Julia, la Rahola y toda esa gente justa.
¡Qué vergüenza! ¡Qué bochorno!
Es inadmisible todo el tejidillo que se traen entre manos
Hacienda Pública, Montoro, los Notarios, el juez Castro, con todo este asunto
de adjudicarle a la Infanta Cristina, la venta de unas fincas que nunca
existió.
Pero vamos a ver: ¿Qué pasa con la Familia Real, les ha
mirado un tuerto o han roto todos los espejos de palacio?
Porque primero fueron todas las desventuras que se cebaron
sobre su majestad el Rey, luego el marrón en el que se ha metido, él solito, el
Urdanga, luego, no hace mucho, incluso le llegó una multa de tráfico a la
Infanta Elena por haber sido pillada, sin carnet de conducir, conduciendo un
tractor y luego viene esto de la supuesta venta de unas fincas por parte de la
Infanta Cristina y que, al parecer, de lo dicho, nada de nada.
A ver: ¿todavía queda alguien a estas alturas que piense que
todo esto es una casualidad?
Porque yo estoy cada día más convencido que aquí hay una
mano, o manos, negras que se han propuesto acabar con la realeza en España y lo
van a conseguir.
Y la verdad, no les va a costar mucho, puesto que en este
país, un país de chusma donde los haya, un país donde nos gusta linchar a los
personajes importantes más que a un tonto un lápiz, lo tienen tirado.
Sin ir más lejos, estos días se llena el twiter con comentarios
sobre el asunto, pero, la mayoría, no son
tratando de defender a la Infanta injustamente acusada, no, sino muy al
contrario, insinuando o simplemente
diciéndolo sin tapujos que alguien está tratando de encubrir a la Infanta y por
lo tanto ocultando pruebas.
Y estos, esta chusma, son los mismos que al hablar del
problema de Messi o del cocinero Sergio Arola, con hacienda se la cogen con
papel de fumar.
Un ejemplo el que escuché el otro día a la señora Julia
Otero en su programa de Onda Cero, Julia en la Onda: Estaba la señora Otero comentando
el asunto Messsi con un fulano que ella lleva al programa todas las tardes para
que ilustre el tema del día y preguntaba la señora Otero: -Entonces los de
Messi parece que se va a arreglar, ¿No? Parece que va a pagar y
en paz.
Si le respondía el otro, Messi es un futbolista que está en
la cumbre de su carrera y a esta gente no le interesan estas controversias
puesto que dañan su imagen, entonces se ha decidido a pagar y listo, sin armar
mas gáleo.
-¿Y a usted qué le parece esto que hace Hacienda con Messi,
bien o mal?
Mire, sea uno quien sea, los impuestos a Hacienda hay que
pagarlos, si alguien no lo hace, entonces está robando a todos los españoles.
-Bueno, ¿y es un buen bocado, no, 15 millones?
No, van a ser 25, puesto que ya ha pagado 10.
-Bueno, responde Julia, tratando de exculparlo una vez más,
ojala hicieran todos como él.
Vamos a ver señora Otero, ya sé que no se le pueden pedir
peras al olmo, pero a ver si se lo puedo poner fácil: Messi, no hace señora
Otero, le han obligado a hacer.
Messi paga porque fue pillado con el carrito del helado y
ahora le obligan a pagar, si no hubiese sido pillado, se hubiese largado con
sus millones a su Argentina natal. ¿Lo coge usted señora Otero?
¿O se lo dibujo?
Y ayer tenían que ver a la señora Pilar Rahola en la televisión,
en el programa “El Gran Debate”, creo que se llama así, tratando de defender lo
indefendible en el caso Sergio Arola.
Para esta señora todo lo que sea catalán, y el cocinero lo
es, tiene patente de corso.
Decía la señora Rahola, con unos argumentos tan consistentes
que bien podrían haber salido de mi loro, que la Hacienda Española estaba
penalizando la excelencia.
Por dios señora Rahola, este señor, no ha pagado ni a
Hacienda, ni a la Seguridad Social y por eso le han cerrado el restaurante. Ni más,
ni menos.
Si a este señor tan excelente, mediático, vanguardista, etc.,
no le da el negocio para pagar sus facturas, pues que cierre y en paz. Hacienda
y la Seguridad Social la tiene que pagar todo el mundo y punto.
Pero claro, la señora Rahola no lo ve así. Hacienda tendría que
cobrarle a todo el mundo, no hay más que verla cundo se trata del asunto de la
Infanta, pero eso si, si se trata de un catalán, entonces aquí habría
que hacer una excepción, faltaría más.
Pero es que hay personas que para ser ecuánimes, imparciales
y justas, tendrían que volver a nacer mil veces y ni aun así.
No es que no quieran, es que no pueden. No son capaces de
ser de otra manera, está en sus genes.