Thursday, March 29, 2012

Ya se creían que tenían a un fascista filo-nazi, pero…



Ya estaban todos los medios progres haciéndose cábalas y relamiéndose de gusto ante la idea de que en Francia anduviese suelto un asesino “filo-nazi” dedicado a matar fríamente solo por motivos racistas y xenófobos.
Y es que se rilan de gusto ante la idea de poder catar bajo sus focos a un miembro de esa “odiada raza occidental que se cree superior”, a poder ser, alto, rubio y de ojos azules, tipo Anders Behring Breivik, el asesino que mató a 77 personas en Oslo y la isla de Utoya, y es que ante la idea de poder cargar contra el fascismo, su afán y tesón no conoce límites, ¿Qué importa que en nombre del comunismo se haya asesinado 30 veces más?
Qué importa conocer con fríos datos que, si bien es verdad que el nazismo de Hitler mató a siete millones de personas e hizo verdaderas barrabasadas con los judíos y otras etnias minoritarias, también es verdad que solo bajo el mandato de Stalin murieron 30 millones.
Imaginemos que a estos les añadimos los asesinados por el régimen de Mao Tse-tung y los asesinados por Pol-Pot y sus jemeres rojos, ¿y adonde irían a parar las cifras de víctimas del comunismo?
Pero todo esto a ellos no les importa, corremos un “es-tupido” velo y a volver a cantar la “Internacional” con el puño en alto. Podridos de dinero y cantando “Arriba parias de la tierra”…, ga.
Pero al final les salió el tiro por la culata. El asesino resultó ser un islamista radical.
Un engendro de esa cultura que tanto les gusta.
Un miembro de esa civilización con la que sueñan hacer sus “alianzas de civilizaciones”.
Esa civilización que es la envidia del resto del mundo por su libertad y defensa de los derecho humanos.
Y donde la mujer tiene los mismos derechos que… Bueno, no se me ocurre que qué, no se con que comparar los derechos de la mujer en el mundo islámico,… ¿pasa algo?
Esa civilización con una cultura donde todo gira alrededor de las predicaciones de un profeta que alentaba a practicar la jihad permanente, una guerra santa incruenta para mejorar interiormente, pero también cruenta y violenta para imponerle el islam al mundo. Una guerra que no debiera finalizar hasta que la humanidad sea musulmana.
¡Qué jarro de agua fría para los progres!
Pero progres de dios, ¿Cuándo vais a aprender?
Es que no os dais cuenta que, a estas alturas de la película, cuando hay un atentado de los gordos, o sea, trágico de verdad, tipo 11M, 11S, etc., las posibilidades de que haya sido perpetrado por un majareta rubio y de ojos azules que se cree heredero directo de Adolfo y pretende liberar a occidente de razas inferiores, o perpetrado por un islamista fanático con la idea de conseguir un ticket exprés y por la vía rápida a ese paraíso prometido por el profeta lleno de miel y hurís a elegir, las apuestas están cien a uno a favor del último.

Díganme ahora: ¿Quién es el dictador?


