Ya se creían que tenían a un fascista filo-nazi, pero…
Ya estaban todos los medios progres haciéndose cábalas y relamiéndose de gusto ante la idea de que en Francia anduviese suelto un asesino “filo-nazi” dedicado a matar fríamente solo por motivos racistas y xenófobos.
Y es que se rilan de gusto ante la idea de poder catar bajo sus focos a un miembro de esa “odiada raza occidental que se cree superior”, a poder ser, alto, rubio y de ojos azules, tipo Anders Behring Breivik, el asesino que mató a 77 personas en Oslo y la isla de Utoya, y es que ante la idea de poder cargar contra el fascismo, su afán y tesón no conoce límites, ¿Qué importa que en nombre del comunismo se haya asesinado 30 veces más?
Qué importa conocer con fríos datos que, si bien es verdad que el nazismo de Hitler mató a siete millones de personas e hizo verdaderas barrabasadas con los judíos y otras etnias minoritarias, también es verdad que solo bajo el mandato de Stalin murieron 30 millones.
Imaginemos que a estos les añadimos los asesinados por el régimen de Mao Tse-tung y los asesinados por Pol-Pot y sus jemeres rojos, ¿y adonde irían a parar las cifras de víctimas del comunismo?
Pero todo esto a ellos no les importa, corremos un “es-tupido” velo y a volver a cantar la “Internacional” con el puño en alto. Podridos de dinero y cantando “Arriba parias de la tierra”…, ga.
Pero al final les salió el tiro por la culata. El asesino resultó ser un islamista radical.
Un engendro de esa cultura que tanto les gusta.
Un miembro de esa civilización con la que sueñan hacer sus “alianzas de civilizaciones”.
Esa civilización que es la envidia del resto del mundo por su libertad y defensa de los derecho humanos.
Y donde la mujer tiene los mismos derechos que… Bueno, no se me ocurre que qué, no se con que comparar los derechos de la mujer en el mundo islámico,… ¿pasa algo?
Esa civilización con una cultura donde todo gira alrededor de las predicaciones de un profeta que alentaba a practicar la jihad permanente, una guerra santa incruenta para mejorar interiormente, pero también cruenta y violenta para imponerle el islam al mundo. Una guerra que no debiera finalizar hasta que la humanidad sea musulmana.
¡Qué jarro de agua fría para los progres!
Pero progres de dios, ¿Cuándo vais a aprender?
Es que no os dais cuenta que, a estas alturas de la película, cuando hay un atentado de los gordos, o sea, trágico de verdad, tipo 11M, 11S, etc., las posibilidades de que haya sido perpetrado por un majareta rubio y de ojos azules que se cree heredero directo de Adolfo y pretende liberar a occidente de razas inferiores, o perpetrado por un islamista fanático con la idea de conseguir un ticket exprés y por la vía rápida a ese paraíso prometido por el profeta lleno de miel y hurís a elegir, las apuestas están cien a uno a favor del último.