Saturday, October 14, 2017

La Historia no perdona mitos



Lo que sigue no es mio, lo encontré por El Internet y, como me parece muy bueno, con permiso del autor, quien quiera que fuere, lo publico aquí.

La historia no perdona mitos.

Soy un barcelonés de 30 años que, como mi generación, creció con el Club Súper 3, el Tomàtic, la Bola de Drac, la Arare , Sopa de Cabra, Els Pets, Els Caçafantasmes, “Regreso al Futuro”… Veíamos la predicción del tiempo en la TV 3, con los dibujos de soles y nubes sobre un mapa de los Países Catalanes.
En la escuela nos explicaban la historia de las cuatro barras, pintadas por el emperador franco con la sangre de Wilfredo el Velloso sobre un escudo o tela de color amarillo-dorado: así nació nuestra bandera ( la Senyera ).
Los domingos por la mañana bailábamos sardanas en la plaza de la Iglesia , y daba gozo ver en un mismo círculo a los abuelos y los nietos, cogidos de la mano. En Navidad hacíamos cagar al
“Tió”, y poníamos un “Caganer” con barretina en el Nacimiento. Así,
disfrutábamos de una auténtica Navidad catalana como Dios manda.
En la primavera cogíamos las Xirucas ( Chirucas ,marca de calzado ], y nos íbamos a nuestros Pirineos a disfrutar de nuestras montañas y sierras, en nuestra tierra.
Celebrábamos la “Diada”, con ánimo de no olvidarnos de la derrota de nuestro pueblo contra Felipe V y los españoles.
Somos un pueblo trabajador, con carácter, distinto del resto. Tenemos la Caixa , el RACC, los Mozos de Escuadra y los Ferrocarriles Catalanes. ¿Qué más queremos? Pues queremos, queremos, queremos…
Pero la verdad no se puede ocultar siempre.
Te vas de Erasmus a Londres, y descubres que existe vida fuera de nuestro pequeño planeta catalán.
Que también hay trabajadores con carácter en otros territorios.
Que la Caixa no es tan importante, si se compara con el Comercial Bank of China. Que solamente una ciudad como Shanghái tiene 20 millones de personas (tres veces toda Cataluña).
Descubres la verdad: que lo de las cuatro barras de Wifredo el Velloso sólo era una leyenda, un mito, sin fundamento histórico.
Ni Wifredo fue contemporáneo del emperador, ni se usaba la heráldica en ese siglo. Además, hasta la unión con Aragón, el emblema de los condes de Barcelona fue la cruz de San Jorge (una cruz de gules sobre campo de plata).
Descubres que la sardana la inventaron en el año 1817. Fue un tal Pep Ventura, que tampoco se llamaba Pep sino José, nacido en Alcalá la Real, provincia de Jaén, e hijo de un comandante del Ejército español.
Se la inventaron, porque no podía ser que la jota de Lérida o del Campo de Tarragona fuese el baile nacional. Y tampoco podía serlo el baile denominado “El Españolito”. Por eso se inventaron la sardana a comienzos del siglo XIX: para crear una identidad nacional inexistente hasta entonces. La sardana, otro mito.
Descubres que en 1714 no hubo ninguna guerra catalana-española, que Cataluña no participó en ninguna derrota bélica.
Fue una guerra entre dos candidatos a la Corona de España, vacante desde la muerte de Carlos II sin descendencia: entre un candidato de la dinastía de los Borbones (de Francia) y otro de la de
Austria (de tierras germánicas). En todos los territorios de la Corona de España hubo austracistas y borbónicos: por ejemplo, Madrid, Alcalá y Toledo lucharon en el mismo bando que Barcelona. No fue, como intentan venderlo, una guerra de secesión, sino de sucesión: ningún bando aspiró nunca a romper la unidad dinástica entre Castilla y Aragón, ni la separación de Cataluña. La Diada , otro mito.
Descubres que el “Caganer” del belén es una “tradición” que no se generaliza hasta el siglo XIX, como la sardana. Y que el “Tió” es otra milonga identitaria y absurda. La Navidad catalana, otro mito.
Te das cuenta que [los nacionalistas] nos han tomado el pelo. No nos han educado, sino adoctrinado. Que nos han alimentado, sin darnos cuenta, de una “ideología total” que se encuentra por encima de todo y de todos. Lo abarca todo: permite pisar el derecho de las personas, modelar la Historia a su gusto, y determinar qué está bien o mal.
Te das cuenta que [los nacionalistas] nos han adoctrinado a través de mitos, leyendas, mentiras. Que han construido o falseado una realidad, con tal de fundamentar su ideología. Intentaré poco a poco ir comentando esos mitos. Pido ayuda y la colaboración de todos, para tratar de encontrar otras mentiras. Así, [los catalanes] podremos liberarnos de esos mitos, y ser libres de verdad.

