El miedo es enemigo de la Libertad y del Progreso y ellos lo usan con perversidad y alevosía
Nunca fui partidario de de escuchar a los
conspiranoicos. Esa gente que afirmaba
que detrás de todos los males y tragedias del mundo había una elite que desde
las sombras manejaba los hilos y los destinos del mundo.
Pero
a la vista de los acontecimientos trágicos que estamos padeciendo con esta
ralentización programada de la actividad económica mediante la inoculación
continua de miedos y temores, mi resistencia a no creer en esas conspiraciones va
enflaqueciendo a pasos agigantados.
¿Por qué sino todo ese afán de inculcarnos
tanta fatalidad y desgracia?
¿Por qué ese ahínco en hacernos creer que
todas las calamidades y desventuras del mundo se han abatido de repente sobre
el ser humano?
Nos dicen que hay una ola de calor en julio
y agosto, ¿como si en estos meses lo normal fuese que nevara?
Antes cuando hacía buen tiempo ponían un
cielo despejado y azul con soles redondos como huevos fritos.
Ahora nos enseñan un mapa achicharrado con
colores que van del rojo intenso, chamuscado, hasta el amarillo de la costa
norte donde marca 22 grados de máxima.
Nos amenazan con toda clase de pestes y
epidemias.
Primero fueron las vacas locas, luego la
gripe aviar, seguido de la gripe A, para acabar encerrándonos a todos con el
pretexto de no infectarnos de la “pandemia” y como esto último ya casi no da
para más, vienen con lo de la viruela del mono.
Pero como, al parecer, esto último no acaba
de cuajar, nuestro ínclito Presidente, Pedro Antonio Sánchez, hace unos días
anunciaba, que para septiembre habrá
nueva tanda de vacunas para las personas mayores.
Los jóvenes y no tan jóvenes, se han pasado
el verano amontonados en festivales, verbenas y festejos de toda índole, la
mayoría organizados y pagados por entes estatales, luego te dicen que hay que
usar una mascarilla para entrar en una farmacia – ¿se puede ser mas ridículo?-
y a quién quieren volver a pinchar es a los más mayores… ¡tiene bemoles la
cosa!
Los más mayores no han ido a festivales, ni
a verbenas, ni se han estado rozando con nadie, ellos, los pobrecillos, se
quedaron en sus casas o sus residencias.
¿Pero es a ellos a quién ahora hay que
pinchar?
¿Porque, al parecer, los más mayores tienen
la culpa de casi todo?
¡Qué hay demasiados accidentes de trafico!
Un estudio hecho recientemente dice que los
mayores de 70 años son la franja de edad con menos accidentes - Pero las
autoridades “competentes” han decidido que a los más mayores se les exija unas
condiciones más duras a la hora de renovar el carné-.
¡Que el Estado tiene una deuda enorme y hay
que ahorrar!
Pues vamos a revisar las pensiones que
estos más mayores se lo están llevando crudo
Y así todo.
Y es
que, si hay una victima en todo este desaguisado, esos son los más mayores.
Y la cosa no queda ahí, ¡que va!
De momento nos amenazan con un invierno que
nos vamos a acordar de la ola de calor del verano.
Escucho que este próximo invierno, debido a
la escasez de gas que se prevé que vamos a tener, a causa de la guerra en
Ucrania, la UE va a recomendar, de momento, quizás más tarde vaya a obligar, a
no usar la calefacción por encima de los 19° grados centígrados.
Y quizás, debido a esta escasez de anergia,
puede que en algún momento suframos incluso apagones.
En verano nos dijeron que no pusiéramos el
aire acondicionado y ahora, en el invierno, que no pongamos calefacción.
-No se preocupe señor Presidente, al precio
que usted tiene la luz en España, ya nadie se atreve ni siquiera a usar el
intermitente para señalar la maniobra en el coche-.
¿Y lo del coche eléctrico?
Dicen que no tenemos luz ni para cargar el
móvil, pero nos mandan –obligan- a comprar coches eléctricos.
Lo del coche eléctrico va a ser el mayor
timo y mayor fiasco de la historia.
Ahora mismo, de los 250 millones de coches
que tiene EEUU en sus carreteras, algo menos del uno por ciento (1%) son eléctricos y, sin
embargo, sus dueños han sido advertidos de no cargar sus baterías en horas
punta porque eso supone demasiada presión en la red eléctrica.
Esto es un desastre esperando a suceder.
Y nuestro Presidente y su Gobierno, han decido
que, dentro de ocho años todos los españoles tendrán que tener un coche
eléctrico o no tener coche.
Y lo peor es que eso está sucediendo, no
solo en España, sino a nivel mundial...
No, no solo en España. Este escenario de
crisis energética, crisis con toda clase de suministros, crisis económica,
amenaza de hambrunas a escala mundial, crisis con la migración en masa de los
países subdesarrollados hacia el primer mundo, crisis con la guerra de Ucrania,
a todas luces en expansión, todo ello de forma metódica y simultánea, no fue diseñado
por España.
Estos de aquí, Pedro Sánchez y su
mariachis, son los tontos útiles que hacen el trabajo sucio, pero esta crisis
que está poniendo al mundo en una situación que amenaza la seguridad de gran
parte de la humanidad, especialmente la de esa ancla estabilizadora que
representan las clases medias para nuestra sociedad, fue diseñada en el país de
la libertad, -o mejor dicho, por la elite de ese país- ese país que se supone
protector del mundo.
Los Estados Unidos de América, ahí es donde
se han fraguado y todavía se sigue haciendo, los destinos de la humanidad.
Y todo comenzó con aquel fatídico 11 de
septiembre del 2001, con el derrumbe de las Torres Gemelas del World Trade
Center.
Todo fue planeado desde el principio.
Y todo fue hecho con el ánimo de asustarnos
y poder manejarnos a su antojo.
El
Grupo Banco Mundial, y sus asociados, se han comprometido a ayudar a los
países a establecer sistemas de registro civil y de identificación fiables e
inclusivos.
Y al respecto, este mismo Grupo Banco mundial, en estrecha colaboración
con sus asociados, como la Fundación Bill y Melinda Gates, -¿Por qué siempre me
encuentro a este crápula en todos estos guisos?- ha movilizado 1.000 millones
de dólares en apoyo de los sistemas de registro civil y proyectos relacionados
con el ámbito de la identificación en más de 45 países.
La Doctora Tatiana Mitrova, investigadora
de la Política de Energía Global, por la Universidad de Columbia, -el CUCGEP,
por sus siglas en ingles- nos lo pone todavía más crudo: “Estamos en guerra”,
dice, “esto es algo que los políticos y consumidores europeos se ha negado a
admitir durante mucho tiempo. Esto puede sonar terrible, pero es la realidad.
En tiempos de guerra la economía se moviliza. Las decisiones no son hechas por
los gobiernos, ni por el mercado libre.
Y esta es la situación en la que se va encontrar Europa este invierno”.
El miedo es enemigo de la Libertad y del
Progreso y ellos lo usan de forma inmisericorde, con perversidad y alevosía.
Nos tienen en un puño y a su antojo.