Tuesday, April 26, 2011

Bajo los adoquines no había arena de playa.



Papá cuéntame otra vez ese cuento tan bonito
de gendarmes y fascistas, y estudiantes con flequillo,
y dulce guerrilla urbana en pantalones de campana,
y canciones de los Rolling, y niñas en minifalda.
Papá cuéntame otra vez todo lo que os divertisteis
estropeando la vejez a oxidados dictadores,
y cómo cantaste Al Vent y ocupasteis la Sorbona
en aquel mayo francés en los días de vino y rosas.
Así empieza una canción de Ismael Serrano, con letra de Daniel Serrano.
Y así comienza mi historia, nuestra historia. La historia de aquellos que fuimos jóvenes desde la mitad de los sesenta hasta la mitad de los setenta.
La década prodigiosa.Y es verdad, fue prodigiosa. Prodigiosa por muchas cosas. Por la música que se compuso en aquellos años. Aquellos músicos y cantantes. Los grupos musicales que surgieron entonces.
Los Beatles, The Rollings, Elvis,Bob Dylan, Tom Jones, y también los españoles, Serrat, Julio Iglesias, Rafael, los Brincos, Víctor Manuel o Miguel Ríos, todos surgieron en aquellos años y jamás hasta ahora han vuelto a repetirse.
Pero además están los cambios que afectaron al mundo, la llegada del hombre a la luna, el primer satélite artificial en el espacio, el primer trasplante de corazón etc. Y, sobre todo, los cambios que aquella década trajo a nuestro país. España pasaba de ser un país sumido en la miseria de la postguerra a convertirse en un país moderno, joven y con una espléndida esperanza de futuro.
Y era, con ese futuro esperanzador, con el que todos soñábamos.
Soñábamos con ver el final de la dictadura y enterrar el pasado.
Soñábamos con ser un país libre, moderno y sano de alma y cuerpo. Un país donde nadie fuese extranjero, ni nadie anduviese hambriento. Donde todos fuésemos a poner nuestro granito de arena para hacer de España un país mejor. Un país donde la humildad de nuestra cuna o el lugar de nacimiento, no fuese obise a la hora de ser tratados, todos, con el mismo respeto y tener, todos, las mismas oportunidades.
Soñábamos con darles a nuestros jóvenes la mejor educación para que saliesen los más preparados del mundo.
Pero bien es verdad que, “Los sueños, sueños son” y aquí no fue distinto.
Con la muerte de Franco, acabó la dictadura, pero nuestra ansiada libertad se convertía en parodia y nuestro sueño se prostituía.
Hoy hemos despertado a la realidad y vemos con amargura que aquello solo fue eso, un sueño, una utopía, que ha quedado tan lejos de nuestro alcance que casi ya nadie recuerda lo que soñábamos.
Vemos como nuestros hijos, inmensamente mas preparados que nosotros, no encuentra trabajo y, despojados de toda ilusión de futuro, languidecen en un macro botellón que los lleva desde la noche del jueves hasta la mañana del miércoles siguiente y vuelta a empezar.
Vemos como cuatro imbéciles que seguramente se creen unos intelectuales, completamente aburridos y sin nada que hacer, tratan de organizar una “procesión laica” para estropear las de Semana Santa, demostrando que es cierta aquella máxima que dice: que hay gente que para ser feliz no les basta con serlo, necesitan además hacer infelices a los demás.
Menos mal que alguien en alguna parte del Gobierno en un ataque de sensatez detuvo esta charada.
Y vemos también otros cuatro imbéciles tratando de romper la unidad de España en aras de fundar cada uno de ellos su particular paisito.
Paisito que, de lograr un día su tan “deseada independencia”, acabaría a su vez por romperse cuando otros cuatro imbéciles quisiesen fundar su paisito y así hasta disolverse en la nada igual un turrón de azúcar en un café caliente.
Y nuestros políticos, aquellos que supuestamente debieran ser los artífices máximos de nuestra democracia y casi modelos de conducta integra e intachable para el ciudadano, a la hora de pedirnos nuestro voto en lugar de enseñarnos sus programas y la forma en que piensan mejorar el futuro de nuestro país y por ende nuestro nivel de bienestar, se dedican a enseñar los trapos sucios del adversario mientras se gritan: y tu mas.
Y vivimos el esperpento de que para entender a muchos de estos políticos a los cuales nosotros les pagamos el sueldo tenemos que leer los subtítulos en la pantalla de televisión.
O que en las sesiones del cenado tengamos que pagarles un traductor para traducir lo que un político español le está diciendo a otro político español.
Y nos damos cuenta con estupor en el burdel en que han convertido España. Y vemos que no somos otra cosa que prostitutas de esos políticos y completamente anónimos.
El españolito de a pie, como vulgarmente se dice, es invisible, nadie lo ve, nadie lo escucha, nadie le pregunta, a nadie le importa lo que piensa, es una masa que va y viene y nada más, solo en las elecciones es cuando nos hacen algo de caso, después vuelta a la masa.
Y así vemos que al final, todo se quedó en nada.
Papá cuéntame otra vez que tras tanta barricada
y tras tanto puño en alto y tanta sangre derramada,
al final de la partida no pudisteis hacer nada,
y bajo los adoquines no había arena de playa.
Fue muy dura la derrota: todo lo que se soñaba
se pudrió en los rincones, se cubrió de telarañas,
y ya nadie canta Al Vent, ya no hay locos ya no hay parias,
pero tiene que llover aún sigue sucia la plaza.
No, no había arena de playa.