Está claro que eso de viajar, es para algunos, una estupenda vacuna contra la estupidez y el aldeanismo.

¿Cómo hemos llegado a esto…? ¿Quien?

A ver, vamos con el monotema actual, que es la independencia de Cataluña.
Sobre este asunto, que ya viene cansando más que las infidelidades de Chavelita, hay tres frases que se han puesto de moda, sobre todo entre aquellos que pretenden mantener una equidistancia entre los “dos bandos”, los "wets" les llaman los británicos, y se la cogen con papel de fumar.
Las frases son:
1º ¿Como hemos llegado a esto?
2º Hay que tener dialogo –a esta se apunta con gran fervor Pedro Sánchez, al cual lo único que le importa de verdad, es desbancar a Rajoy para ser él Presidente-
3º Hay que cambiar la Constitución.
Primero: ¿Cómo que hemos llegado?
Han llegado. Los independistas son los que han llegado a esto.
Yo no he llegado a esto. Ni yo, ni usted, ni el otro. El españolito de a pie, el de infantería de toda la vida, que diría Pérez Reverte, no ha tenido parte ni arte en todo este embrollo, solo mira con estupor como una pandilla de tarados quiere destruir su país.
Pero tampoco el haber llegado a esto, ha sido culpa del Gobierno actual, ni de Mariano Rajoy, ni siquiera de Zapatero, aunque la actuación de éste, durante su periodo de Gobierno, contribuyera bastante.
Como contribuyo en su día la labor de Adolfo Suarez, instaurando el, en mala hora parido, sistema de Autonomías.
Y contribuyo Felipe González, cundo en su día, sin mayoría absoluta y necesitando apoyo para formar Gobierno, acudió a los nacionalistas catalanes, lo mismo que hizo más tarde Aznar, que hablaba catalán en la intimidad. Así fue como entre unos y otros, y sin tener ninguno clarividencia suficiente de dejar gobernar al partido más votado sin tener que acudir a los independentistas, acabaron cediéndole: policía autonómica propia, sanidad, educación, recaudación de impuestos y todo que se le ocurrió pedir al “Honorable” Jordi Pujol.
Pero no, a pesar de todo lo anterior, se puede culpar de haber llegado a esto, a los anteriormente mencionados.
La culpa debe recaer, única y exclusivamente, en aquellos, que creyéndose una raza superior solo por el hecho de haber nacido en un determinado territorio, dan un golpe de estado que amenaza con desmembrar la Nación Española. Ahí están los culpables y ahí reside la culpa.
Segundo: hay que dialogar, frase preferida de los equidistantes y del señor Pedro Sánchez.
Pero, ¿dialogar qué y con quién?
Los independentistas no buscan dialogo. Ellos los han dejado claro desde el primer momento, quieren la independencia, menos de eso no les vale.
Si usted, señor Sánchez, o cualquiera de los “equidistantes” está dispuesto a dársela, se lo dice y listo, no hace falta dialogar nada.
Y tercero: Hay que cambiar la Constitución.
Pero, ¿Dónde y qué?
¿Qué hay que cambiar de la Constitución?
¿Cómo vamos a redactar la nueva Constitución?
¿Sustituyendo aquellos artículos que defienden la unidad de España, incluido el famoso 155, por uno que les de a las Autonomías autoridad para poder decidir por su cuenta si quieren seguir, o no, siendo parte de España?
Si optamos por esto último, pues…tíos, para este viaje no hacían falta estas alforjas.

PD.
Por cierto, el artículo 155, dice lo siguiente:
1. Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general.

2. Para la ejecución de las medidas previstas en el apartado anterior, el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas.