Tuesday, December 25, 2012

El mundo está patas arriba.

Desde hace un tiempo, el simple hecho de escuchar el telediario, pone los pelos como escarpias, puesto que lo que día si, día también, nos trae la televisión a nuestras casas, nos demuestra sin lugar a duda, que el mundo se ha vuelto majareta y se ha puesto patas arriba. Del mundo árabe nos llegan cada día, historias de muerte, destrucción y caos. No hace mucho, el “pueblo” se levantó contra los dictadores de los países de aquella zona y, en una revolución sin precedentes, y que occidente calificó, bobaliconamente, de “Primavera árabe”, se deshizo de los dictadores. Pero las cosas no han mejorado un ápice, se libraron de unos dictadores laicos, que no interferían demasiado en sus vidas, para acabar en las garras de los “hermanos musulmanes”, con unos gobiernos teocráticos, fanáticos y mil veces más dictatoriales e intrusivos de lo que habían sido los anteriores. Y, sin embargo y a pesar de todo, Siria sigue sumida en una guerra civil entre rebeldes y el régimen de Bashar al-Assad,el último dictador que queda por aquellos lugares. Bien, allá ellos, sarna con gusto no pica. Pero aquí en España, la situación no es mucho mejor. Todos los días sale a relucir el nombre de algún alcalde, ministro o mandatario de lo que sea, que ha metido la mano en el cajón, o sea, que nos ha robado. En nuestros pueblos y ciudades hay huelgas todos los días. Huelgas por casi todo y en todas partes. Y en nuestras calles y, especialmente, en Madrid, hay dos mil manifestaciones diarias; si uno está aburrido en casa y no sabe en lo que matar el tiempo, solo tiene que salir a la calle y unirse a la manifestación de turno y ya tiene entretenimiento para pasar la tarde. Y, de todas las manifestaciones, con la única que simpatiza el autor de este blog, es con la de los afectados por la “participaciones preferentes”, porque eso fue un robo en toda la extensión de la palabra, ni siquiera se le puede calificar de timo, no, fue un robo cantante y sonante y, si el Gobierno tuviera lo que hay que tener, obligaría a todos esos bancos delincuentes, o delincuentes de los bancos, a devolverle el dinero a esos pobres infelices. Y viendo todas estas cosas, a veces uno tiene la sensación de que el mundo está siendo utilizado por un manipulador magistral que se regocija en el hecho que esté en constante conflicto. Y, a poco que uno se fije, uno se puede dar cuenta de que, aprovechando todo este maremágnum, siempre aparecen los mismos, los manipuladores, los sembradores del caos, los que no están allí para pedir por sus derechos, sino para sembrar el desorden, la discordia y el vandalismo. Vemos como, con la cabeza tapada para no ser identificados, siempre hay individuos que rompen escaparates, queman autobuses, contenedores y todo lo que se le ponga a tiro, así como asaltan tiendas y le pegan a la policía. Y es con estos con los que hay que andarse con mucho ojo, puesto que estos están allí mandados por ese “manipulador magistral que menciono más arriba. Y, si los ignoramos y los dejamos hacer, estaremos ignorando un peligro latente y enterrando la cabeza en la arena como el avestruz. No debemos olvidar la premisa de que, hay que tener libertad, pero, también, hay que tener seguridad y estas son fuerzas antagónicas, y, sin embargo, no podemos tener una sin la otra. Y la línea divisoria, entre una y otra, es tan difusa que, con un poquito que nos confiemos, nos podemos pasar de frenada. El final del siglo 19 y principios del 20, el mundo fue un autentico caos. El presidente de Francia, Sadi Carnot (1894), el primer ministro de España, Antonio Cánovas (1897), la emperatriz de Austria, Isabel de Baviera –Sissi-(1898), el rey de Italia, Humberto I de Saboya (1900) y un presidente de Estados Unidos, William McKinley, (1901) fueron asesinados por el anarquismo, un fuerza ciega que aspiraba a destruir el poder y derribar los pilares de la civilización occidental. También, en 1914, los anarquistas asesinan al archiduque Francisco Fernando de Austria, heredero de la corona del Imperio austrohúngaro, así como a su esposa, la condesa Sofía Chotek, hecho que precipitó la declaración de guerra de Austria contra Serbia que acabó desencadenando la Primera Guerra Mundial. Después de esto, el mundo se vio afectado por dos Grandes Guerras Mundiales, que dejaron millones de muertos, guerras en las que no participó España, porque, como “Spain is different”, aquí preferimos zurrarnos entre nosotros, así que, tuvimos nuestra Guerra Civil, propia. Después de esto el mundo pareció calmarse y vinieron unos años de paz y prosperidad como nunca hbia habido antes. El mundo avanzó y mejoro en unas pocas décadas loe antes había costado miles de años y llegamos a creer que ya nunca volveríamos a conocer el hambre, el frio y la miseria. Pero, como nada es eterno y, además el ser humano no tiene enmienda y la cabra tira al monte, ese momento de paz parece estar tocando a su fin y la cosa se está poniendo cada vez más liadilla. Ahora Europa ya no tiene que luchar contra los anarquistas, esa fuerza ciega parece haber pasado de moda, pero en su lugar ha aparecido otra fuerza, todavía más ciega, más xenófoba, excluyente y racista: los nacionalismos separatistas. Una especie de locura colectiva que recorre Europa y que hace que cualquier imbécil que tuvo que haber nacido en algún sitio, -y no se da cuenta que eso fue una casualidad-, se sienta más inteligente, mejor dotado y mejor persona, que el vecino del pueblo de al lado, y quiere hacer de su región un país y su pueblo o aldea la capital de ese país. Y, que la lengua de esa región, que no pasa la mayoría de las veces de dilecto, y que, además, solo es hablada, en el mor de los casos, por un millón o dos de personas, sea considerada en el mismo estatus que el Inglés, el Español (castellano) el Francés o el Alemán y, además, exige que sea hablada y estudiada –solo esa lengua en detrimento de las nacional- por todos aquellos que hayan tenido la “suerte” de haber nacido o vivir en la región que ese imbécil de turno ha decidido que va a ser su país.

