Thursday, April 30, 2015

Por qué los españoles no podremos votar alguna vez sin tener que lidiar con la idea de escándalos políticos, atentados terroristas, amenazas de banca rota, etc.?



Allá vamos otra vez. Otra vez el PP, por medio del caso Rato, las está llevando hasta en el carnet de identidad.
Hace unos meses, saltó a la palestra un nuevo partido, “Podemos”, que venía a representar el más puro estilo comunista, ese que adelanta,  por la izquierda,  a Izquierda Unida, o sea, al tradicional Partido Comunista de toda la vida. Era el comunismo, si se puede llamar así, de Chaves y Maduro, o el brazo político de los indignados, el mas delirante comunismo que existe, aquel que culpa a la oposición de todos los males que aquejan al país donde ellos gobiernan.
Al principio este partido, y sus líderes, cayeron simpáticos en varias televisiones y otros medios de comunicación, pero luego, los gerifaltes de estos medios, se dieron cuenta del peligro que corrían sus fortunas y patrimonios si ganaba este partido  y les declararon la guerra.
Una guerra sin cuartel. Sus vidas, sus carreras y sus “fortunas” fueron pasadas por el cedazo de Hacienda,  y de los mismos medios que los habían encumbrado, en un escrutinio que no resistiría ni un indigente, hasta que acabaron hundiéndolos.
Y ese tiempo, el que dedicaron a hundir a “Podemos”, fue el respiro que tuvo el PP, una vez puesto “Podemos”  en su sitio, volvemos a la carga contra el PP y su Gobierno y sacamos a la luz cualquier trapo sucio que se les pueda lanzar a la cara.
Y necesitamos algo nuevo, puesto que lo de Bárcenas está muy usado y no vamos a volver otra vez a los trajes de Paco Camps.
Entonces largamos lo de las tarjetas black de Bankia, pero no funciona, puesto que la gente se pone a razonar y se da cuenta de que, cualquiera de nosotros que hubiésemos empezado a trabajar en una empresa cualquiera y nos hubiesen ofrecido una tarjeta que pudiésemos usar donde y como quisiéramos, lo hubiésemos hecho y, por lo tanto, los responsables no son aquellos que las usaron, sino aquellos que las concibieron, y nos sale Blesa, pero este tío no le importa a nadie, así que hay que pensar otra cosa.
Y, ya puesto en la línea de Bankia y por no alejarnos demasiado, ¿veamos qué podemos hacer con el segundo responsable, Rodrigo Rato?
Él no concibió las tarjetas, pero si fue nombrado director de Bankia y, al enterarse de las dichosas tarjetas, jamás se le ocurrió preguntar de donde procedían o que no podían ser de todo legales, especialmente si los dineros procedían de un banco que había sido declarado en banca rota, además de haber arruinado a muchos de sus clientes con las “preferentes”.
Bien, pues aquí tenemos el  “hashtag”, ahora a diseccionarlo.
Y, como en este país nadie que haya estado gobernando en algún sitio, desde presidente del Gobierno a gerente de una comunidad de vecinos, pasando por presidentes de CCAA, diputaciones, alcaldías, ongs, etc., pasaría un examen estricto de sus cuentas sin encontrársele alguna trampa, el señor Rato, que, al parecer tampoco es un dechado de honradez, le sale con trampa hasta el numero que gasta de zapato.
Y ya tenemos caso Rato, para rato.
Mientras tanto, el caso Pujols se queda en el olvido, además del caso Palau de la música, el caso Pretoria, el Pokemon, etc.
Y yo tengo que aguantar, una vez más, a mi vecino, acolito socialista él, que por las tardes, cuando estoy tranquilamente paseando a mi gato, me llega acompañado por sus fastidiosos perros, que me ponen nervioso al gato, y me dice, con esa media sonrisa del gato que se ha comido al ratón, ¿¡queee!, que te parece lo de Rato!?
¡Idiota!
¿Y a ti que te parece Chaves, Griñan y Mar Moreno, que ninguno sabía nada de los ere?
¡Bueno, me dice, siempre lo mismo!
Hombre claro, a Rato le están apareciendo varios millones que no se sabe de dónde vienen y en Andalucía han desaparecido 1.400 millones que no se sabe a dónde fueron.
Mira, me dice, hoy en la radio, Federico, dijo que Rajoy está muerto y que solo se dará cuanta cuando empiece a oler.
-Federico, es Federico Jiménez Losantos, a quien mi vecino antes detestaba pero que ahora, desde que Federico desbarra tanto que se sale de la pista por ambas márgenes, al parecer, escucha todos los días.
Federico, junto con algunos de sus acólitos, sostiene la teoría de que a Rajoy le están haciendo la cama Cospedal y Soraya, las niñas asesinas, dice él.
Yo esto no lo entiendo muy bien, puesto que si uno va en un barco y odia al capitán, pues puede matar al capitán, pero no hundir el barco. Y, a la hora de matar al capitán, todavía tendría mis reservas, no fuese a ser que no hubiese nadie más a bordo que supiese manejar el hipotético barco-.
Ahora, le digo a mi vecino, a ninguno os gusta Rajoy, cuando hace algo menos de cuatro años, cuando la España de Zapatero estaba arruinada y a punto de ser intervenida, Federico defendía a Rajoy a ultranza y tú me decías aquí, gimoteando, porque tenias mido de perder tu trabajo y los cuatro cuartos que tienes en el banco, que teníamos que votar al PP, aunque eso te fastidiase, porque era la única manera de que los inversores extranjeros volviesen a confiar en España e invirtiesen aquí, y ahora, que los inversores nos dejan el dinero y todavía nos pagan por ello, ahora no os gusta Rajoy.
Tío, responde, es que este fulano nos quema a impuestos y solo mira por los ricos.
Y, además, el PP, está lleno de corruptos.
¿…?
¡Bueno macho, si eso es lo que crees, que le vamos a hacer!.
Los impuestos hay que pagarlos para poder salir de la miseria en que nos dejó el PSOE, y los ricos pagan más que tú y que yo, y corruptos los hay en todas partes, no solo en el PP, ni siquiera solo en España, lo que pasa es que en España, tenemos la virtud de que, con tal de fastidiar al contrario, recogemos toda nuestra mierda y la ponemos delante del ventilador para esparcirla bien sin querer darnos cuenta de que el mal olor también nos va a llegar a nosotros.
Y, si es verdad de que Rajoy está muerto y finiquitado como dice Federico, pues alguien vendrá en su lugar, digo yo?  El PP no va a desaparear por que lo digas tú o Federico, va a seguir, porque el PP no está ahí por una casualidad, o porque Rajoy, o antes Aznar, ganasen el puesto en un combate singular, está ahí por que así lo decidieron sus electores y yo, que soy uno de ellos, voy a seguir votándolo.
Y tú con la tuya, y yo con la mía, para eso estamos en un país libre y democrático, por lo menos de momento.
Esto lo deja un poco chafado y se aleja, junto con sus perros, mascullando algo entre dientes.
Y, me quedo preguntándome: ¿Por qué los españoles no podremos votar alguna vez sin tener que lidiar con la idea de escándalos políticos y de corrupción, atentados terroristas, amenazas de banca rota, etc.?

