Soy nacionalista, y tú tienes que ser como yo.
Leo en el periódico “La Voz de Galicia”, en la sección “Cartas al Director”. La siguiente carta, firmada por Francisco Martín, de La Coruña.
Yo razono mal.
Partamos de la base de que el titulo es cierto. Apenas puedo vivir con mis contradicciones, pero sigo adelante, ¡qué le vamos a hacer!
Por eso me parece bien que se eche pintura encima de la estatua de Millán Astray, que no era demócrata; pero me parece mal que se haga lo mismo sobre la del Ché Guevara, un demócrata de pro que jamás se permitió el mínimo contacto con las dictaduras.
Por el contrario, me parece mal que no se pueda decir o escribir Galiza, diga lo que diga la Real Academia Galega, pero me parece bien que no se permita escribir o decir La Coruña; es erróneo, además de un error ortográfico considerable.
Soy un nido de contradicciones, lo sé. Pero soy nacionalista, y lo asumo. Y tú, que tienes que ser como yo, empieza también a asumirlo antes de sea demasiado tarde.
En esta carta el Sr. Martín cata, con una fina ironía, la idiosincrasia, la esencia, el alma misma, del perfecto nacionalista.
Solo se equivoca en una cosa, cuando pone en boca del nacionalista, la expresión: “Soy un nido de contradicciones, lo sé”. Esto no es así. El nacionalista no tiene dudas, el sabe que está en lo cierto, son los demás que, o se equivocan, o son unos ignorantes, o, simplemente son unos reaccionarios españolistas. El nacionalista no razona, ni discute nunca sus teorías; su credo es dogma, no se puede dudar, hay que creer, solo, lo que dicen los gurus galeguistas, solo así se puede llegar a ser un buen gallego.
Nada importa que trates de razonarle que todas las lenguas del mundo, nombran los topónimos de las ciudades y pueblos de cualquier país, de forma diferente, dependiendo de la lengua en que se esté hablando, sonara de un modo u otro, e incluso el nombre de los mismos países sonara diferente, dicho en otra lengua. Por ejemplo, Inglaterra, en ingles se dice England. Por lo tanto, si los nacionalista pretenden que la lengua gallega es una lengua diferente del castellano, que lo es, los topónimos dichos en castellano, tendrán que sonar diferente que dichos en gallego. ¿O no?
A esto, un nacionalista te respondería, -no, cada pueblo o ciudad tendría que ser denominada del mismo modo en que la denominan sus habitantes.
-Pero entonces tendríamos que llamarle, a Londres, London, a Amberes, Antwerp,
y a Ratisbona, Regensburg.
-Pues si, ¿Y por qué no?
-Hombre no te parece un poco enrevesado, y además una burrada, pues cada lengua es como es y eso significaría cambiarlas todas, y, además, ¿como pronunciaríamos, por ejemplo, Eesti Vabariik, Magyarország o Taehan-Mirigok?
-¿Y eso que es?
-Estonia, Hungría y Corea del Sur.
-Pues así, tendríamos que aprender a decirlo así.
Este sería el razonamiento de un nacionalista, para luego oírle decir, al referirse a pueblos como, Getafe o Jerez, por, Xetafe o Xerez y quedarse tan pancho. Y si se lo haces notar te responde, sin empacho, bueno es que estoy hablando en gallego. ¿…?
Y en lo tocante a la otra gran cuestión, de si no es de ley que todos aquellos padres que desean para sus hijos una educación cuyo idioma vehicular sea el castellano, puedan hacerlo, de la misma manera que todos aquellos que lo desean en gallego, también puedan hacerlo. Su repuesta seria, -no, estamos en Galicia y aquí se debe estudiar en gallego. –Pero también estamos en España y todos somos españoles y nuestra constitución dice que tenemos el derecho y el deber de saber nuestro idioma. –Eso será para ti, yo me considero gallego y para mi España no es mi país, ni tengo por que estudiar el español.
-Pero hombre, ¿No te das cuenta que de esa manera me estás privando de mis derechos mas elementales, como persona, como español e, incluso como gallego, cosa que yo no hago, ni nunca haría con los tuyos, pues yo si acepto que eduques a tus hijos como mejor te plazca?
-Bueno tú siempre estas con el mismo argumento. ¿…? Esto es verdad, pues esto lo he repetido hasta la saciedad, aunque, desde luego, para ellos es como predicar en el desierto.
Un nacionalista va a lo suyo, su archienemigo es Franco, -aunque la mayoría no había nacido cuando este murió-, fue un dictador dicen. Sin querer darse cuenta que ellos están sometiendo a Galicia a la dictadura mas recalcitrante, intolerante y excluyente, que se ha conocido y haciéndola un daño, tal, que aquel ni soñó.
Yo aquí hablo del nacionalista gallego, pero esto es aplicable a cualquier nacionalista, sea este catalán, -estos aun son peores si cabe- vasco, -estos te pegan un tiro o te ponen, directamente, una bomba- valenciano o balear.
He empezado el blog con la carta del Sr. Martín, porque me engancho su fina ironía. Pero cuidado, en el papel igual que en la radio, la ironía se entiende muy mal. Y, desde luego, un nacionalista no la entendería, para ellos es así.
Soy nacionalista, y tú tienes que ser como yo, empieza a asumirlo antes de que sea demasiado tarde.