¿Por qué Cataluña se ha disgustado con España y que va a pasar?

Me pregunta un amigo: ¿Por qué Cataluña se ha disgustado con España y que va a pasar? ¿Se acabará separando? Le contesto: En primer lugar, Cataluña no puede estar enfadada con España, puesto que, Cataluña, es parte de España. Lo que pasa es que, parte de los catalanes, se han creído el cuento aquel, que unos políticos ineptos e incapaces, además de corruptos, les contaron un día para tratar de encubrir así, su ineptitud y su falta de honradez. Durante años, se estuvieron poniendo las botas unos y otros, y gastando y malgastando a diestro y siniestro, en toda clase de tonterías y gilipolleces. Y si se acababa el dinero, no importaba, venia de Europa a raudales, -una Europa que invirtió tres veces el “Plan Marshall”, en ayudas para que los países más deprimidos se pudieran poner a la altura de los más desarrollados, algo que, al final, se probó inútil- y ellos solo tenían que acudir al Gobierno de turno, -Felipe Gonzales, Aznar, Zapatero- y, si el Gobierno en cuestión no tenía mayoría absoluta, cambiarle su apoyo por dinero, como si fueran cromos, y si el Gobierno ya tenía mayoría, entonces se le amenazaba con pedir la independencia de Cataluña y punto, el Gobierno pagaba a toca teja. Y esto fue lo que trataron de hacer también con el Gobierno Rajoy, pero esta vez había una diferencia sustancial, el país estaba siendo azotado por la madre de todas las crisis y el Gobierno no tenía un duro, no es que no quisiera dárselo, no, es que no había un chavo. Esto debiera haberlo intuido el señor Mas antes de haberse metido en su desastrosa aventura, y quizás lo hizo, pero aun creyó que el Gobierno aflojaría la pela aunque tuviera que dejar a pedir al resto de las demás Comunidades Autónomas. Pero Rajoy no cedió, y si algunas vez pasó por su mente la idea de hacerlo, la deshechó a sabiendas de que, el hacer tal cosa, le podría acarrear mas disgusto, que beneficio el ceder a las demandas del catalán. Entonces el bueno de Arturo, se lanzo en plancha a la piscina, sin mirar siquiera si tenía agua, y convocó elecciones, creyéndose que iba a entrar en Cataluña en loor de multitudes, se vio a sí mismo como Moisés entrando en la tierra prometida, -se le olvidó que Moisés nunca llegó a entra en la tierra prometida- y se dio el gran batacazo. Creyó que envolviéndose en la bandera catalana obtendría fácilmente mayoría absoluta y acabó perdiendo 14 escaños. Y, viéndose perdido, se acaba aliando con su rival natural, Esquerra Republicana de Cataluña, un pacto contra natura, y sigue adelante con su descabellado plan de convocar el dichoso referendo. ¿Y qué va a pasar? ¿Acabará independizándose Cataluña? Por desgracia para el resto de España, no. Puesto que el rey Arturo Mas I de Cataluña, seguirá adelante con su plan del referendo, que acabará celebrando y en el cual, gane el sí, o el no, a la independencia, la cosa va a andar muy justa. Y no se van a independizar, puesto que eso sería quedar automáticamente fuera de Europa, con todo el perjuicio que ello conlleva, pero Mas seguirá explotando el cuento aquel, rayado de tanto ser repetido, de que el pueblo catalán ha hablado y que quiere “más libertad”, auto gobierno, un banco propio, una hacienda propia, que en Cataluña se estudie y se hable solo en catalán, y el mercado y los impuestos de todos los españoles. Y el Gobierno, luego de jurar y perjurar que jamás de los jamases le va a conceder tal cosa, acabará por tragar, y luego, la Cataluña de rey Arturo, después de haber conseguido todo lo que pedía, se quedaran tranquilos por unos años, hasta que, volviendo a las andadas, luego de volver a despilfarrar en toda clase de tonterías, corruptelas, y corrupciones, se vuelvan a quedar sin dinero, entonces acudirán de nuevo al Gobierno de turno y vuelta a empezar. Pero eso es otra historia.

