Los progres y el Islam.
Hace una semana los egipcios echaban del poder al impresentable Mohamed Morsi y, con este hecho, mostraban al mundo que la revolución en Egipto está muy lejos de haber terminado y que, si alguna vez lleva camino de culminarse, este puede ser el principio de ese fin.
Y esto debiera alegrarnos a todos y, sin embargo, los “mariposas progresistas” de occidente parecen haber entrado en un trance agónico que los lleva a negar que, lo que han hecho los egipcios al derrocar a Morsi, sea legal, puesto que se trata, según ellos, de un golpe de estado perpetrado por el ejército contra un presiden y un gobierno electo.
Viendo a esta patulea es como para ir a mear y no echar gota. ¡Un golpe de estado!
Cuando hace dos años los islamistas, con la inestimable ayuda de los norteamericanos, comenzaron a linchar a todos los dictadores laicos de los países árabes de Oriente Medio y Norte de África, y sustituirlos por gobiernos formados por los “Hermanos Musulmanes”, islamitas radicales, para ellos, para los “los progres” de occidente, fue la “primavera árabe” y ahora, que el pueblo egipcio dándose cuenta de que han caído en una trampa y en vez de avanzar hacia un futuro mejor, con un Gobierno que ha introducido la repetición obsesiva de formulas de sumisión a Alá, con la ley de la sharia, con cinco rezos diarios que paralizan al país, etc., han retrocedido 1600 años en el tiempo, ahora es un golpe de estado.
Los egipcios cuando se levantaron contra el viejo dictador Mubarack, lo hicieron con la esperanza de poder construir un país moderno, y un futuro en libertad y democracia, de vivir una vida mejor, (la renta per cápita en Egipto es de 5.000 euros, un quinto de España, y el analfabetismo asciende al 28 por ciento) de tener puestos de trabajo, de tener las cosas al alcance de todos los egipcios y en vez de eso se dan cuenta que todo ha dado un vuelco para peor.
Se dan cuenta que han salido de la tiranía de un dictador laico que se había perpetuado en el poder y había llevado al país a un estancamiento que ponía en peligro el camino de Egipto hacia a un futuro moderno, para caer en otra tiranía mil veces peor. La tiranía de un gobierno teocrático, manejado desde la sombra, a veces no tan desde la sombra, por los imanes (ayatolas), sacerdotes de una cultura sectaria y fanatizada hasta el tuétano, que todo lo dictamina a su religión.
Sacerdotes que predican desde las mezquitas odio a los infieles y ganan para su causa hordas de fanáticos que justifican el terrorismo yihadista contra los enemigos del islam, que para ellos representan Israel, los diez millones de cristianos coptos que todavía residen en Egipto y, cómo no, occidente, cuna del pecado.
Y esto no es algo que este por descubrir, es una noción que está al alcance de cualquiera y sin embargo los progres de occidente se niegan a verlo.
Ellos, los “progres”, odian a la cultura, digo cultura no religión, cristiana, especialmente en aquellos países donde profesan la Religión Católica, pero se hacen pis por la pata abajo cuando se trata de la cultura árabe, para ellos ésta es el culmen de la perfección.
No importa que bajo el régimen de los Hermanos Musulmanes, Al-qaeda, la Yihad Islámica, o como quiera que se autoproclame esta pandilla de fanáticos, la mujeres tengan menos derechos que el ganado o que basándose en la ley islámica, los rebeldes que protagonizan el levantamiento armado en Siria, asesinaran el mes pasado a un niño de 14 años acusado de blasfemia.
No, todo esto a los “progres” parece importarles poco cuando se trata de de los islamistas.
Hay que fomentar la “alianza de civilizaciones” dicen, y están locos para que el súper progre presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, premio Nobel de la Paz y tal, ayude, mandándoles armas, a los rebeldes sirios, otra vez, los Hermanos Musulmanes.
El movimiento islámico, avanza lenta pero inexorablemente conquistando el mundo, después de los países del norte de África y Oriente Medio, será el turno de Al- Andalus,
Veremos cómo lo ven entonces todos estos “progresistas”.