Con la huelga que tienen proyectada para el próximo día 29 y que, al parecer, ya no hay quien la pare, los sindicatos se muestran cada vez mas determinados a demostrarnos que prefieren pasar a la historia como unos energúmenos que, henchidos de vanidad, le dan mas importancia a un mediocre afán de gloria personal, que pasar a la historia como hombres de estado que, prudentes y sensatos, trataron de buscar una salida a este carajal en el que este país está metido.
Después de que, sin mover un dedo durante ocho años, dejar que el anterior Gobierno nos hundiese en la más absoluta miseria, ahora, a la primera de cambio, le montan una huelga al Gobierno de Rajoy sobre unas reformas a todas luces más que necesarias si es que queremos algún día salir de este atolladero.
No es de extrañar que su popularidad vaya en declive cuando hacen ostentación de un gran poder sin el más mínimo vestigio de responsabilidad.
No es de extrañar que cada día menos y menos gente se muestre partidaria de sus ideas cuando cualquiera, con dos dedos de frente, puede percibir que esas ideas parecen más bien nacidas de la mente de unos adolescentes malcriados que de unos adultos responsables y sensatos.
Tengo un amigo que dice ser socialista aunque, como todo buen socialista, está retirado desde que cumplió los cincuenta años, con una pensión a prueba de inflación y viviendo en una casa en el campo que muchos desearíamos para nosotros, una casa que él ganó con el sudor de su frente, eso sí.
Una casa, además, a la que todos los años, desde que la construyó, ha venido haciéndole reformas y mejoras que la han hecho cada vez mas y mas confortable, y este tío, él, que dice ser y sentirse socialista hasta el tuétano, esas son sus palabras, jamás de los jamases le he visto que para hacer esas reformas haya llamado a una empresa como dios manda, con los obreros asegurados y con un sueldo en condiciones, sino que, ha acometido reforma tras reforma, llamando siempre a algún amigo o conocido profesional de la paleta, de la brocha o del fusible, a poder ser a su vez también retirados, a los que paga en negro y así le sale la obra por la mitad de lo que costaría por los cauces correctos, unos “chancas” les llama él.
Y el otro día este amigo me dice. ¿¡Qué! El 29 a la huelga eh?
No, yo no, respondí, pero dime, ¿Para qué se hace esta huelga?
Pues para que este Gobierno respete los derechos del obrero, para evitar que se les pague una miseria y para impedir que se destruya el Estado de Bienestar, me respondió.
Pero no os dais cuenta, le dije, que casi ya no quedan obreros, que todo el mundo está en paro o a un paso de estarlo, que el Estado de Bienestar pasó a mejor vida con el anterior Gobierno y que pedir a estas alturas más dinero y mas derechos es inútil, puesto que no hay una perra?
España no tiene un duro ¿No os dais cuenta?
Y hacerle una huelga para impedir que haga las reformas, es como purgar al muerto.
¿Cuándo os vais a dar cuenta de que ya no depende del Gobierno, sino de Europa?
Es igual, me dice, Rajoy es un dictador y hay que quemarlo.
¿…? No, un dictador fue Franco. Y no fue un dictador por que gobernase mal o gobernase bien, fue un dictador porque, te gustase o no lo que proponía o como gobernaba, tenias que aceptarlo si o si, no te daba otra opción.
En cambio Rajoy es un presidente electo, votado en las urnas por más de once millones de españoles (mayoría absoluta), una mayoría que hoy, en unas hipotéticas elecciones, volvería revalidar, y es verdad, también, que hubo y hay unos diez millones que no lo votaron, pero estos son minoría. Pues es ahora que esta minoría en un intento de hacerlo fracasar en su gestión política como Gobierno, que ha decidido salir a la calle tantas veces como haga falta a fin de conseguir en la calle y por la fuerza lo que no han sido capaces de conseguir democráticamente en las urnas.
Díganme ahora: ¿Quién es el dictador?

