Wednesday, May 27, 2020

¿Qué hubiera pasado si todas estas tropelías, excesos y fechorías fuesen cometidos por un Gobierno del PP...?



Imagínese que son el jefe de la Guardia civil, y tiene que investigar un caso, por orden de un juez, en el que están comprometidos alguno de sus jefes y hasta el mismísimo Gobierno, motivo por el cual se le requiere, por parte de ese mismo juez, discreción total del asunto  y que no debe dar parte de dicha investigación a nadie que no sea él, en este caso ella, misma.
Y usted, cumpliendo con su deber, obedece, y cuando se entera el Ministro del Interior, se pone histérica y lo despide. ¿Usted qué pensaría?
Pues que estamos viviendo bajo un Gobierno corrupto.
Y esto es lo que le ha pasado al coronel de la Guardia Civil, Diego Pérez de los Cobos, encargado de investigar la responsabilidad penal del Gobierno por la manifestación del 8M.
Este coronel fue cesado por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, por, según el ministro, pérdida de confianza, al no haberle comunicado que había remitido al Juzgado de Instrucción nº 21 de Madrid, de la magistrada Carmen Rodríguez-Medel, un informe en el que apuntaba a Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, de haber ignorado las advertencias de los organismos internacionales que desaconsejaban la celebración de actos masivos.
Además, recoge el informe, que el delegado del Gobierno, el socialista José Manuel Franco, prohibió en las horas siguientes al 8M, varias protestas, alegando riesgo de contagio por el coronavirus, ocultando así el verdadero motivo, impedir cualquier protesta en contra del Gobierno.
Esto es corrupción al más alto nivel.
Corrupción, abuso de poder y despotismo absoluto, en toda la extensión de la palabra
Y si todavía hay quien no lo ve, es que no lo quiere ver, ¡por dios!
El señor Pedro Sánchez ha pasado de ser alguien  empecinado en ser Presidente al precio que fuere y ha terminado por  convertirse en un mandatario corrupto al frente de un Gobierno corrupto.
Para su investidura pacto con la excrecencia de la política española, con grupos, que había jurado y perjurado, que nunca pactaría.  Para la ultima prorroga del “Estado de Alarma” pacto con Bildu, de los que también había dicho a cierto periodista: “Si quiere se lo repito toda la mañana, No voy a pactar con Bildu”, y de este pacto no informó ni a sus ministros. Si alguien va en contra de su Gobierno, se despide, se le silencia o sea acalla, si es necesario, por la fuerza.
Nos estamos pareciendo, cosa mala, a Venezuela, y cada día que pasa nos parecemos más.
Por unas cremas echaron a Cifuentes y por las palabras de más de un juez sectario, expulsaron a Rajoy.
No me quiero imaginar ¿qué hubiera pasado si todas estas tropelías, excesos y fechorías fuesen cometidos por un Gobierno del PP...?
Hoy, con coronavirus o sin coronavirus, las calles de España arderían por los cuatro costados.