A veces me cansa tanto esto de la política, me aburre tanto escribir siempre lo mismo sobre lo mismo, que estoy empezando a plantearme seriamente escribir sobre las aventuras y desventuras de Belén Esteban, la verdad.

Thursday, April 02, 2015

Franceses e ingleses no consentirían que ningún político pusiese en peligro la unidad de su nación.

Voy a empezar por algo sobre lo cual, como siempre, voy un poco tarde, pero es que no quiero pasar por alto el “enorme exitazo” que el partido “Podemos” han cosechado en Andalucía. O sea, “que no han podido”.
Ya empezaba a estar cansado de verlos salir hasta en la sopa.
Durante varios meses, varios periódicos llegaron a publicar encuestas que los situaban como primera fuerza política. A Rajoy le hacían saber, por activa y por pasiva, que la oposición estaba en Podemos y era con Pablo Manuel Iglesias, con quien tendría que vérselas, y al pobre Sánchez, lo daban ya por muerto y finiquitado.
Y llegó el día de la verdad. El día de las elecciones. Se acabaron las encuestas, los mítines, la voz machacona y demagógica de Iglesias y toda esa parafernalia.
Y saltó la liebre, el gran desencanto, la debacle.
Podemos consigue 15 escaños, trasvasados casi por completo desde Izquierda Unida, que se hunde, ni la mitad que el segundo, el PP, con 33.
Al día siguiente el progrerismo de este país, empezando por la señora Julia Otero, a la que escuché esa tarde en su editorial, trataban de desviar las miradas hacia lo que el PP se había dejado por el camino.
Han perdido quinientos mil votos, aseveraba, sin pararse a observar que esa pérdida de votos era si la comparábamos a los resultados de las últimas elecciones andaluzas, las únicas que ganó el PP en Andalucía, y todo ello debido al expolio de votos que el “cinturas Zapatero” a su paso por el PSOE y por la presidencia del Gobierno, acarreó a éste partido. Si las comparásemos con todas las demás, el PP estaría, más o menos, en su media.
Y todo eso ocurría en Andalucía donde, desde que palmó Franco, no ha vuelto a gobernar la derecha. Así que no te digo nada como va ser en el resto de España.
Bueno, de momento nos hemos librado de ver mañana tarde y noche a los “Adolescentes cincuentones” de Podemos, en nuestra televisión, de oírlos en nuestras radios y de verlos en todos los periódicos. Y eso no puede ser malo.
Lo malo es que en este país, como en la casa del pobre, poco dura la alegría, y tan pronto como creíamos que se podía “volver a la playa” como dice aquélla película, aparece de nuevo el tiburón.
Ahí está de nuevo ese as del tocomocho Artur Mas, que, viéndose perdido en las próximas elecciones, convence al tonto útil de Junqueras, para que, si entre los dos consiguen mayoría, hagan de éstas unas elecciones plebiscitarias, y el otro traja con mas candidez que el chatarrero que compró la Torre Eiffel.
Y ya estamos otra vez con la murga, casina, carca y trasnochada, de hacer una Cataluña independiente.
Por dios, pero es que en este país vamos a tener siempre la desgracia de que, además de mantener a los políticos, con sueldazos y prebendas que nos dejan a los ciudadanos de a pie patidifusos, también tengamos que aguantar sus egocéntricas ideas y planes de grandeza?