Monday, March 12, 2012

Hubo otras crisis…




Nadie ignora, a estas alturas, que estamos pasando por una crisis de caballo, para muchos de nosotros (y uno ya tiene en el coleto 59 años) la peor crisis que recordamos, pero esta no es la primera crisis por la que el mundo ha pasado, ni quizás sea la peor.
Mi abuelo me hablaba de la Guerra del Catorce, el lo decía asi, y del Movimiento; del Año de la Gripe y la del Tiempo del Hambre.
Y todos sabemos, porque lo leímos infinidad de veces, lo del “Crack del 29”, pero hoy quiero escribir sobre otro tiempo, otra crisis, una de las peores que el mundo tuvo que arrostrar.
Sucedió en el siglo XIV. Un siglo que se puede definir como uno de los más calamitosos en la historia del mundo.
Malas cosechas y la consiguiente mortandad fueron desde siempre un mal endémico que afligía a los países europeos, pero nada comparable a los tres años de 1315 a 1317.
El clima dio un cambio extremo desde Francia hacia el norte. Lluvias incesantes en primavera y verano con temperaturas bajas que arruinaron las cosechas y el forraje para los animales, los precios de los alimentos se dispararon de tal manera que, para una gran mayoría, resultaban inalcanzables, algo que hizo que cundiera un hambre atroz.
Se extendió el abandono de niños y el infanticidio; se llegó al canibalismo, y el bandidaje y el crimen estaban a la orden del día.
Esta crisis, conocida como la Gran Hambruna, llevó a la muerte a millones de personas. Un mínimo de un diez por ciento de la población de la mitad norte de Europa desapareció.
Este desastre no afectó tanto a la Europa mediterránea. En España, al contrario, era su sequedad la que contribuía a una pobreza de suelos que la hacían, casi a perpetuidad, víctima del hambre. La peor fue la de 1333 que mató a tantos que, según la Crónica Conimbricense, no había sitio en las iglesias para enterrarlos.
Apenas había comenzado Europa a recuperarse cuando, en 1347, aparece la Peste Negra, algo todavía más mortífero que la Gran Hambruna.
La Peste Negra abarca todo el continente europeo además de Asia y el norte de África.
Las pestes eran una calamidad que, de tiempo en tiempo, sufría la humanidad, en la historia encontramos la “Peste Antonina” de 166, que debilitó el imperio romano o la “Plaga de Justiniano” de 542, pero ninguna de ellas tuvo el efecto devastador de la Peste Negra. Esta nació en Asia central o norte de La India y fue propagada a través de las pulgas de ratas infectadas que trajeron las invasiones mongólicas, y con los marineros de los barcos de transporte de mercancías entre continentes y países. Algunos barcos perdían a toda su tripulación antes de llegar a puerto.
Mató a más de 25 millones de personas, entre un tercio y la mitad de los europeos. Hay estudiosos que estiman que, España, Italia y el sur de Francia, perdieron hasta tres cuartas partes de su población.
Al ignorar su origen y tratamiento, muchos la consideraron un castigo divino.
Se culpaba a los leprosos, a los mendigos, a los extranjeros o a los judíos.
Los leprosos fueron casi exterminados y los judíos, acusados de envenenar los pozos, sufrieron toda clase de abusos e injusticias, tanto fue así que el Papa Clemente VI, intento ponerlos bajo la protección del clero y pasó una bula amenazando con excomulgar a aquél que les hiciese daño.
En aquel caos hubo quien pedía a Dios por la salvación por medio de rogativas y penitencias, otros se dieron a toda clase de inmoralidades.
Una crónica italiana rezaba: “parecía el fin del mundo, el preludio del apocalipsis”.
Y como si todas estas calamidades naturales no fueran bastante, las guerras se hicieron más amplias y violentas. La Liga Hanseática contra Dinamarca, los eslavos contra la Orden teutónica, los franceses y otros países contra los turcos, que ya habían invadido los Balcanes y Bulgaria, dejando a Constantinopla casi encerrada y la más dura de todas: la Guerra de los Cien Años, entre Francia e Inglaterra, con repercusión en España.
Y, a pesar de todas las adversidades, desastres e infortunios que aquella gente tuvo que arrostrar, las instituciones, desde la iglesia a los estados, pasando por las relaciones señoriales, resistieron y Europa permaneció siendo cristiana.
Bien aquí ya termino, todo esto lo pueden leer con más detalle en “Nueva Historia de España”, de Pio Moa, libro del que me he valido en parte para escribir esto.
Viendo todas las desgracias que cayeron sobre aquellos seres humanos, nos parecerá que la crisis actual no pasa de ser un mal menor, pero no es así. No lo es para aquella familia que tiene a todos sus miembros en el paro, o para el que pierde su casa, por la que ha trabajado media vida, por no poder pagar lo que le quedaba de hipoteca y no lo es para aquél que siempre tuvo un trabajo, que siempre se defendió bien en la vida y ahora tiene que acudir a Caritas o a algún comedor social.
Pero, al igual que lo hicieron ellos en el siglo XIV, también nosotros podemos salir de esta, pero a base de esfuerzo y trabajo y no con huelgas y caceroladas.
La cosa no va a ser fácil, no. En el siglo XIV, tuvieron que lidiar con el Hambre, la Peste, y la Guerra, nosotros tenemos, a los nacionalismos separatistas, a los indignados, a los sindicatos y a la extrema izquierda, me atrevería a decir que, las posibilidades están a la par.

