El Internet, el you tube y alguno más.
Decir que el Internet y el teléfono móvil nos han cambiado
la vida es un axioma. Porque eso es algo tan evidente, y ha sucedido en tan
breve espacio de tiempo, que casi es imposible de creer.
En realidad, han irrumpido de una forma tal en nuestras
vidas y las han cambiado hasta tal punto que, de pensarlo un poquito
detenidamente, la cosa como que asusta.
Pensar que hace tan solo unos veinte años, año arriba año
abajo, estábamos todos garabateando papeles con un lápiz o con el Bic de toda
la vida, y ahora, solo dos décadas después, si nos falta el teléfono móvil es
como si nos faltase un ojo y si fallase el Internet, ¡Ay si fallase el
Internet) el mundo se pararía al instante, y esto es algo tan increíble como emocionante.
Dicen que cuando se crea la historia los protagonistas no se
dan cuenta, y eso es justamente lo que nos está pasando a nosotros, estamos
viviendo momentos históricos y no nos damos cuenta.
Dice uno de mis yernos, que a él le gustaría vivir un hecho
que cambiase la historia del mundo.
Ahí lo tienen, él, programador informático, un trabajo que
no existía hace veinte años, le gustaría vivir un hecho que cambiase la
historia del mundo… ¿?
Un día los libros hablaran de este momento, del gran paso que
representó para el ser humano la llegada del Internet y se maravillaran, como
nosotros nos maravillamos cuando leemos que hace solo unos cien años no existía
la luz eléctrica, ni el automóvil, ni los aviones, etc.
Y les costará imaginar un mundo sin Internet tanto como a
nosotros nos cuesta imaginar un mundo sin aquéllos inventos.
Pero eso lo vamos a dejar para ellos, los futuros
estudiantes, de lo que quiero escribir ahora es sobre algunas cosas que he
encontrado o nos ha traído Internet.
Primero, me dio la oportunidad de escribir sobre lo que
pienso, dar mis opiniones, y que alguien las lea.
La oportunidad de concertar citas para el médico, consultar
mis cuentas del banco, pagar facturas, arreglar asuntos legales y papeleos
varios, todo desde casa.
Además de eso, el poder escribirle a mi hermano en
Inglaterra, a algún amigo que está lejos o al otro que está cerca, todo en
tiempo real y a clic de un “ratón”, eso no tiene precio.
O poder ver al momento cualquier noticia que se esté dando
en cualquier parte del mundo, recabar cualquier dato que se esté discutiendo
durante las tertulias que tengo con mis amigos mientras tomamos una copa de
vino o poder volver a ver películas de cine que veía cuando era niño o
programas y series de televisión que mirábamos hace cincuenta años. Si 50, así
como suena, o sea, cuando la televisión era todavía un bebé.
Series que creía olvidadas para siempre: El Llanero
Solitario, -la serie con personajes de carne y hueso, no los dibujos animados
que vino mucho mas tarde- Cheyene,
Bronco, Látigo Negro, Caravana, Bonanza, Randall el Justiciero o “Rawhide”, esta última, posiblemente la serie de televisión basada en el Lejano Oeste, mejor de todos
los tiempos, y muchas más.
Sin mencionar las veces que he entrado en “you tube”, para
consultar como resolver problemas del día a día. Desde desmontar un calentador
a como volar un drone o desatascar una lavadora. Todo está ahí.
Pero no solo nos trajo lo bueno, sino que,
desgraciadamente, también hay cosas malas, fantásticas y, por llamarlas de
alguna manera, increíbles. Pero de esto escribiré otro día.
Hoy quiero desearles:
FELIZ NAVIDAD A TODOS.