Thursday, December 06, 2012

Y lo hacen por nuestra libertad...

El Tribunal Superior de Justicia de Galicia –no lo escribo en gallego porque no me da la gana- ha dictado una sentencia sobre el decreto de plurilingüismo en la que se anula la consulta vinculante a los padres en infantil, así como la posibilidad de que el alumno use la lengua oficial que quiera en sus expresiones oral y escrita. Ahora en fácil: El Tribunal Superior de Justicia de Galicia ha decidido que, ni los padres de alumnos, ni los alumnos mismos, tienen derecho a decidir que la lengua Oficial de España –el castellano- sea la lengua en que reciban su educación. Estos sesudos señores, al parecer, han decidido que esta decisión la tome el profesor de turno, que dará las clases en la lengua que a él le salga de la flor, que, posiblemente, bien por voluntad propia o por coacción, será en gallego. Esta clase de sentencias por parte de nuestra justicia” son las que te hacen volver a replantearte seriamente aquélla idea, que tuviste un día, de pedir la nacionalidad de Burqina-Faso. Aunque tampoco debieran extrañar mucho, puesto que es lo que suele pasar cuando el que juzga es, a la vez, juez y parte. Aunque, al parecer, no a todo el mundo le ha parecido una barrabasada, puesto que, a “A Mesa pola Normalización”, a “CIG-Ensino” y a la “plataforma ciudadana Queremos Galego” les ha parecido “un éxito de toda la sociedad gallega”. ¿¡Un éxito de la sociedad gallega!? Esta gente tiene una jeta que se la pisa. Vaya cara más dura. La sociedad gallega ha votado, hace tan solo un par de meses, al PP por mayoría absoluta. Y ha votado al PP, no por lo guapos que sean Núñez Feijoo o Rajoy, sino porque este era el único partido que les prometió el derecho a decidir la lengua en que, la sociedad gallega, quería educar a sus hijos. Y aquí, el único éxito que ha habido en esta sentencia ha sido para los “nacionalistas”, un grupúsculo de gentes con la ideología mas retrograda, exacerbada, dictatorial y fascistoide que ha pisado la faz de la tierra. Y no crean que exagero, no. Ya sé que ha habido regímenes como el nazismo o el comunismo soviético y chino que dejaron sin resuello y, la mayoría de las veces, sin bastante más, a aquellos que les tocó en suerte vivir bajo su sombra, pero estos no le van a la zaga. Quizás aquéllos mostraron más violencia, pero también se puede ser violento sin mostrarlo. Porque, ¿qué es?, sino violencia, el esperpento de que una minoría imponga sus ideas y su ideología sobre una mayoría, que no quiere ni oir hablar de ellos, diciéndole, además, con un cinismo sin parangón, que lo hacen por su libertad (la de la mayoría). Y es que, en todas y cada una de las acciones de los nacionalistas se puede ver como todas las razones que explican la razón de la libertad y la democracia y que es algo tan sencillo, en este caso, como que cada cual, pueda escoger la lengua o idioma en que quiere educar a sus hijos, esto es: a los hijos de UNO; se encuentran siempre con la sinrazón y sin argumentos del fanatismo dogmático, -y de hazlo y no lo pienses ni lo argumentes ni lo razones-, que con el dogma de que en Galicia se tiene que hablar en gallego, -sin querer darse cuenta de que hasta la fecha Galicia también es España-se cierra en banda ante cualquier razonamiento lógico, pidiendo igualdad de derechos tanto para ellos como para nosotros, los que no nos oponemos a que ellos eduquen a sus hijos, y hablen, en el idioma que quieran, sin negarnos a nosotros el mismo derecho, -Como que también haya escuelas solo en castellano-, cosa que ellos hacen, y se siguen creyendo que están en su derecho y además que ellos son los justos y nosotros, tan gallegos como ellos, los españolistas injustos y amantes del dictador, y de ahí no los quita nadie.