Pagar y aguantar, estamos condenados a ello.
La noticia del día, a pesar de la victoria del partido socialista en Francia, ha sido la dimisión de Rodrigo Rato al frente de Bankia.
Y ahí nos quedamos toda otra vez con un marrón del copón.
Dicen que Bankia queda patas arriba, o sea, sin una puñatera peseta o euro o lo que sea, y que, además, el señor Rato no tiene la culpa, puesto que él ya lo cogió arruinada y, al no ser capaz de ponerla bien, se la pasa a otro.
¿Qué la va a poner bien?
No, pero al parecer entiende de estas cosas un montón y, con nuestra ayuda, o sea, poniendo nosotros la pasta, la pone a flote en un abrir y cerrar de ojos.
Ya estamos, otra vez lo mismo, no recortan hasta el muñón, nos congelan nuestro mísero sueldo, nos exprimen igual que a un limón y lo soportamos todo porque nos dicen que es la única forma de salvar nuestra economía y sacar nuestro país a flote.
Y luego vemos como lo dilapidan tratando de tapar el agujero que hicieron unos señores que llevaron los bancos como si de una partida de monopolio se tratase: yo te compro 200 gasolineras y te vendo la mitad del banco y luego compramos una isla o una costa donde edificamos muchos edificios que vendemos muy caros y nos forramos y, además, ya nos vamos a llevar unos cuantos milloncejos a cuenta, que mandaremos a algún paraíso fiscal, no sea que el negocio salga mal y tal.
Y así, mientras nosotros nos reventamos a trabajar como burros y sin ser capaces de llegar a fin de mes, ellos jugando y jugando y pasándoselo de fabula.
Y, al final, cuando se les terminan las fichas, se levantan de la mesa y dejan el juego, no sin antes asegurarse de llevarse con ellos un suculento despido y una generosa pensión, y se largan tan anchos.
Y ahí nos quedamos nosotros, otra vez teniendo que pagar la cuenta.
Le pregunto a un amigo economista que entiende de esto mogollón: ¿Bueno, y que pasaría si el Gobierno no le diese dinero y dejase que quiebre, igual que hizo EEUU con el Lehman Brothers ?
¿No podemos hacer eso?
Pues no, puesto que, de permitir tal cosa, habría mucha gente, que confió en el banco, que perdería todos sus ahorros y la gente dejaría de confiar en la banca española y comenzarían a retirar el dinero y mandarlo a bancos extranjeros y la fuga de capitales arruinaría para siempre la economía y la banca de España; podríamos llegar a donde llegó Argentina, con el corralito y todo eso, pero, con el añadido de que, como somos un país mucho más pequeño y con muy pocos recursos naturales, nuestra economía jamás se recuperaría, seria la ruina total.
¿Entonces qué podemos hacer?
Pues pagar y aguantar, estamos condenados a ello.
Escrito el 7-5-2012.