Saturday, April 16, 2011

Este país nuestro, chusco y divertido.



Este país nuestro es divertidísimo. En él se ven cosas tan chucas que es como para ponerse a reír y no parar hasta descuajeringarse la bisectriz.
Ya me dirán si no es chusco de ver a nuestros políticos acusarse mutuamente de llevar en sus listas electorales a personas imputadas de delito, cuando en ese juego no hay uno que se salve, puesto que, todos los partidos sin excepción, van de imputados hasta la bandera.
Ya me dirán si no les parece chusco ver como los asesinos de ETA, condenados a penas de mil no se cuentos años de cárcel, salgan a la calle con solo cumplir veinte y pico.
Y, casi peor aún, es ver como otros asesinos, como el “cuco”, ese niñato mierda, uno de los asesinos de la niña de Sevilla, que acabaron burlándose de la ley, de la justicia y de todos los españoles, acabe condenado a solo un par de años en un centro de corrección de menores.
Ya se sabe que la justicia es ciega, pero en España, además parece tonta.
Y no es chusco ver cómo, al mismo tiempo que estos tiparracos salen a la calle sin que nadie diga ni mu, la plebe se arremoline ante los juzgados para abuchear a la Campanario, acusada de querer obtener, con un “poquito” de trampa, una pensión para su madre.
No es chusco que el banco nos quite la casa por no poder pagar la hipoteca y que tengamos que seguir pagando dicha hipoteca igualmente. Al mismo tiempo que el Gobierno atiborra a esos mismos bancos de dinero, “nuestro”, para que no vayan a la quiebra.
Y ya me dirán si no es chusco el hecho de estar rayando eternamente a los hijos de la Gran Bretaña, para que nos devuelvan Gibraltar, cuando a duras penas somos capaces de conservar unido lo que hoy conforma el territorio español. Cuando políticos de ciertas regiones de España, como Cataluña, Vascongadas y Galicia e incluso Valencia y Baleares, proclaman a los cuatro vientos su independentismo sin que ello les acarree el mas mínimo criticismo por parte de sus colegas o, incluso, buena parte de los españoles que aplauden sus hazañas; políticos por otra parte españoles y que han jurado la Constitución, acaben dirigiéndose a los españoles en la jerga de sus respetivas regiones, dándose, de este modo, el esperpento, de que cuando los vemos por televisión, tenemos que leer los subtítulos para entender lo que dicen.
Y, claro está, los llanitos, viendo este panorama, no quieren ni oír hablar de ser españoles y, pensándolo fríamente, ¿Quién puede culparlos?
Y es que, como digo al principio, es país es divertidísimo, aunque, visto por el lado trágico, que quizás sea por donde se deba mirar, es como para ir a mear y no echar gota.