Que envidia me dan los franceses e ingleses, por nombrar solo dos, ellos nunca le consentirían a ningún político que, por satisfacer sus pajas mentales, pusiese en peligro la unidad de su nación.

Una discriminación a ultranza por el mero hecho de escribir o hablar en castellano.

En mi última entrada en este blog, y en referencia al desaguisado que el nacionalismo  más canallesco y vil ha conseguido instaurar en Cataluña, llevándola a un extremismo sin parangón  -ver entrada- solo comparable al fanatismo más abyecto de algunas religiones, termino diciendo: Hasta estos extremos han llegado en Cataluña y hasta estos extremos llegaremos en Galicia si dios no lo remedia.
Y digo, si dios no lo remedia, porque lo que es nuestra clase política ni está por la labor ni se le espera.
Los partidos que todavía reflejan un atisbo de esperanza, VOX, UPD o CIUDADANOS no creo que vayan a conseguir, por lo menos de momento, votos suficientes con que poder marcar la diferencia.
Los de podemos, que tampoco creo que lleguen muy lejos, la verdad, van a estar siempre a favor de las fuerzas y tendencias que más daño le puedan hacer a España y a la democracia.
El PSOE, mucho tendría que cambiar para que una de sus preocupaciones fuera la debacle e injusticia que aquellos ciudadanos que hemos tenido “la suerte de nacer en una región con lengua propia” estamos sufriendo.
De momento la sultana de Andalucía se envuelve en la bandera andaluza.
Y en cuanto al PP, je, je, ¡el rey del mambo! Mientras está en campaña promete el oro y el moro. Que la cosa va a cambiar, que los padres podremos elegir la lengua en la educación de nuestros hijos, que los documentos oficiales podremos obtenerlos tanto en la “jerga” regional como en el Español de Cervantes, etc, etc. luego llega al poder, cambia el nombre de las escuelas infantiles de “Galescolas” por “A Galiña Azul” y santas pascuas.
Siempre he creído que la difusión de la cultura no tenía fronteras.
Que era universal y no prevalecían lenguas ni banderas.
Esto fue hasta que conocí en carne propia el escarnio que recibe  cualquier idea o razonamiento, por parte de esa galleguidad mal entendida, empecinada en discriminar inmerecida y absurdamente cualquier talento literario, o de cualquier otra índole, que no se ajuste a sus ideas.
Una discriminación a ultranza por el mero hecho de escribir o hablar en castellano –español- mientras el Gobierno, de la “Xunta de Galicia”, en este caso el PP del señor Feijoo, mira para otro lado.
En los regímenes dictatoriales o absolutistas, escribe Tocqueville, el despotismo golpea groseramente el cuerpo. Lo encadena, lo tortura, lo suprime con detenciones y torturas, prisiones e Inquisiciones. Con decapitaciones, ahorcamientos, fusilamientos, lapidaciones. Haciendo eso ignora el alma que intacta puede levantarse sobre las carnes martirizadas y transformar a la víctima en héroe.
Por el contrario, en los regímenes inertemente democráticos el despotismo ignora el cuerpo y se ceba con el alma. Porque es al alma a la que quiere suprimir, encadenar, torturar. De hecho no le dice a la víctima: “O piensa como yo o muere”. Le dice: “Elige. Eres libre de pensar o de no pensar como yo. Y si piensas de una forma diferente a la mía, no te castigaré con un auto de fe. No tocaré tu cuerpo, no confiscare tus bienes, no te lesionare tus derechos políticos. Incluso podrás votar.
Pero no podrás ser votado porque yo sostendré que eres un ser impuro, un loco o un delincuente. Te condenaré a la muerte civil.
Más aún, aquellos que piensan como tú también te abandonaran para no sufrir a su vez el mismo castigo.

Más adelante añade: en las democracias inanimadas, en los regímenes inertemente democráticos, se puede decir todo menos la verdad, se puede expresar todo, excepto el pensamiento que denuncia la verdad.