¿Soy solo yo?
¿Soy solo yo
o alguien más se ha dado cuenta de que el mundo está cada vez más loco y hecho
una jaula de grillos?
Para empezar
ahí tenemos a los americanos que, por enésima vez, nos sueltan de nuevo el rollo
de las armas químicas.
Esta vez con
el Presidente Sirio Al-Assad como protagonista.
Dicen, o
mejor lo dicen todos los medios de comunicación, que ha bombardeado con armas
químicas a su propio pueblo, incluyendo mujeres y niños.
Al-Assad,
que ha visto la suerte que han corrido los antiguos dictadores de Irak y Libia,
Saddam Hussein y Gadafi, derribados por los “rebeldes”, con la inestimable
ayuda de los yanquis, y linchados ante las cámaras de televisión de todo el
mundo, y en rigoroso directo, y que sabe que esa suerte de que todavía siga
como mandatario de Siria, y con vida, se debe al hecho de que Rusia tiene una
base naval en ese país y para evitar que nadie vaya allí a tocarle el
“prefijo”, no ha permitido, hasta ahora, que los americanos repitieran la jugada hecha
a los anteriormente citados.
Y sabe,
además, que estos, los americanos, están esperando como buitres que él les dé
cualquier pretexto, para poder usarlo en su contra.
Y con estos
antecedentes, nos quieren hacer creer, que va el bueno de Assad, y, atacando a
su propio pueblo con gas sarín, les sirve el pretexto en bandeja de plata..?
¡Vamos
hombre, por dios!, ¿pero nos toman por tontos o es que, en un alarde de cinismo,
nos sueltan el cuento y les da lo mismo si les creemos o no?
¿Pero para
que iba a usar Assad, gas sarín y meterse en un lio, si iba ganando la guerra
sin grandes dificultades?
Y, además,
el hecho en sí, si es que ocurrió y no fue todo otra súper producción de Hollywood,
no alcanzó objetivos sensibles para el enemigo. Por lo que se vio en los
medios, solo mató a unos pocos civiles, la mayoría, según decía la cosa,
mujeres y niños.
¿..?
Bien, y por
si esto fuera poco, nos dicen que acaban de lanzar sobre Afganistán la madre de
todas las bombas. Un artefacto que pesa 9´8 toneladas, casi diez, ¡por dios!,
un armatoste así, solo y sin ninguna clase de explosivo, lanzado desde una
cierta altura, ya hace un agujero considerable, ahora con esta, que tiene una
potencia de 11 toneladas de TNT, habrá cambiado de lugar hasta la montaña.
Dicen que fue
con la idea de reventar el sistema de túneles y cuevas que tienen las ratas del
Estado Islámico, en Nanganhar, al este de Afganistán. Si es así, bien venido
sea, pero con las milongas que nos llevan soltado estos tíos, vete tú a saber…
Y no queda
la cosa ahí todavía. Ahora dicen que van a responder al desafío nuclear de
Corea del Norte.
Corea del
Norte, un país con un Gobierno “comunista” y presidido por un gordito que está
más chalado que la cabra de la legión, -que lo heredó de su padre y que éste, a
su vez, lo había heredado del suyo, o sea, del abuelo del actual presidente,
algo que convierte al país en una dictadura comunista hereditaria- y que hace
una semana en un intento de demostrar ante los EEUU y China un alarde de potencia armamentística,
lanzó un cohete que alcanzó nada menos que una altura de 60 metros y luego cayó
al mar sin más, todo un órdago.
Pero
cuidado, tampoco es como para tomar a broma al gordito este, puesto que no es
muy seguro que no posea una cabeza atómica y, si esto fuera el caso, y al
chalado este le diera por amar al cohete, aunque el cachivache solo subiera 60
metros y luego estallase, podría armarse allí, y aquí también, las de San
Quintín.
Y aquí en
Europa, tampoco la cosa pinta muy normal. En Francia, donde van a celebrar, ya,
elecciones, el partido socialista y el republicano, lo que serían aquí PP y
PSOE, no están entre los favoritos, aunque el candidato de este último, F.
Fillon, y a pesar de estar imputado por un escándalo de corrupción, ha
conseguido mantenerse el tercer puesto, detrás de la ultra derechista Marine Le
Pen, -Ésta, una furibunda anti Unión
Europea, que, de ganar las elecciones, amenaza con abandonar el mercado único,
y entonces sí que ya sería el acabose
para la UE - y de primero, y solo con unos pocos puntos de ventaja sobre Le
Pen, aparece un neoliberal sin partido,
un tal Emmanuel Macron, una especie de Albert Rivera, pero en francés.
Y de cuarto
y a una gran velocidad, adelantando por la izquierda a los socialistas, le vine
pisando los talones la extrema izquierda de Jean-Luc Mélenchon.
Mientras
tanto en Inglaterra, con los británicos hechos un lio con eso del “Brexit”,
pues ya no saben si se quieren ir, quedar o todo lo contrario, Theresa May, hay
decidido convocar elecciones. Y no la culpo. Ante la magnitud del paso que está
a punto de dar, lo mejor es saber, si la gente está conmigo o está en contra.
En Turquía,
en un referéndum, -dios nos guarde de los referéndums- los turcos han decidido,
o eso parece, darle todo poder a Erdogan, el cual de esta manera podrá hacer y
deshacer lo que le salga del prefijo.
Mientras que
en Venezuela, el conductor de autobuses, Maduro, tiene la cosa al huevo para
una guerra civil, y al grito de todo por la patria, éste indeseable ha comenzado
a disparar y matar a su propio pueblo.
Mientras aquí
en España, su alumno y admirador, Pablo Manuel Iglesias, que sueña poder un día
hacer lo mismo, se ha puesto, a su vez, al volante de un autobús en cuyos
laterales ha pegado unas figuras que representan, según él, la trama.
Algunas de
las personas que aparecen en este autobús están imputadas en escándalos de corrupción,
otras no, no obstante, Pablo Manuel, ha decidido que merecen estar allí de todos
modos.
Una de estas
personas es el periodista Eduardo Inda – cuyo pecado es haberle ganado un
pleito a Pablo Manuel- que le recriminaba, desde el programa de Ana Rosa: si
algo me pasa a mí, decía, si alguien me abre la cabeza por la calle, tú serás
el responsable Pablo.
Y éste, con
esa sonrisa estúpida y cínica hasta el paroxismo, que solo él sabe poner, se
pasa por el forro, la advertencia de Inda, la libertad, la justicia y la
democracia.
A él le da
lo mismo.
Él sabe que
siempre habrá incautos que lo voten y, quizás, se ha dado cuenta que nunca van
a ser bastantes para llevarlo al poder, pero no le importa, un día podrá hacer
lo que hace Maduro en Venezuela y entonces tendrá tanto poder como Erdogan,
tiene en Turquía, Putin en Rusia, y, quien sabe, quizás hasta como Kim Jong-un,
tiene en Corea del Norte.