Saturday, April 09, 2011

Hartón de política.



Al final lo ha dicho. Zapatero ha confirmado que no se presentará como candidato a la presidencia en las próximas elecciones generales y, la verdad, ¿a quién le importa?
A nadie. A la mayoría de los españoles ya nos da lo mismo que se presente Zapatero, Chacón, Rubalcaba o Moncho de Juana.
Y, en realidad, tampoco nos importa mucho quien va a ganar, si Rajoy o el que sustituya a Zapatero. Si el PP o el PSOE, ¡mira nos da lo mismo!
Y es que ya pasamos de la política y de los políticos. Tenemos en este momento tal atracón de “democracia” y de política que creo que, buenamente, podrimos pasar el resto de nuestra vida sin ver a un político delante.
Y es que, nuestra casta política ha demostrado ser de una mediocridad tal que hartaría al más pintado.
Mientras nosotros nos estamos dejando la piel en el intento de tratar de capear lo mejor que podemos la crisis de caballo que nos azota, ellos, la clase política, casta endogámica y elitista, siguen viviendo a cuerpo de rey, mientras se acusan unos a otros de ser el mas corrupto.
Unos políticos que no son capaces de ponerse de acuerdo para averiguar que hay de cierto en los “ERES falsos de Andalucía”, en las actas de Thierry y el Faisán. No son capaces de ponerse de acuerdo para ilegalizar de una vez por todas a Sortu, a la ETA y a la madre que pario a los terroristas todos.
No son capaces de ponerse de acuerdo de pasar una ley que frene los delirios nacionalistas y que estipule, de una vez por todas, que en España, y en cualquier ámbito de la vida cotidiana, ante todo y sobre todo, la lengua que debe primar es el español (castellano) y luego, en un plano secundario, las autonómicas.
No son capaces de ponerse de acuerdo en poner coto a la voracidad de las grandes empresas, como las petroleras o las eléctricas, que suben sin parar aunque no se mueva el precio del crudo y que son rapidísimas a la hora de repercutir sobre el sufrido consumidor cualquier aumento de coste aunque luego se reparten escandalosos dividendos si que ello repercuta en el mas mínimo abaratamiento.
Estamos hartos de un Gobierno que nos lleva a una guerra de la que apenas sabemos ni quienes son sus padres, ni cual es su fin, solo que vamos al mas puro intervencionismo militarista, justo igual que aquella contra la cual, hace unos años, despotricaba el mismo partido, y partidarios, que hoy nos Gobierna,.
Estamos hartos de ver como cada día somos más pobres. Oímos que Europa, y especialmente Alemania, Francia e Inglaterra, están saliendo de la crisis, mientras en España aumenta el paro.
Estamos hartos del independentismo de Pujol, de Mas, y de toda la patulea política catalana. Estamos hartos de Patxi López que no se sabe si está a favor o en contra de legalizar a los batasunos (Sortu). Estamos hartos de la pachorra de Rajoy que ahora quiere hacer una política que atraiga a los votantes desencantados del PSOE, ¡Pobre iluso!
Estamos hartos de que Feijoo nos haya mentido cuando nos dijo que los gallegos podríamos elegir la lengua en la enseñanza de nuestros hijos.
Estamos hartos de un “Constitucional”, de unos jueces, con honradas excepciones, y de una justicia cada vez más tendenciosos y con las togas cada vez más embarradas.
Y estamos hartos, en fin, de que ninguno de ellos cumpla jamás lo que promete, de que vivan a cuenta nuestra y de que se rían de nosotros.