Monday, November 28, 2016

Populistas quizás, pero no dicen lo mismo.

Nadie ignora a estas alturas que Estados Unidos, ha elegido, contra todo pronóstico, a Donald Trump, como su nuevo Presidente.
Debo confesar que yo, al principio, deseaba que la ganadora hubiese sido Hilary Clinton, pero luego de ver el sofoco y mal rato que dicha elección, la del bueno de Donald, ha causado a la progresía patria, cada día me gusta más este fulano.
Solo con oír al día siguiente en “onda cero”, la mala leche que se le había puesto a la señora Julia Otero, ya me puso contento para el resto de la tarde -solo la escucho cuando sé que algo la va a fastidiar, para ver su reacción y mala leche-.
Ahora, y ya pasado unos días, y viendo que el león no parece va a ser tan fiero como lo pintaban, la cosa se ha ido calmando un poco, pero hace tan solo unos días, ya no sabían como justificar la victoria de la extrema derecha o quien echarle la culpa…?
Que los americanos habían sido engañados, que había sido el voto oculto –je, je, el voto oculto, parece como si fuese algo tramposo- y algunos, la mayoría, culpaban a que el votante americano, harto de elegir gobernantes incapaces y farfulleros, se había echado al monte y para demostrar su desprecio, habían elegido como Presidente al menos cualificado, al payaso, algo así como en su día hicieron los italianos con Beppe Grillo.
Pues va a ser que no. Los americanos ni estaban desencantados, ni engañados, ni votaron así o asa para castigar a nadie ni demostrar nada.
Los americanos votaron a Donald Traump, porque les prometió hacer lo que ellos quieren que haga: librar América de inmigrantes ilegales y sobre todo de inmigrantes procedentes de Oriente Medio y África.
Y esto es porque, los estadounidenses, ven y temen, ser invadidos por cultura foránea. Una cultura de esas que arrasan con las costumbres y forma de vida del país que coloniza. Una cultura que igual que de un virus se tratara, que invade la célula y una vez dentro la revienta y mesclando su ARN con el ADN de la criatura anfitrión, acabará  por matarlo, también acaba por destruir la cultura propia del país anfitrión.
Por eso votaron los estadounidenses como votaron, para presevar  “The American way of life”, el estilo de vida americano.
Porque, a estas alturas, ya nadie engaña a nadie, ni el santo Obama, con su Premio Nobel de la Paz, pero que no cerró Guantanamo, como había prometido y que además a la chita callando, durante su mandato fueron expulsados de Estados Unidos mas de dos millones de “ilegales”, ni Podemos, aquí en España, con sus promesas de dar un puesto de trabajo a todo el mundo y una renta básica a quien no tenga ninguna forma de ingreso.
Ni a unos ni a otros, ya nos engaña nadie.
Solo algunos ilusos que creen que un Gobierno puede sacar puestos de trabajo de una chistera y que los Estados pueden imprimir dinero dándole a una maquinita, siguen creyendo en la palabra mesiánica de Pablo Iglesias.
Y esto, ya no solo está ocurriendo en Estados Unidos y España. Está pasando en todo el mundo occidental. En Francia, Le Pen y su Frente Nacional, Amanecer Dorado, en Grecia, Gianluca Iannone y la Liga Norte, en Italia, el Partido por la Libertad, en Holanda, y en Austria la misma denominación, Partido de la Libertad, y el mismo cometido, en Alemania, Frauke Petry, le está adelantando a Merkel por la derecha, y en Inglaterra, ya lo vemos con el Brexit de marras, ¿o quien creen que votó abandonar Europa?
Y así, toda Europa, Suecia, Noruega, Dinamarca, Ucrania, los países bálticos, Letonia, Estonia, Lituania, pero también Hungría, Rumania o Polonia, todos giran hacia la derecha.
Y no solo en Europa, Stephen Harper, En Canadá o Malcom Turnbull en Australia, aunque más moderados, también son la derecha, que también gobierna en esos países.

Partidos que se alimenta de una presunta dictadura de la Unión Europea, la invasión de los inmigrantes procedentes de Oriente Medio y África, y el deterioro de la civilización occidental.
Las clases medias de estos países, ven que su calidad de vida se ha deteriorado, y va a peor, y, como cualquier animal moribundo, se defiende mordiendo al que pille más cerca.
Y estos partidos serán todos lo populistas que se quiera, y serán todos iguales, pero no dicen lo mismo, los de allí hablan de construir muros, de dejar fuera costumbres y usos foráneos, de conservar la forma de vida propia de esos paises, de la supremacía de la raza blanca y de poner a su nación ante todo y sobre todo.
Los de aquí, “Podemos and company”, hablan de derribar muros, de abolir fronteras, de dejar que todo el mundo  entre como Pedro por su casa, de fomentar costumbres y formas vida foráneos en detrimento de las costumbre, tradiciones y forma de vida propias y de poner a la Nación Española, como ejemplo a no seguir, como lo peor del mundo, haciendo todo lo posible y hasta lo imposible para tratar de destruirla.

