Populistas quizás, pero no dicen lo mismo.
Nadie
ignora a estas alturas que Estados Unidos, ha elegido, contra todo pronóstico,
a Donald Trump, como su nuevo Presidente.
Debo confesar que yo, al principio, deseaba que la ganadora hubiese sido Hilary Clinton, pero luego de ver el sofoco y mal rato que dicha elección, la del bueno de Donald, ha causado a la progresía patria, cada día me gusta más este fulano.
Solo con oír al día siguiente en “onda cero”, la mala leche que se le había puesto a la señora Julia Otero, ya me puso contento para el resto de la tarde -solo la escucho cuando sé que algo la va a fastidiar, para ver su reacción y mala leche-.
Ahora, y ya pasado unos días, y viendo que el león no parece va a ser tan fiero como lo pintaban, la cosa se ha ido calmando un poco, pero hace tan solo unos días, ya no sabían como justificar la victoria de la extrema derecha o quien echarle la culpa…?
Que los americanos habían sido engañados, que había sido el voto oculto –je, je, el voto oculto, parece como si fuese algo tramposo- y algunos, la mayoría, culpaban a que el votante americano, harto de elegir gobernantes incapaces y farfulleros, se había echado al monte y para demostrar su desprecio, habían elegido como Presidente al menos cualificado, al payaso, algo así como en su día hicieron los italianos con Beppe Grillo.
Pues va a ser que no. Los americanos ni estaban desencantados, ni engañados, ni votaron así o asa para castigar a nadie ni demostrar nada.
Los americanos votaron a Donald Traump, porque les prometió hacer lo que ellos quieren que haga: librar América de inmigrantes ilegales y sobre todo de inmigrantes procedentes de Oriente Medio y África.
Y esto es porque, los estadounidenses, ven y temen, ser invadidos por cultura foránea. Una cultura de esas que arrasan con las costumbres y forma de vida del país que coloniza. Una cultura que igual que de un virus se tratara, que invade la célula y una vez dentro la revienta y mesclando su ARN con el ADN de la criatura anfitrión, acabará por matarlo, también acaba por destruir la cultura propia del país anfitrión.
Por eso votaron los estadounidenses como votaron, para presevar “The American way of life”, el estilo de vida americano.
Porque, a estas alturas, ya nadie engaña a nadie, ni el santo Obama, con su Premio Nobel de la Paz, pero que no cerró Guantanamo, como había prometido y que además a la chita callando, durante su mandato fueron expulsados de Estados Unidos mas de dos millones de “ilegales”, ni Podemos, aquí en España, con sus promesas de dar un puesto de trabajo a todo el mundo y una renta básica a quien no tenga ninguna forma de ingreso.
Ni a unos ni a otros, ya nos engaña nadie.
Solo algunos ilusos que creen que un Gobierno puede sacar puestos de trabajo de una chistera y que los Estados pueden imprimir dinero dándole a una maquinita, siguen creyendo en la palabra mesiánica de Pablo Iglesias.
Y esto, ya no solo está ocurriendo en Estados Unidos y España. Está pasando en todo el mundo occidental. En Francia, Le Pen y su Frente Nacional, Amanecer Dorado, en Grecia, Gianluca Iannone y la Liga Norte, en Italia, el Partido por la Libertad, en Holanda, y en Austria la misma denominación, Partido de la Libertad, y el mismo cometido, en Alemania, Frauke Petry, le está adelantando a Merkel por la derecha, y en Inglaterra, ya lo vemos con el Brexit de marras, ¿o quien creen que votó abandonar Europa?
Y así, toda Europa, Suecia, Noruega, Dinamarca, Ucrania, los países bálticos, Letonia, Estonia, Lituania, pero también Hungría, Rumania o Polonia, todos giran hacia la derecha.
Y no solo en Europa, Stephen Harper, En Canadá o Malcom Turnbull en Australia, aunque más moderados, también son la derecha, que también gobierna en esos países.
Partidos que se alimenta de una presunta dictadura de la Unión Europea, la invasión de los inmigrantes procedentes de Oriente Medio y África, y el deterioro de la civilización occidental.
Las clases medias de estos países, ven que su calidad de vida se ha deteriorado, y va a peor, y, como cualquier animal moribundo, se defiende mordiendo al que pille más cerca.
Y estos partidos serán todos lo populistas que se quiera, y serán todos iguales, pero no dicen lo mismo, los de allí hablan de construir muros, de dejar fuera costumbres y usos foráneos, de conservar la forma de vida propia de esos paises, de la supremacía de la raza blanca y de poner a su nación ante todo y sobre todo.
Los de aquí, “Podemos and company”, hablan de derribar muros, de abolir fronteras, de dejar que todo el mundo entre como Pedro por su casa, de fomentar costumbres y formas vida foráneos en detrimento de las costumbre, tradiciones y forma de vida propias y de poner a la Nación Española, como ejemplo a no seguir, como lo peor del mundo, haciendo todo lo posible y hasta lo imposible para tratar de destruirla.
