, recíprocamente, en la televisión gallega podemos oír, “Badaxoz, Torrexon o Xetafe y la Compañía de Radio-Televisión de Galicia, junto con la “Xunta” promueven el “Atlas mundial galego” en Internet, con el objetivo de la estandarización de los nombres geográficos en gallego.
Puede parecer un chiste, pero es un drama.