Aquí no voy a manifestarme en decir cuales o cuales no, tienen más o menos razón, solo quiero dejar claro que, populistas quizás, pero no dicen lo mismo.

Saturday, November 12, 2016

Retrasar la hora esa maldita costumbre.

Hace  algo más de una semana que hemos retrasado la hora y hemos entrado en horario de invierno.
Mientras escribo esto se ha hecho de noche. Son solo las siete menos cuarto de la tarde pero, entre que el cielo ha estado nublado y amenazando lluvia todo el día, y el dichoso cambio de hora de las narices, la noche se me ha echado encima.
Hace tan solo ocho días, a esta misma hora todavía nos quedaba una hora más de día, pero gracias este cambio de hora que, se supone, se hace para ahorrar, nos fastidian una hora de luz y nos meten de lleno en el invierno, y que alguien me cuente donde está el ahorro?
Bien, pues a pesar de que la cosa ésta, de darle una hora hacia atrás al reloj en el invierno, no parece gustarle a nadie, aquí en Galicia todavía quedan unos cuantos que dicen que la hora de Galicia debiera ser la misma que en Portugal, Inglaterra o Canarias, puesto que, según ellos, al estar nuestro horario (el de Galicia) desfasado hacia el oeste, nos resta luminosidad por las tardes.
¿…?
Si uno observa de qué clase de personas salen estos comentarios enseguida se da cuenta que el que lo dice o es un nacionalista-galeguista, por aquello de ser diferentes del resto de España, o es uno que no tiene ni pajolera idea de lo que está diciendo.
A ver, para unos y otros, voy a tratar de dejarlo aquí, lo más claro posible:
Primero vamos con Canarias: es cierto que Canarias va una hora retrasada respecto al resto de España, pero en Canarias, en este momento, todavía les queda una hora más de sol, por lo tanto, no nos podemos comparar con ellos.
-Este detalle, de que les queda todavía una hora más de sol, es fácil de comprobar, busquen en Google, “earth view”, y desde un satélite se puede observar la tierra en tiempo real, háganlo cuando se les esté haciendo de noche en Galicia, y observen donde está todavía Canarias, con respecto a la sombra nocturno que ya cubre toda Europa, incluyendo Galicia, Portugal y, por supuesto, Inglaterra.
Y, en cuanto a Portugal e Inglaterra: Como iba diciendo, aquí son las siete menos cuarto de la tarde y se ha hecho noche cerrada, y en Portugal, también se ha hecho de noche, igual que aquí, pero allí son las seis menos cuarto, en cuanto en Inglaterra ya ni te cuento, allí también son las seis menos cuarto, pero a ellos, para los británicos, ya hace una hora que se les ha ido el día. Y ya una vez metidos en  el invierno, digamos  el día de Navidad, por poner uno, a los gallegos se nos hará de noche a las seis de la tarde, en el mismo instante que se les hará de noche también en Portugal, pero sus relojes, los de los portugueses, marcaran las cinco de la tarde, y a los británicos, y esto lo sé muy bien, puesto que viví casi veinte años en ese país, a las cuatro y media de la tarde ya se quedan a oscuras.
¿Queda claro?
¿Es esa la hora qué le convendría a Galicia?
¿Ese es el horario que, según estas lumbreras, nos iba a dar más luminosidad por la tarde?
  
¿…?
Claro que no, eso les quita a esos países, Inglaterra y Portugal, una hora de día y les mete una hora dentro de la noche, y eso lo puede ver cualquiera que tenga un mínimo de tejido neuronal.
Y es que, en realidad, no hay nada malo con nuestro horario actual.
 Es mucho mejor que el británico puesto que nos da una hora más de día por las tardes, allí, como explico arriba, en el horario de invierno se hace de noche a las 4 de la tarde, esa era la parte que menos me gustaba de Inglaterra, su maldita hora atrasada que te obliga a andar siempre de noche.
Lo que si hay que adoptar de ellos es su horario de trabajo, de 8 de la mañana a 4´30 de la tarde o de nueve de la mañana, como muy tarde, a 5´30 de la tarde, con media hora para comer y dejarnos del infernal horario, con almuerzo de tres y cuatro horas, que tenemos aquí y que nos obliga a terminar a las 9 de la noche, esto es lo que hay que cambiar, esto.

O sea, lo que aquí se ha dado en llamar, “jornada intensiva”, y dejarnos de la chorrada, desfasada y completamente, anacrónica del horario partido.
Algo que, al parecer, a tantos jefes les cuesta adoptar, ¿y no soy capaz de saber el por qué?
Esto lo he escrito yo mil veces pero parece que nadie quiere darse por enterado y andan siempre a vueltas con la parte que tenemos bien, con la hora. Por dios, vaya país de acémilas que estamos hechos.

Y así nos va con todo, acertamos de lleno cuando todo el mundo decía que Trump se iba a dar un castañazo de muy padre y señor mío, como acertamos cuando decíamos, bueno, decían, que Podemos le iba a dar el “sorpasso” al PSOE, algo que nunca va a suceder, pero esto es otra historia que dejo para otro día.