Aquí no voy a manifestarme en decir cuales o cuales no, tienen más o menos razón, solo quiero dejar claro que, populistas quizás, pero no dicen lo mismo.
Debo confesar que yo, al principio, deseaba que la ganadora hubiese sido Hilary Clinton, pero luego de ver el sofoco y mal rato que dicha elección, la del bueno de Donald, ha causado a la progresía patria, cada día me gusta más este fulano.
Solo con oír al día siguiente en “onda cero”, la mala leche que se le había puesto a la señora Julia Otero, ya me puso contento para el resto de la tarde -solo la escucho cuando sé que algo la va a fastidiar, para ver su reacción y mala leche-.
Ahora, y ya pasado unos días, y viendo que el león no parece va a ser tan fiero como lo pintaban, la cosa se ha ido calmando un poco, pero hace tan solo unos días, ya no sabían como justificar la victoria de la extrema derecha o quien echarle la culpa…?
Que los americanos habían sido engañados, que había sido el voto oculto –je, je, el voto oculto, parece como si fuese algo tramposo- y algunos, la mayoría, culpaban a que el votante americano, harto de elegir gobernantes incapaces y farfulleros, se había echado al monte y para demostrar su desprecio, habían elegido como Presidente al menos cualificado, al payaso, algo así como en su día hicieron los italianos con Beppe Grillo.
Pues va a ser que no. Los americanos ni estaban desencantados, ni engañados, ni votaron así o asa para castigar a nadie ni demostrar nada.
Los americanos votaron a Donald Traump, porque les prometió hacer lo que ellos quieren que haga: librar América de inmigrantes ilegales y sobre todo de inmigrantes procedentes de Oriente Medio y África.
Y esto es porque, los estadounidenses, ven y temen, ser invadidos por cultura foránea. Una cultura de esas que arrasan con las costumbres y forma de vida del país que coloniza. Una cultura que igual que de un virus se tratara, que invade la célula y una vez dentro la revienta y mesclando su ARN con el ADN de la criatura anfitrión, acabará por matarlo, también acaba por destruir la cultura propia del país anfitrión.
Por eso votaron los estadounidenses como votaron, para presevar “The American way of life”, el estilo de vida americano.
Porque, a estas alturas, ya nadie engaña a nadie, ni el santo Obama, con su Premio Nobel de la Paz, pero que no cerró Guantanamo, como había prometido y que además a la chita callando, durante su mandato fueron expulsados de Estados Unidos mas de dos millones de “ilegales”, ni Podemos, aquí en España, con sus promesas de dar un puesto de trabajo a todo el mundo y una renta básica a quien no tenga ninguna forma de ingreso.
Ni a unos ni a otros, ya nos engaña nadie.
Solo algunos ilusos que creen que un Gobierno puede sacar puestos de trabajo de una chistera y que los Estados pueden imprimir dinero dándole a una maquinita, siguen creyendo en la palabra mesiánica de Pablo Iglesias.
Y esto, ya no solo está ocurriendo en Estados Unidos y España. Está pasando en todo el mundo occidental. En Francia, Le Pen y su Frente Nacional, Amanecer Dorado, en Grecia, Gianluca Iannone y la Liga Norte, en Italia, el Partido por la Libertad, en Holanda, y en Austria la misma denominación, Partido de la Libertad, y el mismo cometido, en Alemania, Frauke Petry, le está adelantando a Merkel por la derecha, y en Inglaterra, ya lo vemos con el Brexit de marras, ¿o quien creen que votó abandonar Europa?
Y así, toda Europa, Suecia, Noruega, Dinamarca, Ucrania, los países bálticos, Letonia, Estonia, Lituania, pero también Hungría, Rumania o Polonia, todos giran hacia la derecha.
Y no solo en Europa, Stephen Harper, En Canadá o Malcom Turnbull en Australia, aunque más moderados, también son la derecha, que también gobierna en esos países.
Partidos que se alimenta de una presunta dictadura de la Unión Europea, la invasión de los inmigrantes procedentes de Oriente Medio y África, y el deterioro de la civilización occidental.
Las clases medias de estos países, ven que su calidad de vida se ha deteriorado, y va a peor, y, como cualquier animal moribundo, se defiende mordiendo al que pille más cerca.
Y estos partidos serán todos lo populistas que se quiera, y serán todos iguales, pero no dicen lo mismo, los de allí hablan de construir muros, de dejar fuera costumbres y usos foráneos, de conservar la forma de vida propia de esos paises, de la supremacía de la raza blanca y de poner a su nación ante todo y sobre todo.
Los de aquí, “Podemos and company”, hablan de derribar muros, de abolir fronteras, de dejar que todo el mundo entre como Pedro por su casa, de fomentar costumbres y formas vida foráneos en detrimento de las costumbre, tradiciones y forma de vida propias y de poner a la Nación Española, como ejemplo a no seguir, como lo peor del mundo, haciendo todo lo posible y hasta lo imposible para tratar de destruirla.
Aquí no voy a manifestarme en decir cuales o cuales no, tienen más o menos razón, solo quiero dejar claro que, populistas quizás, pero no dicen lo mismo.