Thursday, March 01, 2012

A veces, es mejor que no nos ayuden tanto.



Leo en el periódico "Periodista Digital", que, las empleadas de hogar, esas personas, la mayoría mujeres, que limpian plancha o cuidan niños o mayores en casas ajenas, gracias a un Real Decreto aprobado en el último consejo de Ministros del Gobierno de Zapatero, van a ser integradas gradualmente en el Régimen General de la Seguridad Social.
El estar aseguradas como dios manda es un derecho que estas gentes tienen y el tenerlas aseguradas es una obligación de sus empleadores para con ellas
Pues muy bonito, muy cojonudo y tal, pero no hay premio, puesto que esto no va a funcionar.
Esto es uno de esos casos en que el remedio va a ser peor que la enfermedad.
Y es que esta ley ya la hubo siempre. Siempre fue obligación de todo aquel que tuviese una empleada de hogar, darla de alta en la seguridad social.
Pero a esto, lo empleadores, la mayoría gente de clase media o, casi, modesta, ya lo dice el artículo, “hace tiempo que dejaron de ser una presencias exclusiva en los domicilios de clase pudiente”, no podían o no querían permitírselo y, cuando una de estas señoras llegaba ofreciendo sus servicios, la primera consigna era: pero el sueldo en negro ¿Vale? Y tenia que valer.
Luego, hace unos años, el Gobierno introdujo una ley (Régimen Especial de la Seguridad Social de los Empleados de Hogar) que permitía que cada una de estas empleadas pudiese cotizar por su cuenta.
Miles de ellas se dieron de alta y la cosa comenzó a funcionar. Y la realidad de este mundo, dominado por la economía sumergida, comenzó a aflorar.
Pero ahora, a algún “listo” se le ha ocurrido que ellas también tienen derecho a que sus patronos coticen por ellas y hemos vuelto a donde estábamos.
Volveremos a tener a miles de personas que tendrán que volver a trabajar en negro, por que la realidad va a ser, otra vez, lo de: “¡en negro eh! Y, o lo tomas o lo dejas” es lo que hay, y tendrán que tomarlo.
Y miles de personas en su mayoría mujeres sin estudios, muchas de ellas extranjeras, volverán a verse imposibilitadas de poder cotizar para tener derecho a recibir atención medica o poder cobrar una modesta pensión el día de mañana.
Hace uno años saltó a la prensa que una conocida marca de productos para el deporte importaba sus balones de futbol de un país de Asia, no me acuerdo ahora cual, Indonesia, Malasia, Filipinas, bueno, no sé, uno de esos, donde eran cosidos a mano por niños que trabajaban durante diez horas o mas por unas pocas “rupias” y acababan con los dedos destrozados.
El escándalo fue mayúsculo y la firma, temerosa de manchar su buen nombre, se buscó otro lugar y otra forma de manufacturar sus pelotas.
Los niños asiáticos, privados de este mísero trabajo que les reportaba una mísera paga que llevarse a casa, y liberados, gracias a los bien pensantes que en el mundo hay, de su “semiesclavitud”, acabaron prostituyéndose a los pederastas occidentales que, ahora si, pagaban buenos dineros por sus servicios y todos fueron muy felices y comieron perdices.
Y es que, a veces, es mejor que no nos ayuden tanto.