Indignados si, pero sin romper la televisión.
Toda la semana han tratado de convencerme y hasta yo he tratado de auto convencerme de que los “Indignados” o “Democracia Real” o como demonios se autodenominen, no van en contra de ningún partido o ideología, sino que son una masa heterogénea de gente que se ha hartado de las casta política que nos rodea y piden un cambio.
Pero al final, al poco que uno se fije, enseguida se da cuenta que nada de nada, es la misma excoria progre de siempre. Imbéciles niños de papa, muchos no tan niños, que sienten nostalgia de aquella “batallita” del mayo del 68 y que, además, viendo que tanto sus ideologías como sus queridos partidos de izquierdas están defenestrados se salen por peteneras y nos sueltan este rollo de la democracia real.
Y esto queda palmario al poco que se le pregunten por sus reivindicaciones, no dicen nada, o, como mucho, uno o dos puntos con sentido y que caen de cajón y cinco o seis chorradas, utopías, le llama la televisión. Si se les preguntan que es lo que tiene que ocurrir para que se den por satisfechos y se vayan a sus casas, tampoco dicen nada y es que no lo saben. Bueno, los que dirigen la cosa, Willy Toledo y company, si lo saben. Si en las elecciones de mañana el PSOE y la izquierda no sufren la debacle que se pronostica, posiblemente se den por satisfechos y la cosa se disuelva poco a poco; pero si es al contrario y el PP gana con abrumadora mayoría, tanto que haga que Zapatero tenga que adelantar elecciones, entonces siguiran ahí, hasta que la cosa se salga de madre, empiecen a asaltar sedes del PP y centros de television de la derecha y luego dios sabe donde acabara.
Alguien a quien yo quiero mucho me dijo hoy: vienes protestando contra el sistema político que nos ha tacado en suerte y ahora que estos hacen lo mismo no te gusta.
Y es verdad que he perdido la cuenta de las veces que dije que la democracia que se vivía en España dejaba mucho que desear.
Es verdad que yo creo en cosas como que: El presidente del Gobierno de España debe de ser elegido por el sufragio universal de todos los españoles y no a través del Parlamento que controlan los aparatos de los partidos.
Que urge la reforma de “ley electoral” para favorecer las listas abiertas, con circunscripciones y ajustes proporcionales para “los restos” de los votos nacionales.
Que los órganos gestores del Poder Judicial deben ser elegidos por los cuerpos jurídicos del Estado y no por el Gobierno y Parlamento.
Que hay que reformar las malditas Autonomías, y quitarles todas aquellas competencias, como educación, policía, sanidad, gestión de impuestos, etc., que deben ser competencia del estado. Convertirlas en gestoras de cada atonomia o región y despojarlas de esa línea de "mini estaditos", verdaderas tragaderas del erario público, o, en su caso, hacerlas desaparecer y sustituirlas por gobernadores civiles o algo así, que den cuentas al Estado Central.
Que la lengua castellana (española) deba ser obligatoria e ineludible en la vida pública y especialmente Enseñanza, Administración, y la Justicia. Y que el Estado debe promocionar en el mundo global, a través de Internet, la cultura y el idioma español.
Y es verdad que en algunas de estas coincido con ellos, pero pienso que esto hay que arreglarlo con la palabra y no con revoluciones y caceroladas.
Conocí hace tiempo un matrimonio que cada vez que reñían, y lo hacían a menudo, él, para demostrar lo machito que era, rompía la televisión y al día siguiente después de hacer las paces, se iban a comprar otra, así una vez tras otra. Cuando ya iban por la televisión numero ciento cincuenta o algo así, ella se hartó y lo abandonó.
Y es que, el tío este podría haber tenido una discusión con su mujer, como tenemos todos y resolverla mas o menos bien, pero sin romper la televisión, porque de esta manera, el que le vendía las televisiones se estaba haciendo rico, pero él se esta arruinando.
Y en este caso es lo mismo, nuestra casta política apesta y hay que limpiarla, pero sin romper la televisión..