Monday, August 24, 2020

La moratoria de la ITV y la madre que los parió.

 

No me había dado cuenta hasta ahora, pero hoy me llegó el aviso de que a mi coche le toca pasar la inspección técnica de vehículos (ITV) dentro de un par de semanas, y, como había oído algo de que, a causa del Coronavirus, el Gobierno había dado una moratoria, me puse a investigar de cómo iba la cosa.

Y en efecto, el Gobierno, consciente de que las estaciones de ITV, debido al cierre durante el estado de alarma, se iban a ver imposibilitados de inspeccionar la totalidad de los vehículos a corto plazo, ha concedido una moratoria de 30 días para los vehículos cuyo certificado caduque durante el estado de alarma, a la que se le ha añadido un plazo adicional de 15 días naturales por cada semana transcurrida desde el 14 de marzo.

Así que, si la fecha en que te tocaba hacer la inspección de tu vehículo iba:

 Del 14 al 20 de marzo: el plazo se amplía en 45 días naturales.

Del 20 al 27 de marzo: el plazo se amplía en 60 días naturales.

Del 28 de marzo al 3 de abril: el plazo se amplía en 75 días naturales, y así sucesivamente.

Hasta aquí todo bien, pero ahí no queda la cosa.

Nuestro Gobierno, siempre “velando por nuestros intereses”, ha decidido que, a pesar del retraso, y de que tú vayas a pasar tu ITV en esos 60, 75, o los que sean, días más tarde, la inspección no te va a empezar a contar desde el día en que la hagas, sino desde el día en que te tocaba hacerla. ¡Tócate los pies!

¡Nos van a hacer una inspección en retrospectiva!

 ¡Con un par!

Se supone que la ITV se hace para asegurarse de que los vehículos que circulan por nuestras carreteras estén en unas condiciones optimas tales, que no representen peligro alguno, ni para el usuario del mismo, ni para los demás vehículos y, según la edad, estado y fin, para el que se usa dicho vehículo, -comercial o privado-, este certificado de, apto para circular por la vía publica,  se expedirá por dos años, un año o seis meses.

Y esto, independientemente  del estado en que ese vehículo haya estado antes de  esa inspección técnica.

Dicho de otra manera: aunque el vehículo en cuestión hubiese estado hecho pedacitos un día antes de esa inspección, si, en el momento que se le practica dicha inspección, el vehículo es hallado apto para circular por el tiempo que le corresponda según su edad, eso es lo que tiene que constar en el informe, sin tener en cuenta el tiempo que el vehículo haya estado sin la ITV pasada.

Porque, de otra forma, lo que este Gobierno de Ali Baba, nos está haciendo es convertir, lo que sería una revisión técnica para saber las condiciones en que se encuentran los vehículos para poder circular, en un impuesto puro y duro.

Ni más ni menos.

A causa de la pandemia no se pudo pasar el ITV, y los meses que se queden atrás representan una enorme pérdida dinero, tanto para las estaciones de ITV, como para el Estado, y en este “Gobierno del Obrero”,  han maquinado este plan de cobrarnos la Inspección Técnica en retrospectiva, o sea, nos cobran por una Inspección que no hicieron y, la que si te hacen y pagas por ello, te la acortan. ¿Se puede ser mas bandido, mezquino, ruin y ladrón???

Este Gobierno nos está estafando de la forma más burlona, cínica, falaz, canalla y torticera que se pueda dar, y todavía hay un montón de ingenuos que ilusoriamente  se creen que está aquí para ayudar a los pobres.

Sunday, August 09, 2020

La Máquina de Propaganda Comunista…


 


Siempre se pone a Goebbels, como paradigma de la propaganda política, cuando, en realidad, él, pudo ser el padre de la teoría, -aunque tendríamos que obviar a Wilhelm Münzenberg-, pero está claro que para él no funcionó y los que si supieron sacarle provecho fueron siempre los comunistas.

Ahí tenemos a gentuza como Neruda, el hipócrita de Rafael Alberti, o la asquerosa figura de Jean-Paul Sartre, que se recicla cíclicamente, que aparecen como libre pensadores, defensores de la libertad y la lucha obrera, e iconos del comunismo.

