Tuesday, September 29, 2020

Veo a una España dejada de la mano de Dios…




 

El Espectáculo que está dando el Gobierno, no es serio.

Los socios no se hablan y cada cual va a su bola, parece de risa, pero la cosa es muy seria.

Ni el PSOE, ni Podemos tienen legitimidad para gobernar  y ni siquiera son capaces de ponerse de acuerdo en la forma de hacerlo.

Como Presidente, tenemos a un señor que vendería a su madre con tal de seguir en el poder.

Tenemos un Gobierno que basa su defensa en desenterrar y derrotar a Franco, en remover hechos, recuerdos y rencores, que ya estaban más que olvidados y que enfrentan –de nuevo- a españoles contra españoles, mientras él se alía con ETA, una banda criminal que seguía asesinando a sangre fría no hace más de diez años, y nos asevera que ahora son hombres de paz y que hay que pasar página. ¡Hay que joderse!

Un Gobierno que, con tal de contentar a sus socios, los nacionalistas catalanes, les da lo que pidan y cuando lo pidan, incluso prohibir al Rey acudir  a Barcelona, a la entrega de despachos a los nuevos jueces, como hace todos los años, mientras éstos, los nacionalistas, siguen adelante, y derrochando caudales a chorros, en su plan de fundar su republiqueta independiente.

Veo a un Presidente que “duerme tranquilo” mientras su Vicepresidente, y alguno de sus ministros, se han echado en tumba abierta al acoso y derribo del Jefe del Estado y por ende, del Estado en sí. 

Y veo a una España, en medio de una pandemia impresionante, que nadie sabe cómo ni cuándo acabará, invadida por lo más granado del África tropical –que siguen llegando a millares cada día a nuestras costas-, dejada de la mano de Dios y arruinada completamente. Una ruina que empezó con aquel bobo solemne llamado José Luis Rodríguez Zapatero, y que culminará debido a las ansias de poder de Pedro Sánchez, un mentiroso compulsivo, engreído, vanidoso, obsesionado con ser Presidente del Gobierno y carente de todo escrúpulo.

Y, por si llegada a los destinos de España, de este sujeto, fuere poco, nos metió en su Gobierno a ese Caballo de Troya, llamado Pablo Iglesias, verdadero cáncer de nuestro país, el cual, ya no en unos pocos años, sino en cuestión de meses, amenaza con convertir a España en otro estado fallido, en un paramo, arruinado y sin aliento para revelarse, igual que está Venezuela.   

Wednesday, September 16, 2020

Soy pensionista y soy un problema.




 

Una y otra vez, escuchamos que el mayor problema que tiene España, es financiar las pensiones.

¡Hay que joderse! Cuarenta años cotizando religiosamente y ahora soy un problema.

Y es que, según ellos, somos demasiados, vivimos demasiado tiempo y somos muy duros de pelar.

Y, a pesar de que el Covid nos está diezmando, seguimos siendo un montón.

Pero os creíais que, después de haber sobrevivido nacer en casa y sin atención medica. Compartir vivienda con la cabra, el cerdo, las gallinas, los conejos, tres gatos, -muchos con las vacas y el asno, -en mi casa no había- sin luz, sin agua, con n una infestación de pulgas hasta en el blanco de los ojos,  -en mi generación no tuvimos piojos, ¿no entiendo el porqué?, ¿se morirían con tanta mierda?-

Pasamos la tosferina, la varicela, el sarampión, las paperas, catarros, torceduras en los pies, en las manos o en cualquier parte del cuerpo, contusiones y cortes a mogollón, etc., sin visitar jamás al médico.

La escuela nos quedaba a un kilometro de distancia, que hacíamos dos veces al día, ida y vuelta, hiciera un sol de justicia, lloviera a cantaros o hiciera un frio que te quemaba la punta de los dedos y las orejas.

Jugábamos en la calle hasta bien entrada la noche, mucho ejercicio y poca comida.

Nadie iba al gimnasio ni corría por las calles, pero sin embargo no había gordos.

Dejamos la escuela y nos pusimos a trabajar a los 14 años –algunos antes-, la mayoría en el campo, en la mar o en la obra -ahí fui yo-.

Con 17 años emigramos, volvimos para hacer la mili y vuelta a emigrar. Nos casamos, tuvimos hijos, hicimos una casa, criamos a nuestros hijos y los mandamos a la universidad, tuvimos nietos y, por fin, llegamos a pensionistas y… engordamos. ¡Tócate los pies!

Y ahora nos dicen que somos muchos y que somos un estorbo y nos mandan el bichito de las narices para picarnos el ticket y mandarnos al otro barrio.

¿Y se creen que eso iba a poder con nosotros???

Pues ya pueden ir pensando en aplicar el plan B.