El “Gran Hermano” Estado
Es verdad que esta ley del tabaco se ha pasado siete pueblos y que deberían dejar a los bares tener sitios habilitados para fumadores tal como estipulaba la ley de hace cuatro años.
Pero con aquella ley hubo muchos bares y restaurantes y también muchos fumadores, claro, que se la pasaron por el forro –lo sé porque mi trabajo me hace pasar muchas horas en los restaurantes- así que, tanto unos como otros, lo que tienen ahora se lo han ganado a pulso.
O como dice el refrán, de aquellos polvos vienen estos lodos.
Y a todos aquellos bares, como el de Marbella, que se ponen chulitos, deberían cargarlos y cargarlos bien. Una ley se puede aceptar mal y hacer todo lo que legal y buenamente sea posible para cambiarla, pero nunca se puede desobedecer, porque una ley es una ley, y si se deja que esta se pase por la flor, acabaremos pasando por el mismo sitio todas aquellas que no nos gusten.
Además, la prohibición de fumar en locales públicos y cerrados se está llevando a cabo en toda Europa y, a regañadientes quizás, pero todo el mundo lo acepta.
¿Por qué en España no podemos hacer lo mismo?
¿Es que los españoles vamos a ser diferentes del resto de los Europeos?
Dicho esto, también me gustaría apuntar que, el Gobierno actual de España, ha resultado ser uno de los gobiernos, con más ganas de legislar la vida de sus ciudadanos, del mundo mundial.
Nuestro Gobierno se ha convertido en un “gran hermano” que trata por todos los medios habidos y por haber de preservar nuestra salud tanto física como psíquica.
Nos prohíbe fumar.
Nos prohíbe educarnos en español en Cataluña. (PSOE-PSC)
Nos prohíbe rotular nuestro comercio en español, también en Cataluña. (PSOE-PSC)
Nos prohíbe las corridas de toros, también en Cataluña. (PSOE-PSC)
Nos prohíbe que todos los españoles tengamos los mismos derechos y obligaciones, independientemente de la comunidad autónoma en la que naciéramos.
Nos prohíben que nuestros niños puedan comer bollos y refrescos en los colegios.
Nos prohíben que los padres intervengamos o nos enteremos de que nuestra hija menor de edad aborta, si ella no quiere.
Y ahora han decidido que algunos medios de comunicación crispan y soliviantan nuestro ánimo llevándonos a cometer actos de violencia extrema contra miembros del partido de la oposición, actos que, de no ser por la crispación que siembran estos medios, nunca cometeríamos. Por lo tanto, y para salvaguardar, una vez más, nuestra integridad, se va a crear un ente, a semejanza del CAC catalán, que cerrara “ipso facto” a todos aquellos medios considerados “crispones” o sea, van a buscar la manera de cerrar “Intereconomia y Veo 7” dos canales de televisión que, desde que el personal se ha dado cuenta de la farsa que representa toda la patulea “progre”, –léase izquierda y nacionalismos- se están llevando el “gato al agua”.
Y, todo esto, lo hace nuestro probo Gobierno para protegernos.
¿Nos es enternecedor?
Claro que toda esta protección solo nos cubre desde el momento en que traspasamos el umbral del útero de nuestras madres, hasta que cumplimos la edad de jubilación. Antes de ahí nos recomiendan el aborto y después la eutanasia.
Y esta es una forma de actuar autoritaria que en España sólo le está permitido a los socialistas o nacionalistas que, a pesar de sus constantes apelaciones a las cuatro virtudes cardinales del progresismo (diálogo, talante, mestizaje y tolerancia), se han encargado de manipular el imaginario colectivo dotándose de una legitimidad que debería negárseles aunque sólo fuera por la perversidad de las ideas que profesan. La derecha política, travestida de un centro-reformismo esquivo, es incapaz de hacer algo parecido ante la amenaza cierta de ver arder todas y cada una de sus sedes a causa de los mismos que hoy alaban la altura de miras de Rubalcaba, Zapatero, Blanco o Leire Pajin.
“Y es que, la Libertad solo va a ser de la forma en que nosotros la dictemos o manipulemos, si no, se prohíbe.
Puesto que la libertad sin el control del comisariado político puede ser contraproducente y hasta dañina para el bien del proletariado que debe ser protegido de toda idea subversiva”.
Esto fue, es y será siempre la política de todos los gobiernos de izquierdas y “progresistas”.