Para lo que sirve la ONU, que se vaya a hacer gárgaras.
Como es ya de
conocimiento popular, hace unos días, Rusia ha decidido tomar cartas
en el asunto de la guerra civil que se está viviendo en Siria y ha
comenzado a bombardear posiciones de los rebeldes, del Estado
Islámico o lo que se ponga a tiro, con la intención de ayudar al
presidente Bashar al-Asad, a afianzarse en el poder y ganar esta
guerra.
Y ya están los
Estados Unidos y sus palmeros de la ONU, protestando y argumentando
que Rusia ha invadido el espacio aéreo de Turquía y, además, sus
bombardeos están causando bajas civiles. Bajas que incluyen
ancianos, mujeres y niños.
Estados Unidos
acaba de bombardear, por equivocación dicen ellos, un hospital de
“Médicos sin Fronteras”, causando bastantes muertes y heridos y
de esto, no quieren saber nada.
Toda mi vida he
creído que Estados Unidos, eran los buenos, y quizás todavía lo
siga creyendo.
No hay que olvidar
que por dos veces, dos, vinieron a ayudar a Europa a ganar dos
guerras que, de no haberlo hecho, Europa hubiese perdido y con ellas,
por lo menos con la Segunda, parte de su libertad.
Pero redios, en los
últimos años Estados Unidos parece haber perdido el norte.
Comenzaron por
poner a todo el mundo árabe, desde Afganistán hasta el norte de
África, patas arriba.
Primero y con el
pretexto de coger a los culpables del derrumbamiento de las Torres
Gemelas, algo que todavía no está aclarado del todo, entraron a
sangre y fuego en Afganistán, derrocando al Gobierno de ese país,
que cayó inmediatamente bajo el dominio talibán, y al que hubo que
socorrer mas tarde para liberarlos de esa chusma fanática y criminal
hasta lo indescritible.
Luego decidieron ir
contra Irak y Saddam Husein, el cual, según ellos, era poseedor de
armas químicas de destrucción masiva.
Las únicas armas
químicas que poseía aquel fulano era algún cuesco que se tiraba de
vez en cuando, pero aparte de eso, ni polvos de talco, ni un maldito
tirachinas tenia, pero, con el cuento de las armas, los amigos
americanos tumbaron su Gobierno y él acabó linchado por una turba
formada, mayoritariamente, por chicos de Al-Qaeda. Otro grupo éste,
casi peor que los talibán de antes, y que aún siguen en ese país,
cepillándose con una alegría inconmensurable a todo aquel que ellos
consideran pecadores contra el Profeta y el Corán.
Y lo mismo hicieron
al poco tiempo en Libia, y ahí sin molestarse en disimular,
argumentando algún pretexto, para meter las narices. No, ahí
entraron por las bravas, ayudando a los “rebeldes” que, escudados
en la recién estrenada “Primavera árabe”, sobre la que todo
“progre” occidental babeaba, se levantaron contra el dictador
Gadafi, al que, igual que Husein, acabaron linchando.
Todo esto, no sin
antes desestabilizar también el Gobierno de Hosni Mubarak, en
Egipto, que quedó, una vez más, en manos de otro grupo pseudo
religioso, los Hermanos Musulmanes, que nada tenían que envidiar en
fanatismo y crueldad a los anteriores.
Al final fue el
ejército egipcio quien tuvo que tomar cartas en el asunto y
desalojar a los Hermanos Musulmanes, antes de que Egipto se
convirtiera en un baño de sangre.
Hoy el país,
debilitado todavía, trata poco a poco de recuperarse y volver a la
normalidad, algo que les está costando dios y ayuda.
Tampoco países
como Turquía o Argelia, fueron capaces de quedar al margen de todo
este barullo y tuvieron que ponerse serios para evitar revoluciones
internas por parte de los varios grupos religiosos residentes dentro
de sus fronteras.
Tanto en un país
como en otro una de sus principales fuentes de ingresos se basaba en
el turismo.
Turismo que ha
bajado drásticamente debido a varios atentados y a la inestabilidad
que, a pesar de los enormes esfuerzos que las autoridades de esos
países están haciendo para restaurar la confianza perdida, todavía
se vive en ellos.
Y ya, el ultimo
país que les quedaba a los “american friends” para rematar la
faena, era Siria, o su dictador, Bashar al-Asad, y la tenían al
huevo, pues con los rebeldes –seguro que otros matarifes del islam-
que ellos apoyan y arman y los del Estado Islámico atacando desde
Irak, donde se supone que están las tropas tanto americanas como de
la ONU, pero donde el Estado Islámico campa a sus anchas, al-Asad
tenia los días contados.
Pero aquí les
salió Rusia que no está por la labor y ha empezado a prestarle
ayuda a al-Asad.
Y no sin tiempo
puesto que, de Siria seguir la suerte de los anteriores países,
pronto seria tomado por el Estado Islámico u otro grupo de fanáticos
de la misma guisa que pronto lo convertirían en otro paramo de
fanatismo y crueldad.
Y habrá quien
argumente que los que menciono arriba, incluyendo al propio al-Asad,
eran unos dictadores.
Si es cierto, pero
eran unos dictadores laicos, que dejaban a su gente libertad para
elegir la religión que a cada cual más le apeteciese y sus países
eran países prósperos donde la gente vivía en paz.
Hoy, después de la
tan cacareada “Primavera Árabe, aquello es un caos donde reina el
fanatismo más extremista y cruel y donde ya nadie sabe quien lucha
contra quién y por qué?
Y sus habitantes
aterrorizados por la masacre que se está llevando a cabo huyen
aterrorizados hacia Europa, aun sabiendo que muchos de ellos van a
dejarse la vida en el camino.
Y es que, está
visto, que a pesar de que estamos en el siglo veintiuno y a pesar de
los avances que el mundo, tanto en ciencia como en tecnología, ha
experimentado, hay todavía muchos países que no están preparados
para vivir en una democracia y esto es pese a quien le pese.
Y, si puntuáramos
del uno al diez los pises en que mejor funciona la democracia, que no
se crea nadie que España iba a quitar una nota muy alta.
A la vista está
que, apenas nos dan libertad de decisión y ya están los caciques
varios tratando de romper España y crearse un paisito particular a
su gusto y hechura.
Y es por esa
intervención de Rusia en Siria, que ya están protestando, tanto la
ONU como los Estados Unidos.
Pero llegados aquí,
y visto lo visto, espero que Putin prosiga con su labor y que gane, y
los Estados unidos que se vayan a sus casa, que ya están bien de
meter las narices en todo y no arreglar nada, más bien dejarlo patas
arriba. Y la ONU, para lo que sirve la ONU, que se vaya a hacer
gárgaras.