Thursday, November 18, 2021

Vivimos en una mentira...



Vivimos en una mentira, y la mentira nos ha llevado tan lejos de ser una sociedad normal, que ya hemos perdido cualquier atisbo de orientación.

La mentira ha sido siempre usada para propósitos políticos. Con la mentira se han cubierto errores del pasado, motivos ocultos, y corrupción.

La mentira ha sido siempre la salsa de cualquier campaña  política.

No obstante, algunas veces, la mentira en la política adquiere una forma aun más siniestra, y es cuando la mentira se hace parte de nuestra existencia, abarcando cualquier aspecto de nuestras vidas e infectando hasta el último rincón de nuestra sociedad.

Esta ocurrencia es una clara señal de que el totalitarismo está en auge.

La filosofa Hannah Arendt, apuntaba: “el totalitarismo es, en esencia, un intento de transformar realidad en ficción.

Es un intento de corromper y crear actores patológicos del estado, que impongan una historia ficticia del mundo, a toda la población”.

Refiriéndose a su Rusia natal, Aleksandr Solzhenitsyn, escribió: “En nuestro país la mentira no solo se ha hecho moralmente aceptable, sino que se ha convertido en un pilar del Estado.

Nos estamos acercando al abismo; una muerte espiritual universal se ha cernido sobre nosotros; y una muerte física está a punto de cernirse sobre nuestros hijos, mientras nosotros continuamos sonriendo tímidamente y balbuceando…”

En el mundo actual la mentira se ha convertido en arte…Sobre cualquier cosa que leemos, vemos o escuchamos, ya nadie sabe discernir la verdad de la mentira…

Todos, en su día, creímos que el hombre había llegado a la luna, hoy ya encuentras tanta gente que lo pone en duda, o que simplemente no lo cree, como los que lo creen. Ya empezamos a cuestionarnos de cuanta verdad habrá en eso de que: ¿Hay alienígenas extraterrestres viviendo entre nosotros?  ¿Si estamos gobernados, o manipulados, por una elite de raza reptiliana? ¿O si de verdad la  tierra es redonda como nos enseñaron en la escuela?

El objetivo de la mentira es crear un sistema totalitario con poder absoluto sobre la sociedad sin que nadie, ni nada, escape a su control.

El miedo, la confusión y la sensación de inseguridad, son la herramientas que el poder usa para perturbar, manipular y desestabilizar al individuo haciéndolo más y más dependiente de ese poder.

 Para lograr todavía un control más férreo sobre el individuo, el poder se inventa una supuesta amenaza y  usa ésta amenaza para aislar y separar al individuo y perturbar sus interacciones sociales en nombre de un bien común.  

De está forma el individuo se siente solo, desamparado e incapaz de reacción alguna contra la tiranía que lo ha llevado a ese estado.

Privando de toda interacción entre individuos, el poder evita cualquier posibilidad de que aquellos formen un frente común en su contra. 

Hay miseria en toda la tierra.

El mundo se ha convertido en un hervidero.

El llamado Tercer Mundo derrama todos sus pueblos a la vez sobre lo que se conoce como el Primer Mundo u Occidente  y ninguna nación se resiste ante ellos.

La vieja Europa está a punto de ser borrada debajo de millones de pisadas de razas y culturas completamente ajenas a ella…Estados Unidos, Canadá e incluso Australia, están corriendo la misma suerte…Esto está siendo ocultado por los gobiernos y la prensa oficial, que forman parte de la mentira…Solamente en Internet se puede atisbar algo de lo que realmente está sucediendo, pero incluso este medio está siendo cada día más y más censurado; y además, paradójicamente, es aquí donde los creadores de la mentira han encontrado su mejor herramienta para difundirla.

Todo este maremagno está sumiendo  al mundo en una psicosis colectiva.

Nuestras costumbres, nuestras tradiciones, nuestra idiosincrasia y forma de viada, están desapareciendo.

Si la historia contemporánea tiene un punto de inflexión es éste.

El mundo en el que nacimos, crecimos y vivimos se difumina y desaparece.

El mundo que conocemos termina.

Estamos al borde de un nuevo mundo.

El Libro de Isaías 47,5, resume así el final de Mesopotamia:

“Siéntate en silencio y entra en las tinieblas, hija de los caldeos, que ya no se te volverá a llamar señora de reinos”