Apóstoles de la ideología política con más dictaduras criminales y con de millones de muertos a sus espaldas.  Y son los que han quedado como héroes, con esa aureola romántica del intelectual que defiende al pueblo llano y descamisado, frente al capitalismo avasallador, hasta sus últimas consecuencias.

Pero, desgraciadamente,  aunque han desaparecido los maestros, han quedado alumnos aventajados que hacen que la maquinaria de propaganda comunista siga funcionado perfectamente y de una forma tan eficaz que hace que a su lado el bueno de Goebbels, no parezca sino la sombra de un pobre aficionado.

En España estamos viviendo en estos momentos, la demostración más descarnada de la eficiencia de esta máquina de hacer picadillo de todo aquél o aquello que les molesta o les hace sombra.

Antes fueron a por Franco, ahora por el Rey Emérito.

El esquema de acción es siempre el mismo en todas partes.

Se aprovecha un gran escándalo o un grave desorden público.

Se inunda la opinión pública con acusaciones echando la culpa de todo a los manejos del personaje a tumbar.

Se abre un proceso con testigos afines a la causa. Antes de que la causa llegue a los juzgados, ya el personaje es juzgado en los medios. Los testigos aparecen en todos los platós de televisión y el personaje es condenado, sentenciado y expulsado, sin que tenga oportunidad de presentarse ante un tribunal,  ni manifestar ni por un momento cualquier defensa.

En el caso actual podemos ver la magnificencia de la Máquina. La forma de actuar de sus esbirros, la saña con la que atacan y acosan a su víctima, sin titubeo, si desaliento, sin compasión.

Van a por la yugular –Monarquía- y no pararan hasta verla desangrada y muerta a sus pies.

Y ante esto, muchos españoles, demasiados quizás, aplaudiendo con las orejas, creyéndose, los muy ilusos, que una “república”, solucionaría sus vidas.

Después del mastodóntico chiringuito burocrático que la casta política se ha montado en este país desde que murió el General Franco, todavía creer que una “república” nos saldría más barata y eso acabaría con todos nuestros  males. Si después de ver como un mentiroso compulsivo llegaba a ser Presidente del Gobierno, y nombrando Vicepresidente a un tío del que aseguró, antes de las elecciones, que con él en el Gobierno no dormiría tranquilo. Y aceptando, además, la condiciones que éste le exigía, de darle a varios de sus amigotes un ministerio, metiendo en el lote, uno especifico para su novia, la cajera de un supermercado, y todavía seguir creyendo que España resistiría a una “república”, con esta clase de canallas al mando, a eso le llamo yo, tener fe.

El Rey fue, durante todos estos años, en su desempeño como Jefe del Estado, una  figura  clave, apolítica e imparcial, el mejor símbolo de estabilidad en este país.

El Rey, y la Casa Real, ha sido el (han sido) el mejor escaparate que ha tenido España en el mundo.

Ha llevado empresarios y empresas a EEUU, China Japón, los países del Golfo, nuestro vecino Marruecos, Sudamérica, etc.

Gracias a Él se consiguió la faraónica obra del ensanchamiento  del Canal de Panamá, el suministro de locomotoras a EEUU, uno de los mayores proyectos hidráulicos de Sudamérica, Colombia, o la fabulosa obra de llevar el A.V.E. de Medina a La Meca.

Él se jugó su integridad física para frustrar el golpe de estado de Tejero y compañía, y con Él al frente del Estado, hemos vivido, quizás, el periodo mas prospero y tranquilo de toda la historia  de España.

Pero esta paz no podía durar eternamente.  La Máquina Comunista, estaba ahí, latente, como el harpa, “esperando la mano  nieve que sepa arrancarlas”. Y esta llegó. Llegó en la persona de aquel “bobo solemne” llamado Zapatero y sus brotes verdes.

Unos brotes verdes que ahora han germinado y dado sus frutos. Ahí los tenéis: Sánchez, Iglesias, La Cajera, Echenique, Errejón, Monedero, etc., etc., y con ellos la vida de los españoles ha cambiado –para mucho peor- para siempre.

 

P. D.

Por cierto la Casa Real nos cuesta 7.5 millones de euros, solo “Podemos”, promotor de estos ataques,  tiene un presupuesto de 18 millones y la TV3 catalana 347 millones.

La República Francesa cuesta 121 millones y la República Italiana 228 millones.